Estabilizar mercado Opep y no Opep

El mercado es el ámbito en donde se da la transacción o el intercambio, de acuerdo con sus medios y modos de producción, en el que impera el capitalista, por lo que de antemano o de perogrullo, sabemos que la principal determinación que priva sobre el resto de las determinaciones es la económica, es decir, a partir de lo económico dependen todas las relaciones, premisa que el gobierno estadounidense y sus aliados al servicio de gran capital han entendido y saben que es la principal arma para liquidar todo proceso de cambio social en los países emancipados, sobre todo, para liquidar al nuevo mundo naciente, multicéntrico y pluripolar.

Sobre estas razones, el gobierno que preside Barack Husseín Obama ha emprendido una cruzada de boicot económico sobre la base del desplome de los precios justos del petróleo establecido por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y por los países no OPEP, que no siendo parte del cártel petrolero antes mencionado, a fin de cuentas, por la dinámica del intercambio en el mercado global, se han manejado en unos estándares que no son controlados por esa gran mentira que enseñan en las universidades al servicio del Estado burgués, como la de "leyes naturales del mercado", que no existen sino en la imposición y la rapiña que impone su criterio, en las relaciones sociales de producción capitalistas.

Ese boicot para el desplome del precio del barril de petróleo que se manejaba en una banda justa entre los noventa y cien dólares en promedio, con unos picos que pudieran alcanzar hasta los ciento veinte dólares, como sucedió en los años recientes, obedecían a los acuerdos que preservaban la soberanía energética y garantizaban un suministro equilibrado y racional en el mercado mundial.

Pero, en el país del default económico, es decir, en Estados Unidos de Norteamérica (EEUU), se aplicó el "dumping" con los precios del petróleo, extrayendo el máximo posible de petróleo y gas, con la explotación de esquistos o fracking, que no sólo ha causado daño al subsuelo dentro de EEUU, sino también, causando profundas alteraciones a la corteza terrestre, que devienen en terremotos, maremotos y conflagraciones, que pueden conducir al daño del núcleo del planeta y a la explosión como en una especie de "big bang" involutivo que nos haga desaparecer, hecho que muy bien lo saben los expertos y científicos celestinos del gobierno estadounidense y sus aliados de la OTAN, los mismos que controlan el silencio que ha guardado el Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Ban Ki Moon.

El caso es que Barack Husseín Obama emprendió esta cruzada del chantaje por la vía energética, para cercar económicamente a Rusia, China y el restos de los países del BRICS, tanto, como a los países de la ALBA-TCP, PetroCaribe y, en especial, a Bolivia, Ecuador y Venezuela, países emergentes que han dado a sus recursos un manejo en función de la solidaridad de nuestros pueblos y no se ciñen al juego capitalista de explotación al servicio del gran capital, cuyo asiento imperial ha sido EEUU y el resto de rapiñas imperiales de la Unión Europea (UE).

Aunque el dumping contra el precio justo del petróleo ha logrado sus objetivos en cierta medida, los programas sociales y la inversión social con sentido humano no ha disminuido, ni se ha claudicado. Pero, urge tomar el control de los precios del petróleo y detener el daño que están causando, el gobierno estadounidense y sus socios de rapiña europeos.

Ya, Nicolás Maduro, el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, en la que se encuentra una de las mayores reservas mundiales de petróleo, ha propuesto con insistencia, a los países miembros de la OPEP y a los no miembros, una Reunión de Alto Nivel, de manera que podamos llegar a una estrategia que coloque el precio justo en una banda rentable y justa, que pudiera ser entre noventa y cien dólares por barril de petróleo. Esta reunión ha de tener poder de decisión y de acción inmediata o sería perder el tiempo y caer en manos del gobierno estadounidense y sus socios parasitarios de la OTAN.

Por supuesto, la presión del gobierno estadounidense sobre algunos países productores y sobre los países semicoloniales dependientes y subordinados a los designios imperiales estadounidenses, se harán sentir, por lo que urge jugar rudo y duro contra el dumping, habida cuenta de dos grandes variables, que entre otras, podrían considerarse: por una parte, las transnacionales socias del gobierno estadounidense no resisten explotar más petróleo por la vía del fracking a pérdida porque van directo a la ruina, además de que el daño ecológico irreversible amerita sanciones internacionales; por la otra, EEUU no posee las cacareada reservas internacionales, que se han mermado notoriamente, para cubrir la demanda mundial a la que ellos han cautivado con precios a pérdida.

En este sentido, si los países miembros y no miembros de la OPEP, decidieran bajar abruptamente, no la producción, sino la comercialización, elevando a la banda de los noventa dólares el barril, liquidarían las reservas del imperio del dumping, a menos que las transnacionales controladas por el gobierno estadounidense, también se plieguen a estos precios establecidos contra el dumping. Aumentar la comercialización u oferta en el mercado no ayudaría, sino que le haría el mandado al gobierno quebrado que preside Obama y cumpliría aceleradamente con el boicot propuesto por el gobierno estadounidense.

Igualmente, podrían acordar comercializar el petróleo con otro signo monetario, como el Yuán, Rublo y Sucre, además de crear, inmediatamente, intercambios de petróleo por bienes, servicios y transferencia tecnológica, acción que no sólo nos beneficia a los países del nuevo mundo multicéntrico y pluripolar, sino que, además significaría el desplome del dinero inorgánico que produce el gobierno estadounidense desde su Reserva Federal, peligro que el gobierno imperial ha previsto y los obliga a recurrir al negocio de la guerra, como ha venido haciendo en Libia, Yémen, Irak, Siria y, prontamente, contra Venezuela, hasta que debilitando a estos países, gane tiempo suficiente para que sus aliados de la OTAN debiliten o desgasten a Rusia y cerquen a China del resto del mundo occidental.

Por tanto, el camino a seguir para enfrentar el dumping que está aplicando el gobierno de Barack Husseín Obama, no es otro que el propuesto por el Presidente Nicolás Maduro, por lo que en paráfrasis suya, habríamos de decir que juntos somos fuertes e inderrotables, además de que ha llegado la hora de sentar sobre bases sólidas y firmes a ese nuevo mundo multicéntrico y pluripolar frente a los desmanes del viejo imperio decadente y sus parasitarios socios de la OTAN. Es posible rescatar e imponer nuestra soberanía energética, desde una nueva visión que sepulte al viejo mundo de explotación, miseria y corrupción que pretende imponer el gobierno de EEUU.



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Luis Alexander Pino Araque


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