Etimológicamente, la democracia es el gobierno del pueblo que con la voluntad general legitima al poder estatal.
La Oclocracia es el gobierno de la muchedumbre, es decir, la muchedumbre, masa o gentío es un agente de producción bio-política que a la hora de abordar asuntos políticos presenta una voluntad viciada, confusa o irracional, por lo que carece de capacidad de autogobierno y por ende no conserva los requisitos necesarios para ser considerada como pueblo.
La Oclocracia, como la define Jean-Jacques Rouseau, es la degeneración de la democracia, es decir, la degeneración de la voluntad general que según se aprecia dejará de ser general para ser la voluntad de algunos o lo que ellos llaman “la voluntad de la mayoría” que no es la voluntad general.
Otros definen la Oclocracia: como el fruto de una acción demagógica.
La Oclocracia o gobierno de la muchedumbre, según la visión aristotélica clásica, es una de las tres formas específicas en las que puede degenerar la democracia. A veces, el término se confunde con la tiranía de la mayoría, dado que ambos términos están íntimamente relacionados.
Según James Mackintosh, la Oclocracia es la autoridad de un populacho corrompido y tumultuoso.
La Oclocracia se apropia de los medios de comunicación para obtener una legitimidad en el sector más ignorante de la sociedad, hacia el cual vuelcan todo sus esfuerzos propagandísticos y manipulador para ganar apoyo popular mediante la oratoria y con la retórica pretende el control social.
¿Cuándo se pasa de una Democracia a una Oclocracia?
Cuando la voluntad general cede ante la voluntad particular, mediante el espejismo de una verdadera democracia. Es decir, se viste de “legitimidad” y pretende obtener el poder aplicando la violencia y de esta forma es que nace la Oclocracia.
Esta información que refiere la deformación de la democracia está tomada de los filósofos clásicos en una fecha anterior a la era cristiana y de autores algo más reciente, siglo XVII. Esta forma de actuación tiene bastante similitud con situaciones planteadas por grupos anárquicos en la Venezuela actual, con intensión de la toma o asalto del poder.
Apoyado y financiado por el Pentágono y su centro industrial-financiero-militar con el objeto básico de derrotar los procesos socialistas e independentistas así como de apropiarse de los arcos petroleros-gasíferos, mineros y de biodiversidad, de lo que la naturaleza dotó a Venezuela. Básicamente, la razón es más de índole económico-financiero que político. Lo importante es su objetivo, la de los demás ya se verá en un futuro cómo se resuelve.