El 11 de septiembre de 2001, pocos minutos después del impacto de las dos aeronaves en contra de las Torres Gemelas, el gobierno de los Estados Unidos ya conocía la ubicación de los responsables, sus vínculos y motivaciones. Eran árabes los terroristas que atacaron y tenían armas de destrucción masiva en su poder, había que invadir. Irak se convirtió, parafraseando y trasladando el poema de Luis Rogelio Nogueras, “en la fábrica de horror
que la locura humana erigió
a la gloria de la muerte”.
Al finalizar la ocupación estadounidense un millón 500 mil personas habían muerto, el Presidente de ese país fue capturado y asesinado ante una cámara, para más tarde difundir el video por estos medios. Pero curiosamente, nunca consiguieron las armas de destrucción masiva por las cuales intervinieron en ese territorio y el “terrorista” Osama Bin Laden no contó con el convincente camarógrafo en el momento que fue “lanzado al mar”.
La operación funcionó a la perfección, planificaron un autoatentado a las Torres Gemelas con Falsa Bandera para culpar a personas que viven dentro de un país petrolero, invadieron, tomaron el control de sus recursos y por si fuera poco, los tres periodistas estadounidenses Ned Colt, Bob Simon y David Carr que realizaban un trabajo de investigación acerca de la responsabilidad de la Casa Blanca y el Departamento de Estado en esos hechos del 11 –S, murieron en condiciones sospechosas durante el primer trimestre de 2015. Los autores intelectuales de la operación calcularon la impunidad e impusieron una matriz de inocencia ante la opinión pública.
HAN AGOTADO SU ARSENAL
En latinoamerica lo han intentado todo, golpes de Estados en Honduras (2009) y Paraguay (2012) donde lograron imponerse. Por el contrario, en Bolivia (2008) fracasaron en sus pretenciones de dividir el territorio a través de la llamada “Media Luna”, al igual que en Ecuador (2010) cuando disfrazaron la injerencia detrás de una “Crisis de Seguridad Policial” y también fueron derrotados como en principio de siglo ocurrió en Venezuela (2002).
Al ser éste último, el país sudamericano poseedor de las mayores reservas petroleras del mundo, le coloca de primero entre los intereses de Washington, es allí donde han agotado su arsenal: golpe de Estado (2002), paro petrolero (2003), guarimbas (2004, 2013 y 2014), guerra económica y golpe continuado (2013-2015), e intento de bombardeo a la ciudad de Caracas (2015). Todo esto financiado por las organizaciones no gubernamentales y dirigido a través de sus emporios de medios de difusión, reforzados con las nuevas tecnologías de información y comunicación en internet. Según la compañera Larissa Costa, desde 1998 hasta 2013 se produjeron 9 millones 450 mil operaciones psicológicas en la red en contra de Hugo Chávez y desde el 2013 al 2015 más de 13 millones 700 mil en contra del presidente Nicolás Maduro Moros. Aún así, no han logrado el punto de quiebre de los venezolanos y su institucionalidad.
El ÚLTIMO RECURSO
A EEUU no le queda más, al borde de la desesperación pudiera activar una Operación de Falsa Bandera, donde algún venezolano o sudamericano, realice un supuesto ataque terrorista en suelo estadounidense, para así justificar el ataque imperial en contra de la región. En adelante, sería muy sencillo para ellos, pues saben que la unión de los Pueblos del Sur implicaría una reacción en conjunto. Estamos en guerra y manejar la peor hipótesis, nos coloca un paso más adelante del enemigo.
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