En absoluto

Víctimas del infierno, perdón, del imperio

Pendiente con la idea de escribir sobre un problema que como proceso nos atañe y que tiene que ver con el hecho de que a veces nuestros actores, para asumir participación en eventos, necesitan de invitación especial y personalizada, decidí, hablar de ello la próxima semana, hoy, la Frustración, ira e indignación, que ha inspirado a la comunidad negroide en Baltimore a revelarse contra la represión de un Estado que se hace llamar democrático y garante de los Derechos Humanos, me hace desviar el tema de esta semana. Porque cuando se trata de un negro, tiene que ver con todos los negros de buena fe en el mundo, y en especial cuando esos negros, muchos de ellos jóvenes de Baltimore, han sido protagonistas de las protestas y disturbios en una ciudad incapaz de ofrecerles salidas al círculo vicioso de pobreza, producto de la falta de oportunidades, el exceso de consumo y distribución de drogas y las cárceles en el que tanto se sumerge la población negra, porque hasta eso; dado los niveles de desequilibrio social, en la ciudad de 8.3 millones de habitantes, El 89% de la población carcelaria de Baltimore es negra, según el Justice Policy Institute. Qué horror!

Ahora bien, el mundo ha visto cuán brutal ha sido la represión en aquel país que irrespeta la soberanía de otras naciones, que estimula las guerras, el narcotráfico y, que en medio de ese cinismo depravado que caracteriza al actual presidente corporativista, antidemocrático y nocivo para Latinoamérica, exige respeto a los Derechos Humanos en otros países, violentando los propios.

Venezuela ha sido testigo de los constantes abusos que la bota norteña montó contra nuestra nación, maquinando un decreto diabólico y sin embargo, este pueblo patriota con el apoyo internacional logró que Hussein Obama se retractara sobre el Decreto. Recordemos además que durante las protestas del 2014 en Venezuela, Estados Unidos fue el principal financista para quienes pretendieron acabar con esta patria. Eran aquellos protestantes unos héroes y mártires. Sin embargo en Baltimore estos jóvenes que protestan por el abuso y la explotación son llamados criminales.

Estados Unidos, el país con el que sueña Terán y Mota, donde además se habla de democracia, de libertad y respeto a los derechos humanos, es el país que más los viola, los que pisotean las libertades de sus propios ciudadanos y donde existe una falsa democracia, anclada sobre las bases putrefactas de la política del negocio de la guerra, el terrorismo y el narcotráfico, donde además, es facilito llegar con un título de profesional a lavar platos y lavar el sanitario que utilizan los gringos y venir a Venezuela a decir que allá están muy bien, ese es el valor que al parecer allá nos merecemos los latinos.

En todo caso, qué tristeza ver como para la oposición más rancia, para los racistas venezolanos, lo que ocurre en Baltimore no merece ninguna opinión, claro, como no ganan nada, como tiene que ver con una arremetida contra nuestro gobierno, pues a ellos les da igual, ojala nunca les toque ser víctimas del infierno, perdón, del imperio.



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