Lacayos derrotados en la OEA

Cuando el secretario general de la OEA, Luis Almagro, solicitó ante ese organismo activar la llamada Carta Interamericana Democrática contra Venezuela, formalmente lo hizo como una iniciativa personal, pero fue atendiendo a una solicitud de la Junta Directiva de la Asamblea Nacional, la cual previamente había sido aprobada por el voto de la mayoría de los diputados y diputadas de la contrarrevolución, quienes con ese acto, vergonzoso y cobarde, cometieron de forma flagrante el imperdonable delito de traición a la Patria, al cual se adiciona también el de usurpación de funciones, cometido por el presidente de ese organismo legislativo del Poder Público Nacional, Henry Ramos Allup.

El avieso objetivo de tal conspiración por orden del presidente de los EE.UU., Barack Obama, era crear artificialmente condiciones que justificaran una intervención en los asuntos internos de Venezuela, incluso militar, para intentar derrocar al gobierno del Presidente Nicolás Maduro, destruir la Revolución Bolivariana, y así acabar con la soberanía, la independencia y la dignidad del pueblo venezolano.

Para tal crimen Almagro había solicitado la convocatoria del Consejo Permanente de los Estados miembros de la OEA entre el 10 y el 20 de junio. Pero no pudo calcular la jugada magistral del Presidente Maduro.

A instancias del Gobierno venezolano se tomó la decisión de suspender esa reunión para convocar otra el 1 de junio.

Fue una gran victoria diplomática. Nuestra representación volteó la tortilla. Logró la aprobación de una declaración de apoyo: al diálogo promovido por el Presidente Maduro, a la Constitución y a la Paz.

La victoria de la diplomacia de Paz del Gobierno Bolivariano frente a la diplomacia de guerra y muerte del imperialismo, también es una victoria contra los que traicionaron a la Patria encabezados por Ramos Allup, entre ellos los siete diputados derechistas por el Estado Anzoátegui ante la Asamblea Nacional, quienes levantaron sin dignidad alguna las manos para aprobar esa intención criminal contra Venezuela.

Esos siete diputados jamás han aportado algo útil a los anzoatiguenses. Son siete lacayos que solo quieren traernos muerte y destrucción.

Ellos saben que Anzoátegui por ser el principal Estado petrolero del país sería uno de los primeros objetivos de una agresión imperial.



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Irán Aguilera


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