La droga de los generales

Que alguien diga que uno de los políticos más influyentes de Venezuela se dedica al narcotráfico sabiendo que Venezuela es una potencia petrolera, es un atrevimiento que deja de lado cualquier razonamiento. Pero que además lo digan los voceros del país más consumidor de droga a escala planetaria, es verdaderamente el mayor de los descaros.

En Estados Unidos, el país que paradójicamente denuncia a Venezuela por tráfico de drogas, pasó de 18 millones de drogadictos registrados en 2007 a 22,5 millones de personas que consumen algún tipo de drogas en este país según el censo especializado que se realiza cada cuatro años. Esta alarmante cifra mide un universo que inicia en los 12 años de edad y solo incluye a las personas que admiten estar consumiendo drogas ilícitas o abusando de algún medicamento psicotrópico.

Según la publicidad del propio gobierno norteamericano, la razón de este incremento en el consumo de drogas ilícitas, se debe a que el narcotráfico ingresa ilegalmente droga a su país y que el puente para hacerlo es Venezuela con la anuencia de un cartel dirigido por generales de nuestra fuerza armada.

Sin embargo, existen datos que ponen en duda la eficiencia (o la intencionalidad) de Estados Unidos en el control del tráfico de drogas ilícitas. Por ejemplo, tras el ingreso de 350 mil soldados de la OTAN (encabezada por E.U) en el territorio de Afganistán, las hectáreas cultivadas de opio pasaron de 154 mil hectáreas cultivadas de opio a 193 mil las hectáreas cultivadas con esta materia prima de la heroína. De igual manera, Afganistán exportaba 2.500 toneladas de opio antes de la ocupación y hoy exporta 5.500 toneladas; es decir, que con los "controles" militares de Estados Unidos sobre el territorio afgano, la producción de drogas no disminuyó, sino que se hizo más grande y más eficiente llegando a ocupar en este momento el 90% de la producción de opio a escala mundial. La pregunta es ¿los militares norteamericanos fueron a Afganistán a acabar con la producción de droga ilícita o a tomar posesión del negocio?

Más cerca, en América Latina, Estados Unidos tiene unas 22 bases militares con el mismo propósito "controlar el terrorismo y el tráfico de drogas". De esas bases siete están en territorio Colombiano. Las bases de Malambo, Apiay, Cartagena, Tolemaida, Larandia, Bahía Málaga y Palenquero están a total disposición de los norteamericanos que entran y salen como si fuese su "patio trasero" con la anuencia del gobierno gracias a un pacto realizado en la gestión de Álvaro Uribe cuyo tren ejecutivo –por cierto- ha estado inmerso en escándalos vinculados al narcotráfico.

Ahora bien, si el 30% de las bases militares de Estados Unidos en el Caribe están en territorio Colombiano, con el objetivo de controlar el terrorismo y el tráfico de drogas ¿Cómo es que se ha incrementado el tráfico de drogas de Colombia hacia el territorio norteamericano?

Si fuese cierto que la droga colombiana pasa por Venezuela en su trayecto hacia Estados Unidos entonces los militares gringos son ineptos o cómplices de narcotráfico.

Hay que dejar claro que el tráfico de drogas ocurre entre el máximo productor de cocaína (Colombia) y el máximo consumidor (Estados Unidos) y que, el máximo consumidor de drogas tiene a su fuerza armada instalada en el territorio Colombiano para "controlar" el tráfico de droga.

Por su parte, Venezuela ha realizado detenciones de altos líderes de carteles Colombianos y los ha entregado oportunamente a las autoridades de ese país. Además en los últimos años ha realizado más incautaciones que nunca desde que dejó de asociarse con la DEA.

El mercado de la droga hacia Estados Unidos si está controlado por militares, si hay generales implicados, pero no son los generales venezolanos los que tienen siete bases militares en el país de mayor producción de cocaína, ni mantuvo ocupado el territorio Afgano donde se produce el 90% del opio mundial. Por cierto, en Afganistán todavía quedaron doce mil quinientos militares gringos y las bases militares colombianas siguen operativas para ¿controlar? el tráfico ilícito de droga.

Estas argumentaciones absolutamente verificables son razones de peso para desestimar cualquier opinión de las autoridades de Estados Unidos sobre el tema del tráfico de droga en cualquier parte del mundo. El ataque hacia figuras públicas como el Diputado Diosdado Cabello o el Gobernador Tarek el Aissami, tiene por objeto manchar la imagen de íconos de la Revolución Bolivariana para lesionar la moral de los chavistas con miras a las próximas elecciones parlamentarias.

Lo están haciendo con temas sensibles a la emocionalidad del venezolano. Tras el asesinato de Robert Serra posicionaron chismes sobre su orientación sexual y distorsionaron sus prácticas religiosas, para desmoralizar desde la emocionalidad cristiana de muchos chavistas, como si la orientación sexual o la práctica religiosa no fuese un debate superado y plasmado en la Constitución Bolivariana.

Ahora lo hacen con el tema del narcotráfico para tocar el tema moral, el de las familias y el de la seguridad nacional en detrimento de la imagen de dos figuras políticas de la revolución.

Si esa desmoralización surtiera efecto, podrían lograr un abstencionismo chavista que les dé cancha para dar un golpe de Estado desde el legislativo.

El pueblo venezolano, ya no es el mismo al que podían convencer con una bolsa de harina, pasta y sardinas. Los venezolanos de hoy están alfabetizados intelectual, política y moralmente con una conciencia capaz de superar el maniqueísmo gringo que pretende convencernos de que Venezuela tiene participación en un mercado de drogas ilícitas que realmente controla una élite militar y política del imperialismo norteamericano.

marcosleonardove@yahoo.com

@marcosmelendezm

 



Esta nota ha sido leída aproximadamente 3152 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter