Hacia la esclavitud

En la lectura de los tiempos que corren actualmente, con los acontecimientos “en pleno desarrollo” como diría Walter Martínez, se vislumbran algunos aspectos que nos dicen claramente que vamos hacia una neo-esclavitud, o al fin de la especie Homo Sapiens.

El capitalismo viene dando tumbos desde hace décadas. Pero es desde el 2008 cuando se acentuó esta crisis con la burbuja inmobiliaria. Ahora, para que colapse este escabroso sistema falta mucho, ya que está metido desde hace siglos en la médula espinal de todo lo que abarca.

Citaremos algunos ejemplos. La cultura es la cualidad más fuerte e identificadora de cualquier etnia, sociedad o país, y precisamente por tener estas cualidades, hace que nos diferenciemos unos de otros, pero al mismo tiempo, nos fortalece con nuestra identidad para poder construir una mejor sociedad, basada en estos principios y cualidades. En consecuencia, siendo la cultura la columna vertebral de cualquier sociedad, es lo que primero se destruye en una invasión, sea ésta por medio de las armas o como actualmente se hace: a través de los medios de comunicación, que son propiedad de los poderes fácticos, fabrican la opinión pública mundial, nos inyectan antivalores como el consumismo, el racismo, el machismo, el individualismo, la xenofobia, y todo esto hace que perdamos identidad, en consecuencia, nuestra cultura, y ahí es donde es más fácil la conquista.

El imperio, junto con Europa invaden a los pueblos pobres pero que son ricos en productos minerales, bajo excusas inventadas, como que hay armas de destrucción masiva, que están construyendo bombas atómicas –vaya cinismo, que es un país terrorista, que usan armas químicas (caso Siria) contra los mercenarios apoyados por ellos, y por ende deben llevarle la “Democracia”

Ahora, un valiente norteamericano de nombre Edward Snowden, que trabajaba para el servicio secreto de los EEUU, acaba de denunciar el espionaje que realiza EEUU a todo el mundo interviniendo teléfonos, facebook, skype, google y correos electrónicos, desde unas oficinas donde trabajan 32 mil empleados, con súper computadoras y con tecnología de punta. Esto es un grave atentado a la privacidad porque invade el sector más íntimo de los pueblos y va contra los derechos humanos.

Ellos dicen que es para prevenir ataques terroristas. Esto es solo un pretexto , necesitan controlar y apagar cualquier manifestación de descontento, y hacer guerras para mantener productiva su industria militar que les salva momentáneamente del colapso capitalista.

Si continuamos impávidos y pasivos, vamos hacia un sometimiento general (esclavitud), y también hacia el fin de la especie por la explotación inmisericorde de la Madre Naturaleza para poder continuar con el consumismo y así mantener sus fábricas produciendo

Lo único que pararía esta debacle es la conciencia crítica universal, donde todo el mundo, especialmente el pueblo norteamericano (que es la primera víctima de estos abusos) salgamos en una gran cruzada internacional denunciando todas estas fechorías del poder fáctico mundial.


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Eduardo Ramos


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