Una década antes del estallido de la guerra de Secesión norteamericana la escritora Harriet Beecher publicó "La Cabaña del Tío Tom" una novela que piadosamente condena la esclavitud y en la cual el protagonista, un afrodescendiente, perdona a sus hermanos blancos por explotarlo, destruir su familia y su contexto social.
Según Marcuse la alienación consiste en la necesidad de ser explotado, en sentirse bien con las condiciones que imponga el patrón en la fábrica. Para un alienado de hoy el sueño americano existe, pese a la crisis que envuelve el imperio del norte, y sus metas son poseer una visa, luego la residencia, ejercer oficios que los blancos rechazan, conocer Disneyworld y engullir Mc Donald's. Son los valores del capitalismo: Se quejan de la violencia tercermundista y callan ante los genocidios en Hiroshima, Nagasaki, Irak, Pakistán, Palestina o ante la cadena de asesinatos en escuelas y espacios públicos de EE.UU. Son también Tío Tom porque no asumen su condición de clase, se dejan utilizar y agradecen las migajas que encuentran.
Digo esto viendo a los empleados de La Polar en Barquisimeto, a los trabajadores agrícolas de la Hacienda La Carolina y a los técnicos de Rctv Internacional, sumisos, dolidos y hermanados con sus patrones que los utilizan como carne de cañón en su estrategia contrarrevolucionaria para enfrentar el gobierno que preside el Comandante Presidente Hugo Chávez.
Ahí está la gente de Radio Caracas Televisión abandonada por los mismos patronos que los pusieron a recoger firmas, a hacer shows melodramáticos, a encadenarse y cuanta cosa se les ocurrió al Sr. Granier y luego cuando bajaron la santamaría, Chao pescao, si te vi no te conozco. Ellos son los Tío Tom. Sin conciencia de clase, sintiéndose más cerca del dueño del negocio que de su mundo de trabajo y sin anestesia los desechan como un trapo viejo.
Para quienes militamos por una vida más digna, porque el pueblo ejerza y ocupe un rol cada vez más preponderante en la cuestión social, se nos impone el reto de desmontar el modelo capitalista que buscar beneficiar a un grupo e invisibiliza la mayoría de nuestros compatriotas.
Un reto que se impone al Psuv y a los aliados revolucionarios que nos acompañan es ganarse todos estos estratos intoxicados y confundidos y hacerles ver que en un Estado Comunal pueden compartir las ventajas de una sociedad donde la prioridad es el ser humano.
Necesitamos crear conciencia en los obreros, en los campesinos, en todo los trabajadores, empleados, teniendo en cuenta que pese a lo acomodaticio de los sectores medios que el humorista Aníbal Nazoa retrató en una frase: "la clase media se medio se compromete cuando le conviene", pueden ser rescatados para el país que estamos construyendo.
La descolonización de los años 60 del pasado siglo produjo Tíos Tom que hoy duermen en el desván de la historia. La Guerra de Argelia contra el colonialismo francés dio los Harkis que sirvieron para las operaciones sucias y fueron olvidados en los Acuerdos de Evian en 1962. Igual suerte corrieron los Méo o Hmong de Laos que fueron entrenados por la CIA y asesinaron cientos de patriotas vietnamitas, camboyanos, laosianos durante el conflicto de Vietnam y también fueron abandonados por sus amos gringos.
A los Tío Tom vernáculos les conviene verse en el espejo de los pedevesos de 2002 y 2003.
lucartjesus@yahoo.es