El Imperio norteamericano y su política guerrerista

Las intervenciones de Estados Unidos de América en el mundo, desde el año 1.775 en adelante, han sido numerosas y motivadas por distintas causas. Estas comprenden intervenciones militares directas (guerras, envío de fuerzas) e indirectas (apoyo logístico a gobiernos o a movimientos, actividad del servicio de espionaje, incitación a golpes de estado y sabotajes).

Es oportuno ejemplificar algunas de las acciones imperialista con la finalidad de lograr sus objetivos, para ello es necesario revisar la historia, al referirme el caso del acorazado norteamericano “Maine”, el 15 de febrero de 1898, hundido por una explosión, que genero dudas, fondeado en el la bahía de la Habana. Sirvió a los Estados Unidos como pretexto para iniciar la guerra hispano-cubana-norteamericana arrebatando las ultimas colonias españolas: Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam. No en vano, Lenín llamo esta acción “la primera guerra imperialista” que condujo a los Estados Unidos mover decididamente su pieza en el tablero internacional de la geopolítica con acciones expansionista y guerrerista.

En América Latina las huellas dejadas por la bota Yankee han sido dolorosas y sangrientas sobre todo en Centro América en donde han pasado más de una vez por los mismos países y han financiado golpes de estado y operaciones encubiertas, el caso de Nicaragua (1853-1854-1894-1980-1988), Guatemala (1954-1960-1967-1969) Panamá (1903-1964-1989), entre otras acciones llevadas a cabo en la región.

Todos estos actos guerreristas del imperio norteamericano en América latina y resto del mundo denotan y concuerdan con el pensamiento del estratega Karl Von Clausewitz: “la guerra es la mera continuación de la política por otros medios… Vemos, por lo tanto, que la guerra no es simplemente un acto político, sino un verdadero instrumento político, una continuidad de la actividad política, una realización de la misma por otros medios”.

Hoy con los avances de las telecomunicaciones, la televisión, la prensa, la radio, el internet y las las redes sociales, son una herramienta de vital importancia para el imperialismo y cuentan con un monopolio informativo internacional gigantesco con la cadena Fox, ABC, NBC, CNN, BBC, entre otras., por mencionar algunas, que juegan un papel a favor de las grandes multinacionales del imperio y sus aliados, las cuales abonan el terreno para crear en la población mundial desinformación y una falsa apreciación de la realidad.

Claro está que, el uso de la fuerza para someter a su voluntad países que están decididos a ser libres y ejercer su soberanía y que se han cansado de ser tutorados por los poderosos, este es el método excelencia “la guerra” a lo largo de la historia de los imperios barbaros, para hacer prevalecer un punto de vista político, en lo contemporáneo el imperio activa su maquinaria mediática internacional para abonar el terreno psicológico en las masas, luego ejercen su influencia sobre la ONU para pasar por encima de cualquier decisión democrática en la asamblea general, con informes forjados de sus cuerpos de inteligencia y luego el uso de la fuerza.

Una hecho controversial como el de los ataques sobre las torres gemelas y el pentágono del 11 de septiembre de 2001, el hermetismo de la información que el gobierno norteamericano ejerció y en respuesta a los supuestos ataques una declaración de guerra al “terrorismo” en cualquier lugar del mundo que se tradujo en una segunda invasión en el (2001-2003) a Afganistán, el imperio en su arrogancia declararon una guerra global no solo al terrorismo sino también contra todo aquel que estuviera en contra de sus ideales neoliberales.

Hablar de la situación de Iraq es muestra de lo que puede hacer el poder imperial con sus aliados en la hipotética tenencia de armas de destrucción masiva del régimen de Sadam Husein para aventurarse a tomar el control de uno de los países del Medio oriente que tuvo las mejores condiciones de desarrollo en la región, que con las ultimas aventuras imperiales terminaron con la paz y el orden en ese país, y nos preguntamos ¿Dónde están las armas de destrucción masiva? ¿Los daños colaterales qué? ¿Los Estados Unidos materializo la libertad? ¿Quién controla el petróleo y los servicios? Y Ahora ¿El terrorismo: Al Qaeda y el Estado Islámico?.

Vemos estas situaciones con indignación como el imperio hace y deshace con el Derecho Internacional Público y sus principios fundamentales, como controla la información, las instituciones internacionales, viola los derechos humanos, la soberanía de países que pretenden ejercer la autodeterminación, las injusticias cometidas y la impunidad reinante que favorecen la actividad de las multinacionales y de sus gobiernos títeres son las características y rasgos que emanan de la actuaciones imperiales en el contexto mundial.

Los recientes conflictos en Ucrania, Siria y Yemen no son la excepción de encontramos con la narices del imperio y sus aliados aplicando el guion que elaboran sus laboratorios de guerra desde la CIA y el departamento de Estado, para intervenir o fabricar una guerra tomando como bandera los DDHH, Armas Químicas, el tema de la Energía Nuclear, terrorismo, a partir de esta(s) matiz(es) tener una excusa(s) para poner el pie en tierras soberanas y clavar su bandera de la muerte y sembrar el miedo. Las guerras son el oxígeno para su economía que beneficia directamente al parque industria militar norteamericano y aún más resultan ser atractivas de llevar o fabricar una guerra si el país posee recursos estratégicos que hagan rentable un conflicto bélico, con muy poca valoración de las pérdidas de vidas humanas.

En el caso de Venezuela, el imperialismo y sus lacayos han dado la orden a que su maquinaria mediática vomite sus bilis venenosa en contra de un gobierno elegido democráticamente, financiando a la contra, impulsando la guerra económica que lleva el sector empresarial privado en contra de nuestra población, y muchas otras bajezas como un el decreto Obama, que en nuestra opinión no es más que otra “aberrante arrogancia imperial” que se cierne en contra nuestra patria, la cuestión desde hace unos 16 años huele mucho a “petróleo” los buitres imperiales están sedientos y siempre al asecho, en un sentido sarcástico somos una amenaza al imperio norteamericano, porque tenemos mucha democracia y pretendemos un mundo más justo.

No están por casualidad las 72 bases norteamericanas y de la OTAN en la región latinoamericana y el Caribe, atentas y amenazantes de la paz en nuestro continente como una forma de reafirmar la doctrina Monroe y reafirmar su arrogancia imperial y la preocupante irrupción de inversiones de Rusia y China en nuestros países, eso y muchas otras cosas molestan al imperio.

Según E. Wallerstien en su obra: “la decadencia del imperio” este se tambalea y pierde algo de terreno que hoy no es el mismo escenario de las dos décadas pasadas, ante el papel de potencias emergentes y competitivas en el plano económico, con esto el imperio norteamericano también se las juega para aferrarse al poder, es por eso que no debemos ser ingenuos, aún son poderosos y peligrosos.

A manera de conclusión, el imperio y sus aliados intentan y ensayan sanciones contra Rusia quien ha sido su contraparte más emblemática, esta Rusia es otra no es la ex-URSS, pero la están incitando a una continuidad de la Guerra fría, y a que participe de lleno en el conflicto de Ucrania, empujándola y colocarla como primer frente a la Unión Europea en una posible guerra, quizás sea parte de la estrategia imperial de justificar el gasto militar para la cual fue creada la OTAN, además deben complacer a los poderosos dueños de empresas armamentista que posee el imperio, entonces para ofertar-demandar armas hace falta amenazas o situaciones de guerra. Todas estas guerras fabricadas son un negocio que representa grandes ganancias y tienen un fin que es el de perpetuar la hegemonía imperialista.

jcsarhurtado27@gmail.com

Profesor UBV y Maestrante en Derecho Internacional Público

.


Esta nota ha sido leída aproximadamente 1066 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter