A pocos días de haber decretado el Canon Digital (remuneración por copias privadas presuntas), una campaña considerada engañosa por varias organizaciones del Paraguay fue iniciada por la oficina de propiedad intelectual del Ministerio de Industria y Comercio.
Con el auspicio de la USAID, el responsable de la campaña “Legal’ete, Agustín Saguier, director de Propiedad Intelectual, dirigió a estudiantes el supuesto combate contra la “piratería” y la “falsificación” aunque los presionó para no fotocopiar libros o trabajos prácticos.
“Trabajamos el concepto de que los estudiantes deben hacer un uso responsable de las fotocopias, el software... que deben observar la propiedad intelectual. Quisimos que entendieran que el autor vive de su obra y que el día de mañana ellos mismos pueden ser autores y ser perjudicados por la piratería”, explicó Saguier, funcionario alineado a las políticas de Estados Unidos y OMPI en materia de protección de monopolios con copyright, marcas y patentes, se utiliza a los alumnos para inducir la “cultura de la propiedad intelectual”.
Así, se apeló al arte manipulando a estudiantes y profesores mediante una obra de teatro que mostraba, por ejemplo, a un músico que no puede vivir de su obra, o a un escritor que pasa dos años trabajando en una obra, pero luego sobrevive “vendiendo empanadas”.
Los especialistas en temáticas de copias no autorizadas por su autor (denominadas piratas) y en productos cuya marca no es original (denominados falsificados) consideran que estas campañas engañan a la población porque segmentan la información y extraen de contexto los supuestos delitos que en realidad promueven las mismas empresas editoriales para distribuir sus mercancías entre la población de menores recursos económicos mediante la venta de libro “pirateados”.
“Las empresas editoras crean dos mercados, uno legal de altos precios para los más pudientes y otro, “pirata” para propagandizar el producto y venderlo a los lectores más pobres”, esto es omitido por el señor Saguier quien parece seguir el discurso de los Estados Unidos” expresaron integrantes del Colectivo Noalcopirrait.
Asimismo, se crea la percepción de que fotocopiar libros es un delito, cuando en realidad no lo es en ningún país progresista de Latinoamérica. “son presiones de las empresas que intentan engañar a la comunidad educativa metiendo miedo a los alumnos, padres y profesores convenciéndolos que fotocopiar un libro es un delito”, dijeron especialistas en propiedad intelectual que no están de acuerdo con este tipo de campañas.
“El gobierno no debe permitir este tipo de campañas sino que debiera promover la lectura publicando libros gratis para los estudiantes y contribuir a crear conocimiento libre, los libros libres”, dijeron desde la organización social. Para reforzar el engaño de esta campaña, María Selva Villalba, directora del colegio Cerro Corá dijo que “Los profesores tienen bien claro que con los recursos económicos con los que cuentan nuestros alumnos es difícil pedirles que compren libros, pero se juntan entre cuatro o cinco y comparten el libro”. El proyecto trabajó con más de 1.800 estudiantes de 18 colegios. En Paraguay la ley prohíbe hacer fotocopias completas de un libro. Sí se pueden fotocopiar dos o tres páginas y usarlas, pero no un libro completo.