La resurrección del Talibán

Siempre es pertinente advertir sobre los desmanes de los grandes medios de comunicación estadounidenses en la globalización. En efecto, las televisoras CBS, NBC, ABC, FOX y CNN, al igual que tabloides como The Wall Street Journal, USA Today, The Washington Post, The New York Times y Los Angeles Times, entre otros, conforman la artillería mediática al servicio de la manipulación global. Para nada subestimamos la influencia de las agencias gringas y su capacidad para internacionalizar mentiras y peligrosa es su formula mediática para la satanización de los personajes opuestos a su interés y el guión para derrocarlos. En la Casa Blanca, el control de la opinión pública es vital para justificar invasiones, bloqueos y agresiones contra quien pretenda independizarse de la dominación; incluso se sabe de funestos mercenarios asalariados del Imperio que luego de cumplir las tareas asignadas, fueron defenestrados por éste mismo.

Ciertamente, con posterioridad a la conmoción mundial originada por el trágico derrumbe de las Torres Gemelas en Nueva York, George W. Bush convirtió al presunto autor del hecho, Osama Bin Laden, en el hombre más famoso y buscado del planeta. Ese mismo delincuente que con financiamiento del Imperialismo Yanqui expulsó al reformista Gorbachov de Afganistán en 1988, reapareció en 2001 como responsable del crimen más abominable en la historia de Estados Unidos. Sin embargo no es secreto para nadie la existencia de investigadores y analistas que afirman hasta el presente que todo se debió a una demolición controlada mediante explosivos colocados dentro de las torres, es decir, un probable auto-ataque para legitimar la campaña antiterrorista global y el saqueo a pueblos del Oriente Medio cuyo único pecado ha sido su riqueza petrolera.


En cualquier caso, lo que le consta al mundo como acontecimiento inolvidable es que teniendo menos votos populares que su rival Albert Gore y después de varias semanas de disputa judicial, el recién nombrado Presidente Bush experimentaba bajísima popularidad, y fue su célebre declaración guerrerista: “Están con nosotros o están con los terroristas” lo que lo elevó a la condición de gran líder chauvinista capaz de manipular al sufrido pueblo estadounidense hacia el odio y la venganza contra enemigos ficticios: Antes los comunistas, luego los árabes. Este año nuevamente Bin Laden (vivo o muerto) reaparece como trofeo, esta vez para revivir electoralmente a un histriónico presidente (Obama) y ganador del Premio Nobel, además de “justificar” la continuación de la guerra contra supuestos dictadores y terroristas, aunque ello cueste la muerte de millones de indefensos. No cabe duda que por los favores recibidos, Bush y Obama pudieran decir hoy: “Thank you very much, Mr. Bin Laden”.



(*)Constitucionalista y penalista. Profesor universitario. 


jesussilva2001@cantv.net

http://jesusmanuelsilva.blogspot.com



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Jesús Silva R.

Doctor en Derecho Constitucional. Abogado penalista. Escritor marxista. Profesor de estudios políticos e internacionales en UCV. http://jesusmanuelsilva.blogspot.com

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