Descubre la guerra psicológica contra el proceso

En ocasión de nuestro artículo “Psicología para la Revolución” muchos compatriotas se han interesado en conocer mas a fondo los mensajes de Guerra Psicológica y muy particularmente la manera en la cual tales armas  de sugestión  pueden ser contraatacadas en el medio donde estas personas se desenvuelven. Al respecto hago notar la observación unánime de los  camaradas sobre el carácter rígido y automatizado que perciben en el comportamiento de las victimas de estos mensajes y de la forma casi “hipnótica”  (sic) en que los individuos afectados rechazan cualquier argumentación lógica, mostrándose agresivos y repetitivos en relación al mensaje.

Comencemos por el principio, un mensaje de guerra psicológica es sencillo, fácil de repetir y tiene un contexto, un ambiente que le da sentido. Si se lo toma y se le aísla de su “ecosistema político” es solo un mensaje para tontos Ej. Los mensajes: “van a quitar la gasolina por una semana”  y  “parece que el gobierno no tiene para pagar la quincena”, los cuales sugieren falta de dinero, tienen sentido si se ve el momento en que surgen, el de reajustes económicos, porque el de “te van a quitar la carnicería”, sugerente de expropiación arbitraria,  tuvo sentido justo antes de la votación para la reforma constitucional. La carnicería en Venezuela trepa cerros, entra a barrios, esta entre la clase media, es lugar tradicional de reunión y de queja. El venezolano incluso, en su cultura, tiene una propensión natural  a esos temas hablados toda la vida en la carnicería y que entre los ingleses equivale a charlar del tiempo, son esquemas vacios igual en 1968 que en 2009: “la carne esta por las nubes”,  “esa es una virosis que esta dando”,  “este año como que no se van a poder hacer las hallacas”,  “esta navidad estuvo mas aburrida que las de antes”. De modo que tocar con un mensaje sucio del tipo “van a expropiar las carnicerías” equivale a poner en campaña  un ejercito de carniceros indignados que animaran la tertulia tumba gobierno porque “si me quitan la carnicería después a tus hijos los mandaran a derramar su sangre en Bolivia” (Mensaje sucio 2) y la victima de aquel grotesco mensaje llegara a su casa, donde su mujer, maestra jubilada, ahora que se cree clase media de la alta sociedad le dirá: “Eso debe ser verdad porque en la peluquería escuché que si tienes dos carros te quitan uno”, (Mensaje sucio 3) a lo cual seguirá el razonamiento pico y pala de quien no se ha leído tres libros completos en toda su vida: “Chico ¿será que le van a quitar el Ford Fiesta a Mónica Yesenia? Y ¿Qué pasara con el Aveo de Andrés Ernesto? ¡Si los paramos en el mismo garaje!”. Puede asombrar la velocidad con que se adoptan ridículas conclusiones geopolíticas como la de que “van a fundir a Bolivia, Cuba y Venezuela en un solo país”, o mover turbar furibundas e idiotizadas como la que ataco la Embajada Cubana en 2002, por cierto ¿Qué habría pasado si los custodios se asustaban y dejaban pasar la turba?, lo planteado ¿Qué era?, ¿Matar muchachitos, mujeres y trabajadores inocentes?

A propósito de lo mencionado, debo referir que un poco antes del referéndum hube de intervenir en una disputa originada en la puerta del edificio del lado porque una masa de vecinos indignados rechazaba la presencia de  un señor humilde y  decente que llego a instalar los bombillos ahorra luz en los apartamentos.  

Uno de ellos, conocido mío, decía a viva voz: “tu crees que nosotros no sabemos que vienen a ver si tenemos cuartos vacios para alojar a la gente pobre, trabajen como trabajamos nosotros ¡!” y ante mi propuesta de tomar los bombillos y relevar a aquel trabajador de tan problemático encargo vi espetar de los labios de un mismísimo ingeniero: “Doctor, ¿Usted no sabe que esos bombillos tienen un chip para saber lo que uno hace en su casa?”.

El mensaje de guerra psicológica además de ser corto, fácil de repetir y estar en un medio que le da sentido tiene una característica especial: presenta algo que es verdadero y luego lo tuerce hacia lo falso Ej. “los chavistas se visten de rojo…” (Verdadero) “…ahora a los muchachos del liceo los vestirán de rojo” (falso); “Chávez dijo que si la oligarquía derrocaba a Evo correría sangre venezolana…” (Verdadero, si lo dijo) “…entonces mandaran a tus hijos a morir en Bolivia”  (Falso, eso suena a que mandaran a los liceístas).

Muchas veces la parte verdadera esta sobrentendida y solo mencionan la parte falsa Ej. “Hay médicos cubanos en Venezuela…” (Verdadero, sobrentendido) “…ellos no son médicos, son enfermeros cubanos” (Falso). Ej. “La Federación Médica no esta de acuerdo con que los cubanos estén en Venezuela (Verdadero, esa es una institución escuálida) “los cubanos no son médicos”  (falso, si son médicos).

Seguidamente diremos que el mensaje de guerra psicológica esta destinado a producir miedo en el enemigo (nosotros)  y rabia en los aliados (los escuálidos). Luego entonces, el mensaje producido en el laboratorio de guerra sucia será más efectivo en la medida que produzca el máximo miedo en el enemigo (nosotros los chavistas) y la máxima rabia en los aliados (los escuálidos), esto sucede en varias etapas progresivas. El miedo va en la siguiente gradación: Prudencia – Cautela – Alarma  -  Temor Controlable – Ansiedad – Pánico – Terror. En esta última etapa, la del terror, el individuo se paraliza, no se mueve, no se defiende, solo espera el golpe que acabará con él. No todos somos iguales, un mensaje puede llevarnos a unos a la prudencia y luego a la cautela pero a otros puede llevarlos directo al pánico  Ej. “esto dura hasta que baje el petróleo”, “PDVSA esta quebrada por regalar”, “La van a pagar por estar inscritos en el PSUV”.

Por otra parte, el mensaje de guerra psicológica busca estimular la ira del enemigo en el siguiente esquema progresivo: Resentimiento – Enojo –  Cólera  - Agresividad – Elación. La última etapa, la de elación, define el estado del individuo “envenenado” por el mensaje sucio y donde exhibe su máxima efectividad como asesino porque no se exaspera, no se apresura, no esta nervioso, solo mata como una maquina con una mente fría guiada por un corazón lleno de odio. Aun recuerdo en los días de 2002 un papelito que me deslizaron por la puerta de mi edificio de clase media donde pretendían ofrecer un manual para “descubrir al chavista”, decía: “obsérvalo, te esquiva la conversación cuando hablas del gobierno, lleva una franela roja bajo la ropa cuando hay marchas, no se reúne con los otros vecinos en los momentos de las protestas ni en los bloqueos a las calles. Tenlo presente, cuando llegue el momento indicado échale goma a la cerradura de su casa, espíchale los cauchos…”. Eso es verdad y sucedió aquí en Venezuela como si fuera la Italia de Benito Mussolini o el Berlín de 1939 ó la España inquisidora de 1500 contra los judíos.

Finalmente,  el mensaje de guerra psicológica busca operar <>, esto es, ser un resorte de la conducta que se dispara sin  dejar chance al pensamiento, como lo hace una trampa de ratones.

Es decir, el mensaje sucio viene elaborado de forma que no pase por el filtro de la razón, de otra manera el individuo vera fácilmente que se trata de un mensaje para tontos, ¿Cómo logra esto?, disparando las emociones primero que la razón y haciendo que estés “indignado” antes de que tu razonamiento lógico funcione, al respecto mira estas perlitas que han lanzado nuestros colegas gringos desde su poceta comunicacional hacia la opinión pública: “si tienes dos casas te quitan una”;  “prohibirán beber whiskies”; “eliminaran los tintes y pañales desechables”; “se llevaran los niños para educarlos”  ; “si te haces los senos te clasifican de oligarca”; “saben que eres escuálido por andar bien vestido” ; “quitaran las clínicas privadas” etc. Etc.

En el mundo de las “operaciones psicológicas”, nombre técnico de este tipo de guerra, las armas psicológicas se clasifican en la siguiente forma: <>: propaganda abierta, panfletos, volantes, pancartas, programas; <>: propaganda secreta, rumores, efectos subliminales y <>: mensajes a la población a través de hechos de  asesinato, sabotaje, espionaje y subversión.

Como revolucionarios de base normalmente deberemos enfrentar las armas psicológicas <> y >> Negras>> con personas victimas de su efecto, a tal respecto le pido que implemente las siguientes medidas cada vez que enfrente un mensaje de guerra psicológica:

    • Tenga en cuenta que quien repite un mensaje de guerra psicológica es una victima, sienta compasión no indignación. Ud. Verá que un profesor universitario puede decir cosas como “van a pedir carta de concubinato en los hoteles” o “los bombillos cubanos tienen un chip”.
    • Afirme la realidad y niegue la proposición falsa Ej. “Estamos colocando bombillos pero no chips”; “se están regulando las clínicas privadas, no quitándolas”
    • No reaccione de manera emocional ante los afectados por los mensajes de guerra psicológica, no los contradiga a la primera, déjelos que piensen Ej. Si le dicen: “Los médicos cubanos se están yendo a Miami”, (Fíjese que la victima ya no dice que son falsos médicos e incluso les da el derecho de ejercer en USA), responda: “¿Entonces a los doctores los están aceptando en Miami los americanos?”
    • Transmítale al afectado que se trata solo de otro mensaje falso Ej. “¿te dijeron que van a prohibir los hilos dentales en la playa?”, “eso se parece a aquello de freír cabezas”.
    • Quítele el carácter noticioso al mensaje, para eliminarle el efecto reflejo Ej. “ya antes dijeron que a los muchachos los iban a enviar a Cuba. ahora es ¿que los van a convertir en guerrilleros?”
    • Voltéeles la consecuencia lógica que ellos proponen en su mensaje Ej. “Tu dices que los americanos nos invadirán, ¿Tu crees que seria beneficioso que nos invadieran los americanos?” ó “tu dices que se desplomaran los precios del petróleo, ¿tu consideras que te beneficiarias si el barril de petróleo volviera a costar 8 dólares?”
    • Aplique la técnica del espejo creada por el psicólogo americano Carl Rogers Ej. “Si José, para ver si entiendo, los bombillos cubanos tienen un chip que Fidel puede activar si necesita escuchar alguna conversación en tu casa…” Eso hará que vea el mensaje sin emoción y su propia razón la perciba como una información para tontos.

Recuerda camarada, el escualidismo es una forma de reacción.  Alemania, la cuna del socialismo científico, fue también el caldo de cultivo de aquella enorme aberración política llamado el nazismo. En el mismo lugar donde hubo el gran partido comunista de Italia surgió el Fascismo. De las manos de un gran teórico marxista como kausky salió el café con leche de la Social Democracia o Semisocialismo del siglo XX. Dialécticamente no puede haber revolución sin contrarrevolución y esa guerra psicológica que tanto Ud. como yo escuchamos en la calle no es espontanea, es inducida y despiadadamente dirigida como en los días de Allende, cuando según un informe desclasificado,  dicen  que se creaban por parte de la CIA 6 mensajes sucios al mes para ser difundidos a través de los bares mas visitados de Santiago.

Como dijo Marx, el capitalismo trae consigo la cuerda para ser colgado, utilicemos sus medios por un mundo mejor, hagamos una red para combatir la guerra psicológica cada vez que aparezca un mensaje prefabricado. Desenmascaremos esa propaganda absurda alienante del pensamiento, veamos la terrible enfermedad de ese escuálido que una vez le metieron un Casete de que “los adecos son mejores porque roban y dejan robar”, el mismo que decía en su sinvergüencería banal “Democracia con Energía” y “No desesperes que viene Pérez”. Vamos a instalarles un CD que diga “No Pasaran”.

Hey pity yankee!

Socialist Fatherland or dead!

miguelvillegasfebres@hotmail.com





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