Deterioro de un lote repartido en noviembre

Productores de papa piden que se investigue la importación de semillas de Canadá

Aldemaro Ortega, presidente de la Asociación de Productores de Papa del estado Carabobo

Aldemaro Ortega, presidente de la Asociación de Productores de Papa del estado Carabobo

Credito: Correo del Orinoco

18-01-15.-Todavía no hay un consenso entre los productores de papa de los estados Lara y Carabobo y el Gobierno, luego de que un lote de las 7.500 toneladas de semillas de esta hortaliza que arribaron al país, provenientes de Canadá, no pudieran ser utilizadas por estar en estado de deterioro.

El director Nacional de Salud Vegetal Integral del Instituto Nacional de Salud Agrícola Integral (Insai), Raúl Fernández, declaró a los medios que las semillas “sí cumplían con las condiciones fitosanitarias establecidas en protocolos para la importación de tubérculos”.

Mediante un comunicado de prensa del Insai se señaló que tras la llegada del producto a los puertos nacionales, se realizaron las inspecciones rutinarias en Canadá y en Venezuela, constatando que este cumpliera con las condiciones exigidas.

“El flagelo que se originó en Carabobo, específicamente en el sector de Chirgua, fue por mal almacenamiento y un manejo inadecuado, lo que provocó que algunas papas se pudrieran, sin embargo, se realizaron inspecciones en conjunto Insai y Agropatria, donde se tomaron muestras y se comprobó que no había presencia de patógenos que arrojaran que la semilla viniera mal de Canadá”, afirmó el funcionario en el comunicado.

Asimismo, Fernández aclaró que el Estado “responsablemente brindó atención a los agrovenezolanos y agrovenezolanas financiados por la banca social, productores de semilla de papa, a fin de garantizar la producción nacional”. El Correo del Orinoco intentó contactar con el Insai y el Ministerio del Poder Popular para Agricultura y Tierras para ampliar esta información, pero no hubo respuesta por parte de ambas instituciones.

De acuerdo con la información recogida por la prensa nacional, el presidente de la Federación Nacional de Productores de Papas y Hortalizas de Venezuela (Fenaphort), Publio Paredes, señaló que la situación afecta a unos 30 productores, y pone en riesgo a 4,5 millones de kilos de papas que representan 20% de la cosecha anual.

Los productores de papa introdujeron una solicitud ante la Comisión de Agricultura de la Asamblea Nacional, presidida por el diputado Alfredo Ureña, para que se inicie una investigación y se determinen responsabilidades.

DEPENDENCIA EXTRANJERA

Consultado por el Correo del Orinoco, Emmanuel Escalona, director de hortalizas de la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios (Fedeagro), aseguró que “la política agraria durante las diferentes gestiones de gobierno han llevado a que la producción de papa en Venezuela dependa, en su mayoría, de semilla importada”.

 

El mercado tradicional para la adquisición de esta, sostiene, “ha sido el canadiense”, específicamente el que se desarrolla en la Isla del Príncipe Eduardo, “por su calidad y las condiciones” en las que se procesan.

Comentó que “el país se ha autoabastecido de papa de consumo fresco” y que, hasta ahora, “solo ha habido algunas necesidades de papa para uso industrial”. Sin embargo, estima que si siguen habiendo dificultades en el sector, “este año pudiésemos decrecer en la producción de papa”, lo cual generaría una posible escasez de este rubro.

“Si el Estado se suma junto con el productor agrícola y la empresa privada, yo creo que es posible que nosotros podamos subir, incluso, la producción, aunque tenemos una gran deficiencia en lo que fue la importación de la semilla de Canadá”, asintió.

El vocero recalcó que la variedad Kennebec de la semilla de papa ique adquirió el Estado venezolano a la empresa canadiense presuntamente “vino en mal estado, se descompuso y eso generó una pérdida a los productores agrícolas de la zona centro occidente del país”.

Aunque este tipo de papa se puede utilizar para consumo fresco, que es la que se consigue en los mercados nacionales, explicó que la misma es destinada principalmente para el uso en la agroindustria, por lo que el incidente “pudiese llevar, a mediados de año, a una escasez en las industrias freidoras”.

Dice que la agroindustria “no es una isla en la economía nacional, sino que forma parte de la cadena de producción y comercialización”; por tanto, considera que si llegara a presentarse una deficiencia de este rubro, también “se van a ver afectados una importante cantidad de personas que trabajan en esas empresas y el consumidor que forma parte del mercado de los snacks y los pasapalos”.

PAPEROS COMPROMETIDOS

Escalona, quien además es directivo de la Federación Nacional de Horticultores de Papa, argumenta que ningún productor ha actuado con mala intención, sino que por el contrario, siempre han apostado al avance del país, pese a los inconvenientes y trabas que han tenido que enfrentar.

 

“Con todo y las dificultades que tuvimos el año pasado, incluso climáticas, nosotros salimos adelante y subimos la producción agrícola en el rubro de la papa y las hortalizas”, detalló. Ni siquiera el paro de transporte convocado el año pasado, acotó, hizo que los paperos dejaran de trabajar.

Además esgrimió que estos conocen muy bien su trabajo, porque llevan años haciéndolo, razón por la que rechaza que se les atribuya la descomposición de las semillas. “¿Si fuese culpa nuestra, por qué no se dañó la variedad Atlantis, o la variedad Granola?”, cuestionó.

Reseña que en más de una ocasión, a través del ministro y el viceministro de Agricultura y Tierras, le pidieron al Insai que hiciera todo lo posible para que los productores agrícolas fuesen a Canadá a certificar la calidad de la semilla. “Lamentablemente no fuimos atendidos y trajeron unas semillas en condiciones inadecuadas para cultivarlas en Venezuela”, sentenció.

En su opinión, el Gobierno debe “asumir la responsabilidad” de este hecho, reconociendo las pérdidas económicas que han tenido los productores agrícolas y apoyándolos con el suministro de semillas de calidad. Aunque en Canadá ya pasó el ciclo de producción de semillas de papa, el dirigente gremial cree que “se pueden buscar nuevas opciones en Holanda o Nicaragua”, entre otros países.

“Es una cuestión de consenso; nosotros debemos centrarnos en producir y el Estado debe centrarse en darnos las herramientas para hacerlo, nuestra responsabilidad es alimentar al pueblo venezolano y la del Estado es darnos las herramientas para que nosotros hagamos eso”, enfatizó.

 

CICLOS DE PRODUCCIÓN

De acuerdo con el representante de Fedeagro, el periodo de cultivo de papa va de la mano con los diferentes tipos de semilla y de las zonas donde se cosechen: “En el caso de Carabobo y Lara, es un solo ciclo de producción al año; es decir, las personas de allí que compraron semilla de la que llegó descompuesta, y no pudieron sembrar, perdieron la oportunidad durante este año”.

En la zona de los andes, contrastó, donde se cultiva la variedad Granola, “se pueden hacer dos o tres ciclos al año, dependiendo del nivel de altitud que tenga el techo del área de cultivo”. Estos ciclos duran entre cuatro y cinco meses, aproximadamente, y pueden tener diferentes rendimientos de producción por hectárea.

“En los andes tenemos unos rendimientos inferiores, dependiendo del a variedad. Ahí se siembra de manera artesanal, mientras que en el centro occidente del país, donde se hace de forma mecanizada, el rendimiento es más alto”, añadió el vocero.

SELECCIÓN EXITOSA

Para Aldemaro Ortega, presidente de la Asociación de Productores de Papa del estado Carabobo, el incidente no hubiese ocurrido si los agricultores dedicados a este rubro hubiesen viajado a Canadá para seleccionar las semillas junto con los representantes del Gobierno.

 

Entrevistado por el Correo del Orinoco, indicó que desde el año 2010, los productores venían participando en ese proceso, pero en esta ocasión no los tomaron en cuenta, no se sabe por qué razón. “Por orden del viceministro de aquel entonces, Armando Franchis, se ordenó a Agropatria que ampliara la comisión para ir a Canadá. Se seleccionaron a los productores, se les sacó la visa, el pasaporte, pero al final no viajaron”, relató.

Esta comisión, en la que participa un representante de cada estado productor junto con los técnicos de Agropatria y del Insai, verifica las semillas en Canadá, antes de salir, y luego vuelve a hacer una revisión cuando estas ingresan a los puertos nacionales.

Alega que ese proceso de selección “había sido tan exitoso, que solo el año pasado se produjeron 25 mil kilos por hectárea”. En esta ocasión, esgrime, los productores no viajaron y tampoco tuvieron acceso a la supervisión en territorio venezolano. “Si nosotros, al menos en el barco, hubiésemos observado humedad en los sacos, hacemos el reclamo a tiempo”, recalcó.

ADVERTENCIA TEMPRANA

Para el vocero, el hecho de que otras variedades de semilla para uso industrial, como la Atlantis, que fueron adquiridas por medio de la importadora canadiense Di Jenkins Ingham, hayan estado almacenadas en el mismo sitio y no se deterioraron, evidencia que no hubo un mal manejo por parte de los productores.

Por ello les parece injusto que se les haya endosado la responsabilidad sobre lo sucedido, dado que, ellos habían “advertido tempranamente”, a través de varias asambleas, sobre la importancia de sumarse el proceso de selección de las semillas.

Dice que este es un tema en el que la corresponsabilidad productor-gobierno debe prevalecer. “Si vamos a fracasar, que fracasemos Estado-productor juntos, y si vamos a triunfar, que el éxito sea de los productores y del Estado, porque tenemos que concatenarnos”, acentuó.

Aunque el Estado “eficientemente repuso las semillas que se dañaron”, Ortega señala que los productores quieren que se haga una investigación profunda sobre la empresa intermediaria y que se les exija una respuesta contundente.

“Ellos tienen que responderle al Estado venezolano, y reponer las pérdidas que pudieron ocasionarle por el deterioro de la semilla, que no fue en toda, sino en un lote”, asintió.

Refiere el vocero que, incluso, el caso llegó al Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), donde recurrieron 108 cultivadores de papa, procedentes de Lara y Carabobo, para solicitar apoyo. “Queremos saber quiénes son los que integran esta empresa”, expresó. También desean reunirse con el vicepresidente Carlos Osorio.

 

LA MAYOR PÉRDIDA

Esta no es la primera vez que una semilla de papa se daña en Carabobo. En la zafra de 2008–2009 y 2009–2010, rememoró el productor, también se perdieron unos lotes. Sin embargo, Ortega calcula que en esta ocasión el deterioro fue mucho mayor, según lo que recuerda en los 18 años que lleva cultivando esta hortaliza.

“En mi caso, el Estado me repuso 30 sacos, pero que yo recuerde, la pérdida más alta que había tenido en todo el tiempo que he venido produciendo papa es de saco y medio en 500 sacos, es decir, un 0,1% de pérdida”, relató.

A partir de la llegada de Yván Gil al Ministerio de Agricultura y Tierras, aduce, esta falla fue corregida. Además, dijo que en la gestión de Gil fue cuando se comenzó a incorporar a los productores en la toma de decisiones, pero que todavía falta mucho por avanzar.

Por otra parte, aseveró que el incidente suscitado con las semillas importadas desde Canadá no generará mayores inconvenientes en la producción del mencionado rubro durante este año.

“No hay que alarmarse, porque lo más difícil ya pasó, lo que se pudrió se repuso. Ahora estamos en un proceso de observación del desarrollo del cultivo, y hasta el momento la papa está naciendo con normalidad”, describió.

La zafra se cultivará con normalidad, asegura, puesto que la situación se abordó de manera efectiva. “Tuvimos un poco de retardo por el proceso de sacar la mala y seleccionar la buena, pero la reposición llegó a tiempo”, concretó.

RELACIONES CORDIALES

Afirma Aldemaro Romero que las y los productores de papa de Carabobo han tenido buenas relaciones con el Ejecutivo. “Tanto es así, que durante la entrega de las semillas, en noviembre pasado, estuvieron presentes los dos viceministros de Agricultura”, aduce.

Incluso, el productor y representante del gremio sostiene que fue el propio ministro José Luis Berroterán quien ordenó la reposición de las semillas cuando se presentó el problema con el producto traído de Canadá.

“Nosotros tenemos las más cordiales relaciones con el Estado, lo que queremos es que se escuche más al productor y que se hagan los correctivos de la mano con el productor”, enfatizó.

En opinión de Ortega, la agricultura, y especialmente la producción de papa, fuera un oficio mucho más rentable si se atendiera en su totalidad a la agroindustria. “Si nosotros incentivamos todo el eje fronterizo que tenemos en el Táchira, fácilmente podemos cubrir los requerimientos de la agroindustria”, asintió.

Menciona que en la entidad andina se pueden producir mensualmente 9 mil toneladas de papa de uso industrial. “Si empresas como McDonald’s y Wendy’s -que requieren productos terminados- presentaran un plan de siembra al Estado, este se los apoyaría como hizo con Pepsico y Munchis”, evaluó.

Estas cadenas de comida rápida, en su criterio, “deberían estimular la producción de papa de uso industrial y apostar por Venezuela para garantizar su producto final”, pero piensa que quizás no lo han hecho hasta ahora “porque seguramente es más fácil para ellos solicitar divisas y traer el producto terminado”.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 7247 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter