La revolucionaria latinoamérica de paz

En el traspaso de mando de la UNASUR, su entrante Secretario General Ernesto Samper, expresidente colombiano destacó a América del Sur como zona de Paz. Evidentemente, mientras otras regiones del mundo –podemos recalcar- se debaten en conflictos bélicos, América Latina como un todo, a pesar de sus desavenencias internas, es un relativo remanso de tranquilidad, y puede seguir con preocupación los aniquiladores efectos de los conflictos en los países involucrados en guerras.

La onda revolucionaria que recorre a América Latina y el Caribe enfatiza la idea de la paz, la hermandad y la amistad entre los pueblos, el trato solidario, y la pronta ayuda mutua, como un legado vivo de la acción política del presidente Chávez. Como fiel bolivariano, unión, unión, unión fue el corolario de su último discurso y la base de sus actuaciones para impulsar con efectivas materializaciones la vieja idea de la integración latinoamericana, razón de fortaleza para la estrategia sociopolítica de Latinoamérica, que era impulsar la meta de Bolívar, América como una sola patria.

Los presidentes latinoamericanos en el pasado tuvieron siempre como objetivo gubernamental la integración latinoamericana. Pero más que una acción materializable, la preconizaron como un hecho de simple retórica. En cada reunión, cumbre presidencial o encuentro de cancilleres o de ministros de comercio o industria, foro, o como se le quisiera nombrar, la integración de la región era el más socorrido pretexto para hilar sustanciosos discursos, espesos en su contenido pero volátiles en sus intenciones. Y así, lustros tras lustros los desfiles de presidentes y gobiernos se caracterizaron por el inalcanzable ideal integracionista.

Pero el presidente Chávez preconizando el ideal revolucionario bolivariano le dio sustento a la idea integracionista, promoviendo intensamente la necesidad de la unión latinoamericana y caribeña. Y allí están las reales propuestas de sus sueños: CELAC, ALBA, UNASUR, PETROCARIBE, PETROSUR, BANCO DEL SUR, TELESUR…Un único haz de estrategias para enfrentar cual David, al poderoso coloso imperial, enemigo siempre de la integración. Ya en sus sueños anfictiónicos Bolívar lo había detectado, las amenazas, las extorsiones, los chantajes para los pueblos americanos a nombre de la libertad.

Pero como olvidar que a lo largo de nuestra historia ha sido constante en la política externa de los Estados Unidos la idea y acción del anexionismo, con lo que se busca anexarse bien como parte propia, bien como protectorado, o como estado libre asociado a su férula imperial a los pequeños estados, especialmente los centroamericanos, para lo cual su estrategia básica es dividir al interior de los países, creando fuerzas contrapuestas. Política esta de grandes dividendos, hasta el punto que hoy es la estrategia básica de Estados Unidos en sus relaciones con los pueblos del orbe; y con ella, su estrategia inversa, su alianza con los poderosos para imponer como minoría su aplanadora a las mayorías, suerte de democracia a la inversa, como en el caso de las decisiones para mantener el bloqueo de Cuba.

América Latina integrada como un todo, ciertamente; pero sin olvidar la diversidad dentro de ella. De manera que cada país, conservando su propia idiosincrasia, con sus propias realizaciones, sus propios intereses y criterios, con sus diferencias y similitudes, pero aunando en la conveniencia del todo, el criterio, el interés, la opinión que conduzca al fortalecimiento de la región como un todo diferente a las otras regiones del globo.

Los hechos de los últimos tiempos demuestran que al deslastrarse de los burdos intereses estadounidenses, atentos los países latinoamericanos y caribeños a sus propias conveniencias e intereses es lo que hecho, con su independencia de criterio, que la región sea vista hoy como zona de paz y, sobre todo, como esperanza para los pueblos del mundo.

INTEGRACION y REVOLUCION, provechoso binomio latinoamericano y caribeño.


gijospe@gmail.com


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