Carta de un venezolano sencillo al señor Almagro

Supongamos que tú, Almagro, no seas agente de la CIA, pero actúas como los más eficientes activistas que este organismo ha tenido a lo largo de la historia, cuando intervienes, sin estupor y tomando la mano de la burguesía, en los asuntos internos de un pueblo que en democracia, aspira resolver sus problemas históricos. Entonces, concluyo, que eres un tipo muy generoso, o tonto, al no cobrar en esa nómina.

Si tu conciencia está limpia es porque tus creencias se levantan sobre las ideas de la opresión, de la barbarie y la injusticia. Por esa razón no traicionas tus principios, ya que estos son un apéndice del más inhumano de los sistemas, el capitalismo y su expresión imperialista, que en este momento tiene su centro en USA. Ni Hitler, ni Pinochet, se sintieron asesinos nunca.

Tu gente, Almagro, a quienes defiendes y se sienten identificados con tus principios, por lo menos en este país son expresión de la más vulgar de la forma de vida, esa que se nutre del robo descarado de las riquezas del pueblo, bien sea por la vía de la explotación o por el enchufe político. Si no lo crees revisa la historia de Ramos Allup y su suegro, de Eligio Cedeño y Mezerhane, de Capriles Radonski y Leopoldo López, por nombrar solo un puñado. ¿Acaso sus riquezas cayeron del cielo? Tú te decías socialista, entonces Almagro, te arrodillas ahora ante esa gente honesta que acumula riquezas explotando a un pueblo, a la clase trabajadora y al medio ambiente?

Un joven sencillo como yo, formado al calor de la revolución libertaria de Chávez, la misma de Bolívar y de Pepe Mujica, tiene la convicción de que sí es necesario repatriar nuestras riquezas robadas, pero no solo la que está en manos de los que se vistieron de rojo, sino de todos, Almagro, sin distingo, porque también hay banqueros que nos robaron, también hay políticos de derecha que hicieron fiestas con nuestras divisas. No seas tan servil al ponerte a los pies de la burguesía, etiquetando sus riquezas en la categoría de la decencia, porque en su gran mayoría, tienen orígenes muy oscuros.

Los 43 venezolanos humildes que asesinaron en las guarimbas de 2014, no son una cifra con la que te puedas lucir en la gran prensa, como si fueras un sesudo estadista, son hombres y mujeres cuyas familias valen tanto como la de los políticos presos a los que defiendes de manera irracional. Te queda gran la investidura y el liderazgo de un organismo multilateral, cuando declaras arremetiendo contra las instituciones legítimas de una nación, su constitución y su historia. Supongamos que por un acto de la política se devuelvan los políticos presos a sus hogares ¿Con qué rostro le hablarías a las viudas, a los huérfanos, a los lisiados? Que microscópico te ves a la sombra de Benedetti.

La Asamblea Nacional, Almagro, está ahí por mandato del pueblo, pero se puso de espaldas a nuestros sueños, anhelos y esperanzas. Legislan a favor de la burguesía, para devolverle las tierras y medios de producción que ahora están en manos del pueblo; para privatizar nuestra Gran Misión Vivienda Venezuela, para desestabilizar el sano funcionamiento del país. Y así como los pusieron allí una mayoría de venezolanos, otra mayoría elegimos a Maduro y estamos comprometidos con este proceso.

La palabra referéndum se te desborda en la boca, te eclipsa, Almagro, porque tú, de democracia protagónica no sabes nada, no crees en ella. ¿Por qué no opinas y actúas sobre lo que pasa en Brasil, donde una minoría destituyó antidemocráticamente a una presidente electa por más de 54 millones personas? ¿Por qué no te manifiestas sobre el ecocidio perpetrado por las transnacionales en Ecuador? ¿Por qué callas la miseria que viven los millones de desplazados en Colombia, producto de la violencia militar y paramilitar?

Claro que nos incomoda el Ministerio de las Colonias que tu representas ahora, por su silencio cómplice, por ser instrumento del imperialismo y hambreador de los pueblos. Nos molesta porque no le importa la voz de la juventud chilena clamando educación gratuita y de calidad, ni le hace cosquilla la lucha del pueblo Mapuche. Sí nos molesta la OEA, pero tú, Almagro, no llegas a quebrada seca, eres una charca inmunda que se secará al calor de los pueblo en combate, por su plena liberación.



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