Se ha desplegado una descomunal propaganda oficial en torno al ingreso de Venezuela al MERCOSUR, al verla los trabajadores y sectores populares nos preguntamos ¿Se acabará el desempleo? ¿Vendrán salarios dignos para todos los venezolanos? ¿Habrá un plan masivo de viviendas, escuelas y hospitales? ¿El Estado proveerá la seguridad social integral y gratuita para los venezolanos? Además nos preguntamos ¿Este es el camino para marchar raudos y veloces a la independencia nacional? Para acercarnos a estas respuestas debemos hacer un examen de lo que es el MERCOSUR.
Un Mercado Común del Sur quinceañero.
El MERCOSUR se fundó en marzo de 1991 promovido por empresas multinacionales como la Ford, VW. General Motors, Repsol YPF, Techint, Fiat, los exportadores de soja u otros alimentos, los grandes bancos y las potencias imperialistas. Este acuerdo permitió una división del trabajo (mano de obra, materias primas, energía, transporte) que consintió una mayor explotación de los trabajadores en estos países, lo que abarató los costos y produjo enormes ganancias a los socios mayores, es decir a las multinacionales. El MERCOSUR hizo su estreno con el período llamado de neoliberalismo salvaje que empujó las privatizaciones de los servicios como lo ocurrido en Argentina y que permitieron la entrada de capitales de los grandes consorcios mundiales.
En estos quince años de existencia se ha demostrado que los países integrantes del MERCOSUR son socios menores de las grandes potencias, viviendo de las migajas que dejan caer las multinacionales y la banca mundial. Mas allá del regateo bizantino por los subsidios que otorga el imperialismo a los agricultores, lo que ha impedido el desarrollo pleno del ALCA, cada gobierno de estos países sólo defiende sus acuerdos con las transnacionales para proteger sus sobras. Por ello, subsisten constantes crisis entre los miembros de este bloque regional como el protagonizado por Uruguay y Argentina en torno a las papeleras Es decir, la dinámica política y económica del MERCOSUR está sostenida medularmente a las leyes del capital y la ganancia y por lo tanto al dominio yanqui europeo con todos sus tratados.
Lula y Kirchner también son cachorros.
Para Washington resulta seductor el ingreso de Venezuela al Mercado Común del Sur, pues se integra al bloque regional dirigido por Lula y Kirchner quienes son los representantes políticos más importantes del imperialismo en Suramérica. Estos cachorros juegan freesbee con la Unión Europea y pelota con los Yanquis. Resulta obvio, que EEUU mantiene la hegemonía y que, en el reparto comercial entre Buenos Aires y Sao Pablo se le mantiene contento.
Mas allá del provecho comercial que significa incorporar petróleo y gas barato desde Venezuela, lo mas importante es la influencia política que puede ejercer el imperialismo usando como correa de transmisión a Lula y a Kirchner sobre Chávez, tal como ocurrió en la nacionalización a medias de Bolivia cuando presionaron a Chávez a que hablara con Evo y le bajara los decibeles a la nacionalización que debió ser total y sin indemnización, protegiéndose así intereses de trasnacionales petroleras como la Repsol y Petrobras.
Sería un error mantener la ilusión de que con la entrada de Venezuela al MERCOSUR, este se convertirá en una alianza antiimperialista, ya que, es un bloque a disposición de las multinacionales quienes se pelean ferozmente el mercado automotriz, los aranceles para el azúcar, los pollos, textiles, electrodomésticos, las inversiones extranjeras y otra gran cantidad de rubros. Paro además, existe la amenaza por parte Uruguay y Paraguay de firmar como sumisos corderos el tratado de libre comercio (TLC) con los EEUU, como lo hicieron Colombia y México. Por eso no hay de verdad una integración para enfrentar al saqueo imperialista, por el contrario lo promueven.
Autogol de Venezuela.
Más que un gol anotado por Venezuela con el ingreso al MERCOSUR como lo dice la propaganda a todo lo largo y ancho del país, lo que se produjo fue un autogol de su jugador estelar, el presidente Chávez, con esta integración a un bloque cuyo andamiaje responde a las multinacionales. Por esta vía no se lograrán mayores y mejores empleos; ni construir las viviendas, los hospitales y escuelas necesarios; ni habrá mejores salarios; ni mucho menos mayor bienestar social.
Lo que si se logrará, es favorecer la extracción de materia prima barata como el gas y el petróleo, propicio por ejemplo a la Repsol YPF, transnacional española cuyo defensor es el presidente argentino Kirchner, y que en España no poseen una sola gota del excremento del diablo. La construcción del mega gasoducto se hará con materiales de la transnacional Techint quien es la dueña de Sidor en Venezuela después de la privatización. Utilizarán una energía barata como la que se produce hidráulicamente en el sur del país. Manipularán la mano de obra venezolana para explotarla a menor costo, con la amenaza de llevarse las empresas a otro país del bloque ante cualquier reclamo salarial. Al final del juego solo caerán migajas de todo el caballón de ganancias que se producirán.
La estrategia para anotar un gol integracionista es otra.
Para lograr un frente antiimperialista consecuente con los intereses de los trabajadores y sectores populares, debemos requerir al gobierno del presidente Chávez que retome la Alianza Bolivariana de las Américas (ALBA) fuera de los marcos imperialistas para: nacionalizar por completo el petróleo y el hierro, no mas empresas mixtas; nacionalizar la banca y el comercio exterior para que nuestras relaciones con los demás países americanos se haga sobre el principio de la solidaridad y no de las ganancias; conformar un grupo de países deudores para no cancelar la deuda externa y convertir ese dinero en bienestar laboral y social; impulsar una reforma agraria plena, expropiando a los terratenientes chupacabras y entregando las tierras a quien las trabaje.
No es verdad que refugiándonos en el MERCOSUR evitaremos el asedio imperialista, lo lograremos si rompemos toda atadura con éste, como lo hicieron Bolivar y Martí frente al imperio español. De lo contrario los discursos de integración antiimperialistas no son más que buche y plumas.
Mientras vamos pidiendo esto al presidente, debemos seguir las movilizaciones en defensa de nuestros intereses e ir avanzando en la organización hasta lograr un gobierno de los trabajadores y sectores populares que verdaderamente se anote el gol del triunfo socialista.
Coordinador UNT- Aragua