Título compilado por Pedro Grases publicado en la Bilioteca Ayacucho, concebida como una contribución de primer orden al fortalecimiento y desarrollo de la herencia histórica y espiritual del continente con la firme pretensión de ser un homenaje a Venezuela, resaltando la lección viva y presente para los venezolanos actuales.
En 1797 en la Proclama a los habitantes libres de la América Española se lee: ¿Hasta cuando vuestra paciencia aguantará el peso de la opresión que crece todos los días? ¿Hasta cuándo besaréis servilmente el látigo con que os azotan? ¿Y hasta cuándo la esclavitud en la que vivís os parecerá honor y gloria? Tenéis gusto en vuestra miseria?(p.7)
Como en la actualidad aporta Castro Gómez, el continente Sur Americano debe luchar a través de sus centros de saberes y el resto de la sociedad por una democracia epistémica, aquella que reconoce el legado de la pobreza, injusticia y marginalidad que el colonialismo y el sistema capitalista salvaje nos han dejado plasmados en la piel, en nuestro modo de caminar, mirar y hablar. Combatir este legado con una razón dialógica es nuestro reto, que reconozca en la diferencia la posibilidad de una Venezuela abocada por velar y superar la injusticia cognitiva, buscando transformar los poderes otrora vigentes en factores de relación de autoridad compartida con el único fin de hacer del principio político de solidaridad nuestro modo de hacer una patria compartida, en donde las voces silenciadas, periféricas y subalternas recuperen con el apoyo dialógico de toda la sociedad, los saberes, prácticas y grupos socialmente excluidos.
En este sentido, el proyecto emancipatorio venezolano hace visible su incompletud, porque para hacer patria y vida digna incluida, debes trabajar día a día, codo a codo con un legado colonial que mina la posibilidad de hacer de nuestra patria un proyecto emancipatorio solidario que no juzgue, divida o separe a hermanos de carne e historia, sino que contribuya al reconocimiento entre venezolanos de la necesidad de reinventar la modernidad, descolonizar los saberes en pro de un vida más digna y compartida. La interculturidad descolonial (Santos apud Aguiló, 2010, 38) abre un camino para combatir y recuperar las prácticas silenciadas y los conocimientos negados por una colonialidad que como hijos de una misma tierra madre tenemos el deber de afrontar.
La crítica o aporte constructivo, la vivencia existencial y cotidiana de los saberes descolonizados hacen de la flexibilidad un valuarte necesario para la integración de la experiencia humana venezolana en continuo diálogo e interacción democrática con los paises del Sur.