Estamos en guerra por el petróleo

  Una vez finalizada la segunda guerra mundial inmediatamente el reacomodo del mundo empezó a moverse, unos por adueñarse de nuevos territorios y otros por defenderse de los colosos imperiales que ya ideaban mil formas de adueñarse del orbe, como en efecto sucedió. 

      Para esto, primeramente siguen utilizando aspectos sensibles como el teológico, aprovechan esta clara influencia en fomentar divisiones del pasado, totalmente irreconciliables. Esta fórmula dio resultado en países como Irán, Arabia Saudita, Jordania y los Emiratos Árabes Unidos.

      El segundo conflicto subyace en claros grupos separatistas interesados en quedarse con zonas llena de petróleo, los objetivos: la recién conformada Petrosur y Petrocaribe y el controvertido estrecho de Bab Al-Mandab, conocido como punto de “estrangulamiento”.

     En Somalia cuya principal característica es la navegación diaria de tres millones y medio de crudo le destruyeron su gobierno. Los países más interesados saben que si se da el bloqueo el valor del petróleo aumentaría, y esta vez será por encima de los ciento setenta dólares por barril.

      Otro punto de estos levantamientos es controlado por las amenazas de los jihadistas-salafistas, supuestos miembros de Al-Qaeda, claras piezas de la Central de Inteligencia Americana, (Al-CIA) estos saben que no existen más de doscientos pretendidos de estos terroristas en algunas zonas como Yemen, por lo tanto, no son ninguna amenaza, pero el desenfreno estadounidense los infla de propaganda extremista.

     La línea del conflicto ha logrado activarse en un gigante espacio geopolítico,  desde Venezuela, pasando por el Cuerno de África (Somalia, Kenia, Etiopía, Yibuti, Eritrea y la costa de Sudán en el Mar Rojo), pasando por toda la Península Arábiga (primordialmente Arabia Saudita y Omán) hasta el norte del Golfo Pérsico (Irán, Kuwait e Irak)

     Desde 1979 (coincidentemente fecha de la revolución chiita iraní), el teórico fundamentalista israelí-británico Bernard Lewis, lanzó el concepto del “arco de la crisis”, el cual nace en el subcontinente indio, pasando por el Medio Oriente, llegando hasta al Cuerno de África.

     Cabe señalar que el estado de salud mental del israelí-británico Bernard Lewis, deja mucho que desear, aseguró hace algunos años que en una fecha específica Irán lanzaría sus bombas nucleares (que no posee) contra Israel (lo cual tampoco ha sucedido).

     El “arco de la crisis” confesión propia de los obscenos actos de sus teóricos los israelitas, mas Estados Unidos y su vieja aliada, Gran Bretaña, lo impulsan para controlar el ochenta por ciento de los hidrocarburos del planeta, sin escaparse Venezuela.

     El meollo del incendiado “arco de la crisis” esta tras la desestabilización de Venezuela e Irán, primeras reservas de petróleo y gas en el mundo, exquisitamente ubicadas en las famosas reservas suramericana y la del Mar Caspio, compartidas las primeras con Brasil y Bolivia y las segundas con China, tercera reserva de hidrocarburos del planeta, allí se encuentran las cuartas partes de las reservas del mundo, estando hoy integradas por las repúblicas ex soviéticas, separadas hábilmente después del derrumbe socialista, igual auspiciado por la administración de EE.UU, para aquel momento en que el mundo se movió y estiro más de lo esperado, quizás de lo acostumbrado.

      El Golfo Pérsico es otro de los temidos “puntos del estrangulamiento”  por  esta zona geográfica y de importancia geopolítica y geoestratégica transitan diariamente el cuarenta por ciento del petróleo mundial, dirigido primordialmente al noreste asiático: China, Japón y Sud-Corea, compartiendo las incandescentes fronteras de Afganistán, Pakistán, más Irak.

     El “arco de la crisis”, lleva activado treinta años, objetivo central: control de sus hidrocarburos, esto trae en sus estrategias desinflar al recién temible millonario: la rival China.

     Esto nos lleva a afirmar que asistimos a una genuina “guerra geoenergética” entre Estados Unidos y China, dos de los principales consumidores y altos contaminadores del mundo.

  Pero controlar los hidrocarburos del “arco de la crisis” principalmente por Estados Unidos y sus aliados de Gran Bretaña e Israel, significa la posesión geográfica de aquellos enclaves petroleros, quedarse con la exploración y hasta con su producción, impedir que China consiga acceso, o el libre tránsito para su abastecimiento desde los “puntos de estrangulamiento” del Estrecho de Bal Al-Mandab, el Golfo Pérsico y el Estrecho de Málaca, mas Yemen, país al cual pretenden fracturar, ubicado entre Malasia e Indonesia al cual accidentalmente Al-Qaeda bautizo como su “segundo frente”.

     Con la fachada de estos colosales obstáculos creados en los “mares calientes”  básicamente del Océano Índico y en sus “estrechos” geográficos de los puntos de estrangulamiento, China ha optado por buscar otras fuentes alternas, primordialmente en Asia Central, firmando contratos de abastecimiento con Turkmenistán, Kazajstán y Uzbekistán, no se diga con el “Lejano Oriente Ruso”, no obstante sin dejar por fuera al África, Brasil y Venezuela.

     La estrategia militar estadounidense se da por el control de los diferentes estrechos atlánticos, inundando los océanos de buques, portaaviones y cuanto despliegue militar y naval les proporciona El Pentágono, todo financiado con dineros de sus contribuyentes.

     Sin duda que el expectante poderío militar se encuentra en el Océano Indico, pero la mayor estrategia desestabilizadora está situada contra Venezuela, esto desde los cuatro puntos cardinales, esta es la principal lectura, de hecho, toda la desestabilización está dirigida contra nuestras fronteras.

     Buscan ahogarnos, perseguirnos, bloquearnos, todo por detener nuestro gran crecimiento geoenergetico.

     El cierre del tránsito marítimo está bastante adelantado, igual lo hicieron con las regiones centroasiáticas de Shanghái, quienes para protegerse y poder navegar, acordaron acuerdos y alianzas con Rusia, mas otros países de la corriente islámica, quienes les abrieron su tránsito marítimo.

     La agresión de esta “guerra multidimensional” lanzada por la administración estadounidense, centra sus operaciones en dos estrategias y dimensiones diferentes, penetrar con su poderío militar para debilitar a Venezuela en el llamado “Arco de la Crisis” y por otro lado sin descuidar la conocida línea de Brzezinski, ante esto, la respuesta del gigante asiático apunta hacia las guerras geofinanciera y geoeconómica, y la nuestra apunta a las nuevas alianzas energéticas a nivel mundial, mas Petrocaribe y Pertrosur, contra esto, EE.UU. utiliza su gran súper poder militar y poderío económico con su impresionante reserva de divisas.

     Este enfrentamiento dado en esta parte del continente, afecta enormemente las otras tres cuartas partes lejanas, pero cercanas cuando de consecuencias en petróleo se trata, sencillamente asistimos de facto a una guerra geoenergetica, desarrollada desde los paralelos 20 y 40 (Gaza, Líbano y Siria), en la llamada “línea Brzezinski” mas Venezuela, la cual va de forma horizontal desde la costa oriental del Mar Mediterráneo atravesando el corazón del “arco de la crisis” (Irán e Irak) alcanzando a la invadida Afganistán, Pakistán y Cachemira, mas todo el continente suramericano.

     Recientemente obligaron a la India a entrar en este conflicto, mientras más territorios y población, más se infla el peligro, utilizaron los aplastante atentados de Bombay donde de un solo bombazo volaron el majestuoso e impresiónate Hotel Sheraton, dejando un inocultable rio de inocentes muertos, atentado igual atribuido a Al-Qaeda, pero en realidad ejecutado por la CIA para hacer entrar este país a una nueva gran guerra. Esta es la manera y las formas de los EE.UU de hacer geopolítica.

     Las guerras del “Niño” Bush, avaladas hoy por el “Bebe de Pecho”  Obama, presidente entregado al secuestro del gran “complejo-militar-industrial”, conocido como la “línea Brzezinski” y entrecruzado con el “arco de la crisis” de Bernard Lewis, explica el incendio, relativamente reciente entre Somalia, Yemen y Venezuela, consumidos hábilmente por la empresa de publicidad que ha dado las mejores ganancias al mundo y han puesto desde el país más pequeño al más gigante a sentir que los atentados estallan en las colas de sus extravagantes palacios presidenciales, me refiero a Al-Qaeda y al vulgar pero sostenido tema del terrorismo del cual intentan arroparnos entre otros con la guerrilla colombiana. Todos temas falsos escándalos, entre otros, centrados en la propagación bélica de su “periferia inmediata”, apuntando hacia pobres países, como Sudán (con pletóricas reservas de petróleo), Omán y Arabia Saudita (primera reserva mundial de petróleo) y Venezuela de segunda y próximamente de primera.

     La hostilidad por el petróleo se debate en las tres diferentes guerras “locales” creadas, las ramificaciones y repercusiones tanto regionales con la primacía de Irán y de Arabia Saudita, grandes productoras de crudo, hidrocarburos, queriendo destinar por parte de EE.UU. y sus aliados a afectar el avance venezolano.

     La relevancia estratégica en el Estrecho militarizado por El Pentágono de Bab Al-Mandab “la puerta de las lágrimas”, expone a través de este “la visión de Washington” sobre las reservas, las cuales ya se dan por adueñadas por el poder Obama.

     Yemen esta cerca de Arabia Saudita, con su potencial de reservas tanto en Masila como en Shabwa, muy prontas a caer gratamente bajo el cobijo de las trasnacionales petroleras de Estados Unidos.

     Pero Venezuela está cerca de los EE.UU. y está conformada por una peligrosa oposición, hoy dueña de más de sesenta curules en la Asamblea Nacional, y a quienes no les importa hacer lo que sea por derrotar la propuesta socialista bolivariana.

     Si no se supiera que la producción actual de Venezuela se encuentra crucialmente en cada parte que se perfora, no se libraran dos guerras: una interna muy secesionista, muy real y con nada descabelladas probabilidades de triunfo, y otra exterior donde nos acusan entre otras perlas de ser hasta miembros de Al-Qaeda, creada por la Al-CIA muy inflada a la conveniencia opositora-estadounidense.

     La estrategia del Pentágono, técnicamente conocida como “Control del Espectro Total”, aplicada a Venezuela, puede, mejor dicho, consiste en contener la importación de  nuestro petróleo, así como está sucediendo con China (6 por ciento de su total) desde el Puerto de Sudán en el Mar Rojo, justo al norte del estrecho de Bal Al-Mandab.

     Estados Unidos hace esfuerzos por controlar todos los puertos y territorios, para esto no descansa desde la entrada de Asia a través del Océano Índico, como tampoco con Suramérica, sino para que crearon el Plan Colombia y recientemente militarizaron toda la navegación desde las costas costarricenses.

     Venezuela para sobrevivir debe desplegar la estrategia compleja de evitar los puntos de estrangulamiento como el aplicado en el Estrecho de Ormuz del Golfo Pérsico, más el Estrecho de Málaca y el nombrado Estrecho de Bab Al-Mandab. Cuidado si nos crean el estrecho del estrangulamiento suramericano ¿o, ya esta creado?

     El Control de Espectro Total de El Pentágono consiste en amenazar el cese de flujos energéticos no solamente a Venezuela, igual lo hace contra China y se lo harán a cualquier país que se atraviese en el camino de los hacedores de la política de Washington. 

     Los llamados intereses estadounidenses contra Venezuela significan un gráfico de advertencia, sino nos atrevemos a comerciar nuestro petróleo a sus precios o en una canasta de divisas, nos harán sucumbir en sus guerras, y para esto ya empezaron con la nueva configuración de la Asamblea Nacional.

     La estrategia del Pentágono implica “aislar a Venezuela” bajo el aupado conflicto entre bolivarianos y los Mudos (Mesa de la unidad de la oposición) quienes paulatinamente contaminan y minan los avances de la revolución bolivariana.

     De seguir esto, los vencedores serían El Pentágono, la Agencia Central de Inteligencia y el Mossad, mientras los perdedores serian el arco bolivariano, encabezado por Venezuela. Mas China, Rusia e Irán, de acuerdo con el escenario del Control de Espectro Total del Pentágono, mediante el cual se pretende “recargar el imperio estadunidense”.

     La resurrección de Estados Unidos, mas Los Aliados, Gran Bretaña e Israel pasa por la destrucción del resto del planeta, en particular, de tres gigantes: Rusia, China y Venezuela, mas los países que se ubican en el cruce del “arco de la crisis” y de la línea Brzezinski.

     Esto sobre todo con el caso venezolano el cual está a punto de situar sus reservas en más de trescientos mil millones de barriles de las cuales no por coincidencia el Departamento de Energía gringo estima que están por encima de los quinientos mil millones de barriles en reservas.

     Si las fuerzas bolivarianas, siguen desperdiciando como hasta ahora lo han venido haciendo en la transición hacia el socialismo, pasara el fugaz momento de la transición  hacia el socialismo del siglo XXI.

venezuela01@gmail.com 
 

PONENCIA PRESENTADA EN LA I  JORNADAS  DE  INDUCCIÓN  DE  LOS  DOCENTES  LIBRES.  SEMESTRE  ACADÉMICO  2010-II.  EN  EL  MARCO  DE  LA  TRANSFORMACION  UNIVERSITARIA UNELLEZ-BARINAS.  30 DE SEPTIEMBRE 2010



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Miguel A. Jaimes

Politólogo. Magister scientiae en ciencias políticas. Doctor en ciencias gerenciales. Posdoctor ontoepistemología en geopolítica de las energías. Cursando doctorado en letras. Cursando Posdoctorado en literatura del petróleo en Venezuela. Libros: El oculto poder petrolero, apertura petrolera, poder de PDVSA vs. poder del estado. Petrocaribe la geogerencia petrolera. Primera edición. Petrocaribe la geogerencia petrolera. Segunda edición. Director del diplomado internacional en geopolítica del petróleo, gas, petroquímica y energías – Venezuela. Director de la web https://www.geopoliticapetrolera.com

 venezuela01@gmail.com      @migueljaimes2

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