Siria y Ucrania, tan lejos y tan cerca

Podríamos pensar que tanto Siria como Ucrania están realmente lejos de nuestra geografía y realidad, pero la verdad es que están muchos más cerca de lo que creemos, y no me refiero a su distancia física, o a la idea del visionario de la “Aldea Global”. Me refiero al contexto geopolítico, a que estamos en la época de las guerras por energía. Si hablamos de los conflictos de Irak, Siria o Ucrania, podríamos pensar que son conflictos independientes, y lejanos, pero realmente, están muy cerca a nosotros, y no sólo por la situación política, sino porque compartimos características que nos ubican en la misma orbita. Esos conflictos poseen componentes étnicos, religiosos, limítrofes, e históricos, que los diferencian, pero los une el componente energético, petróleo y gas, son guerras del siglo XXI, por energía. Y en ellos, se dilucidan enormes ganancias, lo que mueve al mundo global del capitalismo, y su elite anglo-sionista, del complejo industrial-militar, a generarlos para tratar de pescar ganancias en agua revuelta.
 
Debe resultarnos obvio, que lo que pasa en esos países o conflictos, afectas al resto del mundo, por su importancia energética para todos los que habitamos esta “Aldea”. Más aún a nosotros, los venezolanos, ya que tanto petróleo como el gas, son dos productos que nos dan una gran importancia geopolítica, más allá del ejemplo moral de rebeldía que somos y que hace que las potencias de la gobernanza mundial nos cataloguen como parte del mal llamado “eje del mal”, cuando en verdad somos la esperanza de un mundo mejor, somos parte importante del “Eje del bien”. De allí, que compartamos con esos países los riesgos de intervenciones, por más que en nuestro caso, se hagan o traten de hacer encubiertas o disimuladas.
Podrían decir que Siria no es un gran productor de Petróleo, apenas unos 400.000 barriles por día, antes de la guerra, pero que le proporcionaban a indócil Al-Assad, una buena fuente de ingresos.
 
Ucrania por otra parte, tampoco es un gran productor de energía, pero es una gran vía de tránsito energético hacia Europa, desde Rusia, el mayor productor de energía del mundo, ya que produce tanto Petróleo como gas, y recordemos que Europa no produce ni petróleo ni gas, lo cual le confiere a Ucrania una vital importancia en la relación energética entre Europa y Rusia.  Y como punto extra, con la anexión de Crimea Rusia logra no sólo un mayor dominio del Mar Negro, de gran importancia geoestratégica, sino un mayor control en el suministro de energético hacia Europa, y más presencia en el Medio Oriente, la bisagra entre Europa y Asía (Eurasia, donde vive el 75% de la población mundial y están depositadas 3/4 de las fuentes de energía conocidas en todo el mundo). Sería muy extenso tratar en un breve artículo lo referente a la geopolítica de los oleo-gasductos de la zona, por lo cual sólo nos referimos a lo más importante del factor geopolítico, y como síntesis de la síntesis.
 
Recientemente, se firmó un estratégico tratado para el suministro de gas, entre Rusia y China, tal parece que a los Estados Unidos, en su huída hacia adelante, las cosas cada vez más, le salen por la culata. Siempre han tratado de impedir la alianza entre Rusia y China, pero al supuestamente sancionar a Rusia, han hecho mucho por su unión con China, quienes ni cortos ni perezosos han aceptado la alianza, ya que la misma no sólo les favorece en lo energético, sino que también en lo político, pues de esa manera azuzan el conflicto Ruso-Estadounidense, que se agudiza cada vez más, y que entre otras se manifiesta grandemente en Siria y Ucrania. Para los chinos es un acuerdo de ganar, ganar y seguir ganado, se hacen de buen suministro de energía, estimulan una nueva versión de la guerra fría, y aplican la teoría de, cuando veas dos tigres pelear, espera que terminen y el que gane no tendrá ya fuerzas para pelear contra ti.
 
Mientras, China se fortalece con los Brics, con Latinoamérica (UNASUR, y CELAC), y espera su momento con su famosa paciencia.
Las sanciones de Occidente han posibilitado que Putin haga lo que no podría haber hecho antes: ahuyentar a los rusos de los bancos occidentales, reducir el turismo ruso en el extranjero y enviarlo a las regiones rusas, y último pero no menos importante, reducir aún más el uso ruso del dólar estadounidense. Las sanciones de Estados unidos y Europa a Rusia son algo un poco malo, pero no lo suficiente como para dañarlos seriamente. Recordemos que lo que no mata fortalece, es como una vacuna. China será inevitablemente el líder en la lucha contra el Imperio Anglo-sionista, pero ese no es el caso todavía, Rusia posee mayor poder militar, eso lo sabe el gobierno gringo, ya que durante la primera guerra fría para mantenerse como Estado, dedicaron la mayor parte de su presupuesto, no en producción económica, sino en desarrollar su poderío militar (el ranking actual de poderío militar puede ser consultado en la página web “global firepower”).
 
Por lo señalado es que Siria y Ucrania están lejos, pero en verdad muy cerca, lo que allí pasa y pase, nos afectara como país, y a todo el mundo, por eso China anda y seguirá por aquí. Todo tiene que ver con petróleo y gas: energía, y tenemos de ambas riquezas, entonces fortalezcámonos en lo interno y externo, y no perdamos de vista los acontecimientos, pues no están lejos, están aquí mismo.


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Felson Yajure


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