El premio Nobel y el bloqueo contra Cuba

La Administración del presidente Obama, que ha pretendido impactar al mundo con un discurso de cambio y renovación de su política hacia Cuba, mantiene intacto el andamiaje de leyes y disposiciones que conforman las bases legales y las regulaciones del bloqueo e incluso ha recrudecido la dimensión extraterritorial de esta política, fortaleciendo las sanciones y la persecución contra ciudadanos, instituciones y empresas de terceros países, que pretenden establecer relaciones económicas, comerciales, financieras y científico técnicas con Cuba, pisoteando además los atributos soberanos de esos estados.

No es obsoleto, por recurrente, insistir en que el bloqueonorteamericano contra Cuba viola el Derecho Internacional, es contrario a los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, constituye una transgresión al derecho a la paz, el desarrollo y la seguridad de un Estado soberano y es un acto de agresión unilateral y una amenaza permanente contra la estabilidad de nuestro país. Califica además como una violación masiva, flagrante y sistemática de los derechos humanos de todo nuestro pueblo, a la vez que socava también los derechos constitucionales del propio pueblo norteamericano al quebrantar su libertad para viajar libremente a Cuba.

Ningún bloqueo ha sido tan abarcador, brutal, ni tan extendido en el tiempo contra un país. El daño económico directo ocasionado a nuestro pequeño país por la aplicación de esta política durante más de 50 años supera los 100.000 millones de dólares, sin cuantificar el perjuicio moral y humano causado a las familias cubanas.

Tratar de rendir por hambre y enfermedad a un pueblo se califica como un acto de genocidio en virtud de las leyes internacionales. Apenas mencionaré algunos ejemplos concretos de la afectación que el bloqueo norteamericano provoca a la salud pública cubana.

Los niños y jóvenes cubanos con tumores malignos en los huesos no pueden contar con las prótesis extensibles para sustituir las partes óseas en la cirugía de sus tumores, debido a que estas son comercializadas por empresas norteamericanas.

A Cuba se le continúa negando la compra de citostáticos novedosos de producción norteamericana como la adriamicina liposomal y la nitrosoureas, específicas para tratar tumores encefálicos. Lo mismo sucede con los antibióticos de última generación para niños menores de un año, específicamente para uso por vía oral.

El instituto de Oncología se ve privado de contar con un citómetro de flujo, para el estudio de las células cancerosas, dado que la firma norteamericana Becton Dickinson, al conocer que su destino era Cuba, le negó su venta a la empresa intermediaria en la compra.

El Programa Nacional de Trasplante Renal de Cuba corre serio riesgo de paralización, porque el bloqueo impide adquirir los reactivos serológicos anti HLA de alta calidad que dicho programa requiere.

Este 25 de octubre, cuando por vigésima ocasión consecutiva, en la Asamblea General de Naciones Unidas se discuta el Proyecto de Resolución titulado “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”, el Gobierno norteamericano volverá a escuchar el clamor universal de rechazo al bloqueo y el presidente Obama, premio Nobel, tendrá una nueva oportunidad para corregir de una vez esta cruel e injusta política y dejar vivir en paz al pueblo de Cuba.

Embajador de Cuba en España


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