Los rápidos y profundos cambios que se están observando en el mapa de las relaciones internacionales en los primeros años del siglo XXI, están configurando nuevos poderes que se contraponen a la hegemonía unilateral de los Estados Unidos. Como resultado de estos cambios se está generando un Nuevo Orden Internacional, el cual manifiesta dos tendencias muy marcadas: por un lado, encontramos el acelerado declive de la supremacía política, militar y económica de Estados Unidos; y por el otro, un rápido re-alineamiento y consolidado ascenso de Rusia y China, que los sitúa como nuevos protagonistas de poder a nivel internacional y serios rivales a los intereses y objetivos de EE.UU. a nivel planetario.
El Nuevo Orden Internacional en ciernes se caracteriza principalmente por el esfuerzo mancomunado de Rusia y China de constituir un Orden Mundial Multipolar, que se sustente en la política, la diplomacia y el derecho internacional, y en que sea el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas el que dirima las controversias internacionales. Mientras que en el mundo unipolar de EE.UU. impera el unilateralismo y el desprecio a las reglas internacionales. Este decadente orden unipolar capitalista se opone frontalmente a que surja un posible mundo multipolar, aunque éste también sea capitalista.
El actuar de Washington y de relacionarse con los poderes mundiales y Estados le está llevando a que pierda influencia y poder a todos los niveles; es tal la crisis de la superpotencia que algunos intelectuales y analistas, tanto de derecha como de izquierda, se atreven a sentenciar que el “fin de la hegemonía estadounidense” ya ha entrado en su última fase de decline.
Este periodo de unipolarismo se establece una vez desaparecida la Unión Soviética, pero se implementa con profundidad y agresividad tras los trágicos acontecimientos del 11/S de 2001. Valiéndose de este hecho el gobierno de George Bush emprende a nivel global una serie de amenazas, confrontaciones e invasiones militares bajo los lemas de “guerras contra el terrorismo” y “guerras preventivas”. Pero antes de emprender su ‘misión revelada’ contra el ‘terrorismo internacional’ y el ‘eje del mal’, le advierte amenazante a la comunidad internacional que ‘aquel que no está con nosotros está contra nosotros’.
Estas ansias de supremacía y planes de dominio hegemónico planetario que se fundamentan en "Rebuilding America's Defensas (RAD)"[1], documento central elaborado y puesto en marcha por los ‘neoconservadores’ del “Proyecto para el Nuevo Siglo Americano”, a finales de la década pasada. Las áreas temáticas de este documento están organizadas bajo 4 categorías: “A.) Pax-Americana –esbozando la razón fundamental para el imperio global-, B.) Asegurar la hegemonía global –identificar las regiones que son consideradas problema para la política de EE.UU.-, C.) Reconstruir el ejército –planes para la expansión del poder militar de EE.UU.-, y D.) Con las futuras guerras de la Pax-Americana visiona el RAD completo control de tierra, mar, aire, espacio y ciberespacio a nivel global.”
Los propósitos imperiales de EE.UU. van a quedar inmediatamente al desnudo con las guerras de invasión a Afganistán e Irak, el objetivo que se busca con estas agresiones es el control geoestratégico de la importante región del Oriente Medio y el Asia Central para hacerse a sus inmensos recursos energéticos. Aventura bélica expansionista que quedará grabada en la historia de la humanidad por los horrores cometidos en el campo de concentración de Guantánamo, las torturas en Abu Ghraib, los vuelos de aviones clandestinos de la CIA y el establecimiento de prisiones clandestinas en varios países del mundo.
Estos propósitos hegemónicas estadounidenses también han contribuido a que en gran medida haya ido perdiendo y decayendo de su privilegiada posición global, debido a los múltiples reveses que ha venido recibiendo a causa de sus pretensiones. Ya que al mismo tiempo que avanzaba y se expandía avasalladoramente sobre los demás países imponiendo sus reglas y condiciones, iba creando y dejando muchos vacíos militares, políticos, económicos y hasta culturales, a lo largo y ancho de la tierra. Vacíos que comenzaron a ser asumidos rápidamente por otros poderes políticos-militares mundiales ansiosos de convertirse en potencias globales y regionales. Vacíos que han incentivado a nuevas situaciones y alianzas que de otra manera hubieran tardado mucho más tiempo en constituirse.
La pérdida de esta influencia y dominio de Washington es el resultado de la combinación de múltiples factores, en los que cuentan las importantes derrotas militares que le han venido infligiendo sus adversarios en diferentes conflictos en los que se encuentra implicado. Lo más importante de esto último, es poder apreciar cómo Estados Unidos pasó, en tan corto tiempo, de ser un “imperio a la ofensiva a ser un imperio a defensiva”[2], produciéndose con ello un cambio trascendental en el orden internacional.
Aunque todos los indicios pueden llevan a pensar que existen las condiciones objetivas para que se de una Nueva Guerra Fría[3], y que todos las señales puedan indicar hacia esa dirección, aún estos dos posibles bloques no se han ‘constituido formalmente’: aquellos países y poderes que se decantan y alinean en un posible bloque encabezado por EE.UU., y otros, alineados con el ascendente bloque asiático liderado por Rusia-China. Si bien es cierto que todavía no encontramos dos bloques divididos por una línea que los separa en dos campos bien definidos y rivalizando abiertamente por el control de los recursos estratégicos, sobretodo por los recursos energéticos globales: carbón, gas, petróleo, uranio y agua. Aquello que encontramos en esta nueva etapa que se está abriendo son fuertes rivalidades entre diferentes Estados y poderes regionales y globales, que indican y vislumbran conflictos bélicos para hacerse con esos vitales recursos.
Si algo se puede afirmar desde ahora, sin temor a equivocaciones, es que los conflictos en el inmediato y lejano futuro van a estar principalmente originados por la rivalidad por el control, acceso, abastecimiento y seguridad de los recursos energéticos y del agua a nivel mundial. Recursos sin los cuales las sociedades y Estados industrializados y desarrollados se paralizarían, situación que crearía un caos total en sus economías y vidas.
Por motivos vitales y por ser un recurso escaso y costoso, el tema petrolífero se ha convertido desde hace algunas décadas, en parte importante y estratégica de la seguridad del Estado en muchos países del mundo, en especial de en los países desarrollados. Hoy esa preocupación se hace más apremiante y extendida hacia el gas, del que se afirma será el eje central y motor de la industria y de la economía mundial hacia mediados de la década de 2020. Otro tanto pasa con la energía nuclear, los países industrializados hablan de la urgencia de construir y poner en funcionamiento centrales nucleares para abastecerse de energía, mientras esas mismas posibilidades se le niegan o limitan a los países en desarrollo.
Todos estos movimientos por preservar y garantizar los intereses y necesidades nacionales acontecidos en la arena política internacional, están arrastrando a las grandes superpotencias, a los poderes de rango medio y también a la gran mayoría de los países a nuevas e impensables relaciones, a nuevos lineamientos y reacomodos de estratégicas alianzas. Unos buscan garantizar y asegurar recursos energéticos para satisfacer sus necesidades e intereses; y otros, la protección de tales recursos, pues existen demasiados poderes interesados en hacerse a ellos, ya sea por la fuerza (Irak) o a través de contratos leoninos de saqueo, con la colaboración de las corruptas clases políticas dirigentes de estos países (México, Colombia, Nigeria, Costa de Marfil).
El nuevo panorama en las relaciones internacionales además de señalar sus elementos centrales: pérdida de influencia y supremacía del poder global unipolar de EE.UU. y el ascenso de nuevos poderes regionales e internacionales, entre los que sobresalen de lejos la fuerte alianza ruso-china; a su vez está mostrando cómo se está gestando éste a grandes pasos y cuáles serán los principales rasgos que tendrá ese Nuevo Orden Internacional: Rusia y China (y probablemente también India) serán a mediano plazo los Estados que ostenten un importante dominio, poder e influencia en la política y orden mundial; y el continente asiático será el centro decisivo de la política, la economía y de la seguridad internacional.
Cómo se están desarrollando los acontecimientos este nuevo orden será en gran medida multipolar. Hoy la situación es muy diferente a aquella de 1996 en que muchos se reían socarronamente cuando Rusia y China –a las que posteriormente se adhirió India y luego otros países- comenzaron a dar a conocer su ideas en numerosas declaraciones y foros internacionales sobre la necesidad de un mundo multipolar, con la intención de parar el dominio unipolar de EE.UU.
Veamos algunos de los signos más relevantes, indicadores de, hacia donde se está dirigiendo aceleradamente un nuevo orden, en el que la tendencia preponderante es la merma trascendental del poder e influencia de EE.UU. a nivel mundial; y en el que Rusia y China están aumentando su poder y predominio a nivel regional y mundial. Circunstancia que los está situando en una mejor posición para constituir relaciones geopolíticas estratégicas sustancialmente opuestas a los intereses del dominio estadounidense:
* Acuerdos y acercamientos cada vez mayores entre Rusia y China en temas clave a nivel mundial: Irak, Afganistán, Corea del Norte, Irán y Oriente Medio, como también, en unidad diplomática y política ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
* Profundización en la cooperación entre Moscú y Pekín a través del Tratado de Amistad y Cooperación y Buena Vecindad, en la esfera política, económica, militar, energética, científica, tecnológicas y de seguridad regional y mundial.
* Fortalecimiento de las organizaciones asiáticas regionales como la Organización de Cooperación de Shangai, la ASEAN+3.
* Aumento constante de las tensiones entre EE.UU. -y de algunos países europeos- con estos Estados asiáticos en ascenso.
* Discrepancia en el tratamiento en asuntos y problemas globales entre ciertos Estados ‘Occidentales’ y el ‘Este’ ascendente: energía nuclear, escudo antimisiles, armamentismo, extensión de OTAN hacia el Este europeo, manejo de los recursos energéticos, derechos humanos y reformas democráticas.
En el Sudeste Asiático
En estas importantes regiones hacen presencia naciones que aspiran ser potencias regionales o mundiales (China, Rusia, India, Japón, Irán, Corea). Varios de los países que hacen presencia allí están gozando de elevado y constante crecimiento económico, después de la profunda crisis económica sufrida en el sureste asiático de 1997-8, conocida como “efecto Dragón”. No se debe olvidar que en la mayor parte de estas naciones existe una gran brecha entre las inmensas masas empobrecidas y las clases ricas que ostentan el poder. Pese a los indicadores macroeconómicos que hablan del incremento de la riqueza la brecha entre pobres y ricos sigue aumentando vertiginosamente.
La misma presencia y proximidad de estos grandes poderes en ascenso tanto en el suroeste y centro del continente asiático, les permite un acercamiento más fácil para relacionarse con los distintos países y organizaciones internaciones que hacen presencia en estas importantes regiones.
En el sudeste asiático Rusia y China han venido asentando solidamente su poder e influencia a través de la Asociación de las Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN). Esta organización que cuenta con mecanismo denominado ASEAN+3 (que es la ASEAN + China, Japón y Corea del Sur), ha ido afianzando su lazos de cooperación y dando pasos firmes hacia procesos de integración más sólidos, como la propuesta de crear una Unidad Monetaria Asiática denominada ACU, la cual se había planeado lanzar en el mes de marzo de este año. Todas las naciones que hacen parte de la ASEA+3 participan con sus respectivas divisas de esta iniciativa para crear una cesta de todas ellas, pero las tres monedas con más peso significativo de este nuevo sistema monetario serán el yuan chino, el yen japonés y el won surcoreano. En el mismo momento en que se materialice este sistema monetario será un gran golpe audaz y duro al sistema basado en el dólar-centrismo.
El desarrollo de la situación política en esta región no debe sorprender, por el contrario nos lleva a tomar nota para comprender por qué la ASEAN+3, no ha tenido la gentileza de invitar a EE.UU. a sus cumbres, y si lo haga con Rusia. En la cumbre 2005, en Kuala Lumpur, Malasia, la estrella invitada fue Rusia, que planteó la necesidad de crear un mecanismo para garantizar la seguridad de los recursos energéticos (petróleo, gas, carbón, etc.) a nivel mundial y se comprometió a compartir sus inmensas riquezas energéticas con los miembros de la ASEAN+3[4].
A finales de octubre tuvo lugar una cumbre China-ASEAN, en donde China brilló con luz propia. En el Marco del Acuerdo sobre Cooperación General Económica señala que el comercio entre las dos partes ha alcanzado 130.370 millones de dólares en 2005, mientras las inversiones 3.100 millones de dólares. Entre lo más sobresaliente de la Cumbre está: la ASEAN se reafirma en su política de una sola China; establecen un Área de Libre Comercio para 2010 que incluye la liberación de mercancías para ASEAN-6 y China, y para 2015 participan Camboya, Laos, Myanmar y Vietnam; Además China apoya y da la bienvenida a los esfuerzos de la ASEAN para establecer al Sudeste de Asia como un Zona Libre de Arma-Nucleares[5].
La próxima cumbre de ASEAN+3 en diciembre podrá definir nuevos pasos que vayan en contra de los intereses de EE.UU., pues no es en vano ni fortuito que el gobierno de G. W. Bush le pidiera a China ser transparente en la cooperación militar con la ASEAN, ante las palabras dichas por parte del Primer Ministro Chino, Wen Jiabao, de que desea profundizar los lazos militares con el Sudeste Asiático[6].
Quizá estos desarrollos políticos son en gran mediada los responsables de que uno de los países más alineados a la voluntad de Washington, como es el caso Corea del Sur, le haya contentado al presidente Bush, en la reciente reunión de la APEC en Vietnam, en su intento de crear un frente común contra el programa nuclear de Corea del Norte, que no está de acuerdo y rechaza sumarse al plan de Washington de interceptar transportes norcoreanos sospechosos de incluir material nuclear.
En África
Acercamiento y establecimiento de profundas relaciones comerciales y de cooperación en distintas áreas entre la gran mayoría de los países del continente africano y China, como lo demuestra la reciente Primer Cumbre “Foro de Cooperación China-África”[7] que tuvo lugar en el mes de octubre, en el que participaron 48 presidentes y líderes de países africanos. Fue tal el número de presidentes y líderes africanos asistentes al foro, que la mayor parte de los medios de comunicación a nivel mundial resaltaron este importante hecho.
Entre los acuerdos que tuvieron lugar en este Foro sobresalen la firma de 14 contratos y acuerdos comerciales por un valor cercano a $1.9 billones de dólares con 11 naciones africanas que abarca recursos naturales, infraestructura, finanzas, tecnología y comunicaciones.
Igualmente se resalta el constante crecimiento del comercio bilateral China-África, registrando un crecimiento promedio anual superior al 30% en los últimos años. Se espera que esta cifra alcance los $50 billones de dólares este año y que llegue a los $100 billones de dólares para el año 2010.
Al efecto establecieron un Plan de Acción[8] para “adecuadamente dirigir las disputas comerciales y fricciones a través de la consulta amigable bilateral y multilateral… fortaleciendo la cooperación aduanera, impuestos, inspección y cuarentena.” Y a su vez “el Presidente de China, Hu Jintao, prometió abrir su mercado a África y levantar a 440 el número productos libre de impuestos, actualmente es de 190.”
Por su parte Rusia también ha estado ampliaando y mejorando sus relaciones de cooperación con varios países del África. En septiembre firmó con Maruecos[9] un acuerdo en nueve campos diferentes. Con Egipto y Angola acordó a comienzos de noviembre[10] profundizar sus relaciones comerciales en sectores tales como el turismo, comercio, exploración de hidrocarburos, minerales y desarrollo. Egipto también ofreció a Moscú el espacio para la creación de un parque industrial de un millón de metros cuadrados.
En septiembre el Presidente de Rusia, Vladimir Putin, viajó a Sudáfrica[11] acompañado por una delegación de cien hombres de negocios, firmando acuerdos para inversión de más de mil millones de dólares en áreas de energía y petróleo, minería, aluminio, abastecimiento de energía nuclear, y el ofrecimiento de por parte del Kremlin para que Sudáfrica utilice las naves espaciales rusas para el lanzamiento de satélites surafricanos.
Este tipo de movimientos y de acuerdos que se están dando entre Rusia y China con el continente africano, ya hizo saltar las alarmas y está poniendo sobre aviso a los líderes estadounidenses sobre lo que pueda pasar debido a la dependencia de recursos estratégicos venidos de África: “Los EE.UU. solo resultaran ser más vulnerables cuanto más se caliente la competición global por recursos estratégicos (y el anti-americanismo a través del planeta aumente). Las naciones ya han iniciado pelearse no sólo por recursos energéticos, sino por minerales estratégicos, particularmente vitales para las industrias de defensa.
Si Sudáfrica cerrara un pacto con naciones anti-estadounidenses compitiendo por la influencia global, EE.UU. podría ser aislado de vitales recursos. Sí Rusia ganara predominante influencia sobre los recursos de Sudáfrica, éste, en cooperación con China y la Unión Europea, estaría en una posición para forzar un bloqueo sobre las naciones anglo-americanas”[12].
En Latinoamérica
La pérdida de influencia de Washington en América Latina es notoria. Se manifiesta en un serio distanciamiento por parte de varios gobiernos latinoamericanos frente a las políticas de EE.UU., fundamentalmente por parte de Venezuela, Bolivia, Cuba, Argentina y Brasil, y también Ecuador, que tras la reciente victoria electoral fue elegido como nuevo presidente del país Rafael Correa, quien también se opone a las políticas de la Casa Blanca. Y posiblemente hay que agregar en la lista a la Nicaragua de Daniel Ortega.
A la vez que aumentan las tensiones los países latinoamericanos van tomando políticas más autónomas de carácter nacionalista, en especial por parte de Venezuela y Bolivia, en el manejo de sus recursos naturales: gas y petróleo. O de iniciativas más autónomas de carácter regional o sub-regional como el ALBA, Merco Sur, Comunidad Sudamericana, así como el planteamiento de políticas petroleras intrépidas para la región latinoamericana como la conformación de la Empresa Multinacional Petrolera Estatal Latinoamericana (Petroamérica), bajo el paraguas del ALBA.
La Casa Blanca ha encontrado una resistencia cada vez más fuerte por parte de varios gobiernos de la región y de las amplias mayorías populares latinoamericanas, a los tratados comerciales que ha querido imponer bajo la presión y la fuerza, como en el caso del ALCA o el fracaso intento de EE.UU. para “derrocar a Hugo Chávez en 2002 que llevó a la solidificación del régimen bajo ataque. Del mismo modo, el método tradicional rutinario de USA de dominio sobre Latinoamérica, el de las políticas económicas del FMI y de la OMC, que agilizan la transferencia masiva y regular de la riqueza latinoamericana a USA, también es evitado por dirigentes nacionalistas envalentonados”[13].
No en vano el Council on Foreign Relations dio a conocer en octubre de 2006 un estudio, titulado “National Security Consequences of U.S. Oil Dependency”, en el cual hace un análisis minucioso sobre las consecuencias para la seguridad del Estado de EE.UU., por su condición de país dependiente del petróleo y de las exportaciones de recursos estratégicos de otros países. Además de destacar y prevenir sobre la peculiar situación, deja un velado mensaje sobre el peligro que puede representar el que compañías estatales sean las propietarias de estas riquezas estratégicas, y peor aún, que estos países se opongan a los intereses y políticas estadounidenses, haciendo una clara referencia a Rusia, Venezuela, Irán y Bolivia. Ya que los altos precios permitirán a estos Estados una mayor autonomía, y debido a eso es que “en años recientes, con los altos precios del petróleo, algunos países como Rusia y Venezuela han incrementado la autoridad sobre esas compañías estatales”[14].
Por lo tanto, la posibilidad de que éstos [Estados] cuenten con el ‘control sobre inmensos recursos petroleros proporciona a los países exportadores la flexibilidad para adoptar políticas que se oponen a los intereses y valores de EE.UU.’ (…) Venezuela tiene los recursos de sus exportaciones de petróleo para pedir reajuste en las relaciones políticas en América Latina y para financiar cambios tales como la salida de Argentina de su acuerdo de reserva del Fondo Monetario Internacional (FMI), y la reciente decisión de Bolivia de nacionalizar sus recursos de gas y petróleo. Debido a su riqueza petrolera, esos y otros países productores son libres para ignorar las políticas estadounidenses y para continuar con hostiles intereses a nuestra seguridad nacional”[15].
A su vez esto ha producido un marcado acercamiento de los países latinoamericanos a los poderes asiáticos y el aumento de las inversiones chinas y rusas en áreas energéticas estratégicas, militares, de armamento y comerciales, entre otras, las cuales son de gran importancia para la región.
Entre estos encontramos el acuerdo entre Rusia y Venezuela para la entrega por parte de Moscú a Caracas de 24 aviones de combate y 53 helicópteros de combate[16], así como fusiles de asalto AK-103, 10 aviones de transporte y 8 botes patrulleros. O la exitosa gira que hiciera en noviembre de 2004 el Presidente de China, Hu Jintao, por varios países de la región: Brasil, Argentina, Chile y Cuba, en la que se dio a conocer que Pekín invertiría 100 mil millones de dólares en Latinoamérica durante una década 2004-2014. Acuerdos de inversión que se han comenzado ha desarrollar entre el gigante asiático y diferentes estados latinoamericanos.
En noviembre de 2005 China y Chile firmaron un Tratado de Libre Comercio[17], siendo hasta el momento el primero de esta clase entre China y un país latinoamericano. De acuerdo con el Ministerio del Comercio de China, el comercio bilateral entre los dos países ha estado creciendo en un promedio anual del 20% desde del 2000. El volumen comercial alcanzó los $7.130 millones en 2005, del cual el 50% son importaciones de cobre chileno a China[18].
Una de las iniciativas que pueden marcar en el corto y mediano plazo un eje más definido de ruptura entre la región Sudamericana y la Casa Blanca es la propuesta de Brasil sobre la creación de una organización de defensa regional, la cual sería como una “OTAN sudamericana”[19]. Esta propuesta será oficialmente presentada a los vecinos del Cono Sur y a la Comunidad Andina de Naciones (CAN) a comienzos de 2007.
Tres serían los objetivos de este tipo de ‘OTAN’ sudamericana: primero, defender los bastos recursos naturales que dispone la zona. Segundo, disuadir cualquier intento foráneo para intervenir en forma directa en el Cono Sur. Y tercero, distender las relaciones entre las propias naciones de la región.
Si se logran materializar estos objetivos pueden ser el camino de Brasil hacia el año 2050 del que hace referencia el Dreaming with BRICs: The Path to 2050 (2003)[20], que es la conocida Tesis del banco de inversión Goldman Sachs, tan ampliamente comentada y bien valorado por diferentes sectores a nivel mundial, en la que se plantea que Brasil junto con Rusia, India y China (BRIC) pueden llegar a ser las cuatro economías dominantes en el 2050.
Todo parece indicar que hoy más que nunca retumban las palabras de Simón Bolívar sobre la ‘necesidad de formar en [Sur]América la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riquezas que por su libertad y gloria’, para hacerle frente a "los Estados Unidos [que] parecen destinados por la Providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad", y que esta nueva coyuntura política sea capaz de enterrar la apolillada ‘doctrina Monroe’, la cual reza que América es para los Usamericanos, y que por el contrario ésta debe ser recordada por los pueblos latinoamericanos como una larga y mala pesadilla.
En Asia Central
La “guerra contra el terrorismo” de la administración Bush se inicia con la invasión a Afganistán, cuyo objetivo básico es que sirva de puerta para entrar a Asia Central, así como a la rica zona en gas y petróleo del Mar Caspio y al sur de éste. Además para que EE.UU. implemente y amplie de manera ostensible su presencia militar en la región, mucho más amplia con la invasión contra Irak. Refiriéndose a esta región Zbigniew Brzezinski dice que “los Balcanes euroasiáticos son infinitamente más importantes como un potencial premio económico: una enorme concentración de gas natural y reservas de petróleo localizadas en la región, además de importantes minerales, incluyendo oro […] Acceder a esos recursos y participar en su potencial riqueza representa objetivos que agitan ambiciones nacionales, motiva intereses corporativos, reaviva demandas históricas, reaviva aspiraciones imperiales, y enciende rivalidades internacionales.”
En un primer momento la presencia de bases y tropas militares estadounidense allí fue avasalladora, tratando de completar la tarea de ‘balcanización’, que han procurado llevar adelante desde la desaparición de la Unión Soviética en todas aquellas zonas y territorios que hicieron parte de ella y a la misma Rusia, con la ayuda de la Unión Europea, de instituciones como la OSCE, servicios de inteligencia (CIA, ISI), de cientos de ONGs ‘independientes’ (Freedom House, Fundación Soros, etc.). EE.UU. no satisfecho con su presencia militar dominante, se da a la tarea de implementar una serie de “golpes de Estado blandos” o “revoluciones de colores”, en varios países, con los cuales se buscaba instalar gobiernos títeres que sirvieran a sus intereses imperiales.
Afganistán que fue el centro elegido para acabar con el “terrorismo internacional”, hoy después de cinco años invasión el gobierno de Bush ha fracasado estrepitosamente en sus cometidos de para extirparlo y “esparcir la democracia estadounidense”.
En primer lugar, durante este periodo de invasión EE.UU. ha sufrido duros y continuos golpes, que lo obligaron a traspasar las responsabilidades a la OTAN, para que controle la grave situación. Washington no solo fracasó en su cometido militar, ya que jamás logró controlar territorialmente más allá de la capital Kabul, sino que el cultivo y tráfico de narcóticos aumentó espectacularmente. Según el último reporte de la ONU[21] este año ha aumentado el 60% y esto equivale a 600 toneladas de heroína, lo que representa un aumento de cerca de 500% desde que arribó la “democracia Bushiana” al país. Y lo que es más sorprendente los Taliban se encuentran hoy nuevamente reagrupados y se estima que son un contingente de 10.000 combatientes. El propio halcón Richard Armitage[22] afirma que “hace un año, el Taliban nos estaba combatiendo en unidades de 8 a 12 hombres, y ahora están haciéndolo en tamaño de compañía e incluso más grandes”.
Esta situación parece indicar que el momento está de lado del Taliban[23], y se avizora desde ahora un fiasco de la OTAN en su cometido. Para empezar Bush y sus incondicionales socios Reino Unidos y Canadá, no lograron en la reciente cumbre de Riga que los países miembros aumentaran el pie de fuerza en el país, que hoy cuentan con unos 32.000 militares, a lo que Mullah Obaidullah[24], comandante Taliban, “advirtió que la posibilidad de más tropas de la OTAN no nos inquieta, sino que esto más bien facilitará a nuestro hombres atacarlos”. Si la OTAN fracasa sera un estruendoso golpe no solo para ésta y los países que la conforman, sino para toda la concepción de seguridad al servicio de las ambiciones imperiales de EE.UU.
En segundo lugar, Washington y sus aliados al no haber logrado controlar el país y hacer realidad los planes “para reconfigurar tanto las fronteras de Afganistán como las de Pakistán a fin de facilitar el flujo de petróleo y gas desde Asia Central a las costas del Océano Indico. Una vez construido el corredor con el oleoducto y el terminal sobre el litoral del Océano Indico, se habría logrado una victoria importante frente a los intereses energéticos de los competidores rusos, chinos e iraníes en la Cuenca del Caspio y Asia Central. Esta sería la segunda victoria geoestratégica de EEUU tras la apertura de la Terminal Petrolífera Baku-Tblisi-Ceyahn (BTC)”[25]. Pero a tenor de la situación actual este objetivo está lejos de ser cumplido, por no decir que fracasado.
Rusia ante la gravedad que esta situación representa para la seguridad de sus intereses geopolíticos en la región, se moviliza hábilmente y se acerca nuevamente a sus antiguos y tradicionales aliados a través de acuerdos de cooperación bilaterales económicos, de seguridad y militares; y además, consolida las organizaciones internacionales que hacen presencia en la región: Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (CSTO) (esta y las otras por sus siglas en inglés), Comunidad Económica Eurasiática (EurAsEC), Organización de Cooperación de Asia Central (CACO) –estas dos Organizaciones en agosto de 2006 pusieron en marcha conjuntamente un Espacio Económico Común-, y la Organización de Cooperación de Shangai (SCO).
Por su parte China comprendió que sus intereses peligraban en esta zona geoestratégica con la presencia de EE.UU., que además de su intromisión militar dominante, apoya a los grupos musulmanes extremistas-autonomistas de la región de Xinjiang, situación que le ha llevado a sumar esfuerzos mancomunados con Rusia para fortalecer la seguridad de la región a través de la SCO.
El punto de inflexión en la región se marca con el llamado que le hicieran a Washington los países centroasiáticos para que se retire con sus tropas de los distintos países de Asia Central, hecho que tuvo lugar al finalizar la Cumbre de la SCO en julio de 2005. Y es Uzbekistán quien le exige de inmediato que retire sus tropas en menos de 180 días. Demanda que la Casa Blanca se obligada a cumplir en enero de este año. Esta inesperada situación le ha creado serios problemas para seguir manteniendo la base de Kirguizistán y que a inicios de diciembre también le ha exigido que abandone la base que tiene en territorio kirguizo. Esto ha demostrado dos tendencias importantes: uno, que Rusia y China han consolidado su presencia en la región, en especial Moscú, y este significativo avance en seguridad y dominio ruso-chino en la región se debe al desarrollo y fortalecimiento de la SCO; y dos, que EE.UU. no es bienvenido a la región a pesar de haber logrado una abrumadora presencia militar.
Además de esto, Rusia ha logrado controlar y revertir casi todos de los procesos políticos que se presentaron en forma de “revoluciones de color” que iban en abierta oposición a sus intereses: Kirguizistán, Ucrania, en Uzbekistán que no llegó materializarse, y con Georgia que sigue teniendo problemas serios.
Georgia por su dependencia energética con Rusia, se ha visto obligada al aplazando de sus deseos de vincularse a la OTAN, por la fuerte presión rusa y amenaza de corte del suministro de gas y petróleo, si Tbilisi no paga a precios de mercado internacional, situación que le ha permitido al Kremlin un cierto margen de presión y de juego político.
Ucrania ya sufrió las consecuencias por sus intentos de abandonar la férula rusa. Las relaciones ruso-ucranianas se hicieron muy tirantes tras la “revolución naranja” y una de las consecuencias de su desobediencia fue el corte de suministro de gas en enero de este año que dejó al país sumido en tremenda crisis energética. Rusia con la crisis ucraniana logra revertir en gran medida el proceso “naranja” y neutralizar al gobierno con el alza moderada de los precios del gas, que luego va a permitir que sea nombrado como Primer Ministro, Viktor Yanukovych, quien es declaradamente pro-ruso.
Esta crisis no solo afectó a Ucrania también a varios países europeos, demostrándose con ello que hoy Rusia no solo cuenta con el poder del suministro de gas y petróleo, sino con la capacidad de afectar gravemente la industria y la economía europea, y por ende, su seguridad e intereses, ya que Europa importa el 26% de sus necesidades de gas de Rusia. Esta situación de dependencia ha propiciado en Europa conmoción por los posibles riesgos que este asunto pueda tener para su seguridad, pues cada día aumentan esos peligros, como es el caso del acuerdo “sorpresivo y secreto” entre Alemania y Rusia para construir el gigantesco gasoducto que irá por el fondo de las aguas del Mar Báltico. Así como el hecho de que Rusia se negara, en la cumbre de noviembre en Finlandia, a ratificar el Tratado sobre la Carta de la Energía con la Unión Europea argumentando que éste no concuerda con los intereses de Moscú[26], y además, ha solicitado que se modifique el contenido de la Carta Energética.
Estos movimientos rápidos y sagaces del gobierno de V. Putin, también le han permitido a Rusia el control de reservas de gas, petróleo y otros recursos energético y minerales en la rica zona centroasiática, por medio de contratos bilaterales entre las empresas rusas, Gazprom y Gazprom Neft (Sibneft) y estos gobiernos. Hecho que va a convertir los países de la Comunidad de Estados Independientes, en especial Asia Central y Rusia, en los poseedores de más del 40% de todas las reservas mundiales de gas[27]. Igualmente China ha firmado importantes acuerdos de petróleo y gas con diferentes Estados de la región, en especial con Kazajstán y Rusia. El otro país que ha realizado importantes inversiones ha sido India, que también está impulsando una estrategia global muy similar a la de China, que le ha permitiendo alcanzar importantes acuerdos en materia de energéticos con países de la región.
Pero quizá lo más sobresaliente de ese posicionamiento ruso como un importante y decisivo poder en la región, es el haberle podido quitar vuelo a los principales propósitos que se habían trazado con el oleoducto Baku-Tbilisi-Ceyhan (BTC), que a más de costoso, sus expectativas resultaron ser muy pobres, pues sus objetivos centrales estaban diseñados para sacar el petróleo y el gas del Mar Caspio y Asia Central, del que se iban a apropiar EE.UU. y sus aliados, producto de las aventuras bélicas en estas zonas; y estos recursos ahora están principalmente en manos rusas, chinas, hindúes.
En el Oriente Medio
Por sus enormes riquezas esta geoestratégica región se ha convertido en centro de disputas entre las distintas potencias mundiales, y especialmente finalizada la II Guerra Mundial. En la segunda post-guerra EE.UU. se convierte en la potencia más influyente, dominante y decisoria del Oriente Medio. La prioridad de su agenda política se centra en cómo controlar los regímenes de la región para hacerse a los recursos petrolíferos y gasíferos.
La mayoría de los gobernantes de Oriente Medio se han caracterizado por ser déspotas, corruptos, y despiadadamente represivos con sus pueblos. A EE.UU. y sus aliados europeos nunca les ha preocupado que estos Estados clientes sean dictaduras; simplemente, cuando un sátrapa de estos no cumple con su cometido impuesto, se le depone. Y sí surge un gobernante con ideas y actitudes nacionalistas o de autodeterminación, se auspicia su derrocamiento. Por ello, para EE.UU. el requerimiento de la “democracia estilo occidental” no es una exigencia que obliga a estos regímenes dictatoriales o antidemocráticos, como es el caso de Egipto, Jordania, Arabia Saudita. Esta exigencia es solo un pretexto de confrontación con aquellos gobiernos que no están alineados con la orbita anglo-estadounidense.
Como se ha indicado, una vez colapsada la URSS el poder de EE.UU. se torna más agresivo en la región, su apoyo será totalmente incondicional a los intereses expansionistas del sionismo israelí. Sus políticas van a coincidir tanto, que Israel se convertiendo en la base militar de avanzada más grande de Washington en el mundo. EE.UU. como única superpotencia, y sin un posible rival digno de consideración a la vista, diseña una agenda orientada a someter el Oriente Medio para hacerse al control de las inmensas reservas de petróleo y de gas, en este propósito va a coincidir con el deseo de varios países europeos y del expansionismo sionista.
Además de apoderarse de los recursos del Oriente Medio, Mar Caspio y Asia Central, y garantizado el control esta región, esta sería la plataforma para lanzar nuevos ataques contra sus posibles rivales a nivel regional, Irán, y a nivel mundial, Rusia y China.
En este nuevo e hipotético contexto hegemónico mundial se diseñan planes para redefinir la región bajo el dominio de EE.UU.. Entre estos planes –y seguro que existen otros más y secretos- están el “Plan Abrams”, el “Plan Reino Hachimita”, la “Iniciativa para el Gran Oriente Medio”, el “Nuevo Oriente Medio”. Además, también se han realizado distintas simulaciones de “juegos de guerra” para región; pero todos estos apuntan a objetivos muy concretos en donde cada uno de los elementos está vinculado con otros[28]:
* Apropiarse de los inmensos recursos de gas y petróleo que existen en Oriente Medio, zona del Mar Caspio y Asia Central.
* Por medio de la agresión y la amenaza militar, controlar estratégicamente territorios muy importantes.
* Rediseñar el mapa político de esta extensa región, donde Israel garantice los intereses de Estados Unidos.
* Consolidar esta área como base para los futuros, quizá en el mediano plazo, enfrentamientos contra China y Rusia.
Pero serán los sucesos del 11/S los que van a marcar un nuevo estadio en las políticas estadounidenses. El unilateralismo se torna en el eje central de su agenda internacional. Ya no considerará el derecho internacional y de los organismos internacionales como parte importante y el foro para la resolución de los conflictos. En medio de esta euforia hegemónica y secundado por una “Alianza”, interesada en el saqueo de los recursos, emprende su segunda invasión basada en la mentira, caso Irak.
Irak invadida, destruida y ocupada va a entrañar dos importantes acontecimientos en el orden internacional para el poder imperial estadounidense: en primer lugar, este momento es su punto más alto como superpotencia mundial, su unilateralismo había arrasado no solo con Irak sino que además sentía que podía someter a la comunidad internacional a sus designios, con mentiras y ‘guerras preventivas’. En segundo lugar, quién lo iba a creer que Irak también marcaría el punto que daría comienzo al acelerado inicio de la pérdida del poder hegemónico no solo en esta región sino en muchos otros lugares del planeta.
Con el arribo de las tropas y la ‘victoria militar Usamericana’ el pueblo iraquí no salió a las calles a “poner flores en los cañones de los tanques, ni tampoco alzaron a los niños para que fueran besados por los soldados” invasores. No. Por el contrario el pueblo iraquí desde los primeros días de la agresión salió a combatir a las fuerzas extranjeras. Y EE.UU. “que esperaba combatir con soldados iraquíes, lo que encontró era que estaban siendo atacados por viejos, mujeres e incluso niños”[29].
La arrogante declaración de victoria de George W. Bush, en la cubierta del portaaviones Abraham Lincoln, pronto se fue esfumando y transformando en una trampa mortal, que rápidamente va a convertirse en una estruendosa derrota política, ética, moral y militar, reconocida por el mismo nuevo Secretario de Defensa, Robert Gates, "EE.UU. no está ganando la guerra en Irak". Llegándose a tal punto hoy que cualquier medida que se tome para salir del atolladero es mala.
Israel aprovechando la especial situación profundiza sus políticas expansionistas, represión y de extermino contra el pueblo palestino, simbolizadas en el ‘Muro de la Vergüenza’. Que no son otra cosa que la preparación del terreno para las batallas por venir. Domeñado el pueblo palestino el camino estaría libre para avanzar al de Washington por los hidrocarburos de la región del Mar Caspio. Estos planes comprometen una serie de guerras contra otros países: Siria, Líbano e Irán. Para lo cual una vez sometido Irak, el siguiente paso es acallar a los palestinos para emprender el camino hacia Irán.
El objetivo fundamental de las agendas políticas tanto de Washington como de Tel Aviv buscan que Irán no se erija en potencia regional capaz de rivalizar y de contraponer la supremacía militar israelí y evitar que la influencia hegemónica de EE.UU. en Oriente Medio disminuya y sea cuestionada. Por ello buscan afanosamente que Irán sea sancionado por el CS, pues éste hecho permitirá el proceso de aislamiento internacional y así realizar más fácilmente el ‘ataque preventivo’ a las centrales nucleares, realizado por Israel y/o EE.UU.. Y una vez garantizado su debilitamiento continuar con sus propósitos de destruir y dominar a Irán, para hacerse con los grandes recursos y consolidar su poderío en la región.
Aunque todo parecía fácil y resuelto a favor del poder hegemónico estadounidense en la región, las cosas comenzaron a enturbiarse y a surgir serios problemas que se transformaron en importantes derrotas, que incluso hoy llevan a que EE.UU. no solo postergue sus planes imperiales, sino que llevan al mismo desmoronamiento de su propio poder e influencia global. Y todo esto producto de una serie de factores que se interrelacionan:
En primer lugar, como se ha dicho, EE.UU. se ha visto obligado a cambiar su agenda y aplazar sus planes para la región, debido a los contundentes reveses militares que le ha propinado la lucha de resistencia del pueblo iraquí, convirtiéndose éstos en estruendosa derrota para la Casa Blanca. Pese a que ha establecido un gobierno títere dominado por los Shiíes con el beneplácito de Teherán, hoy ante el fracaso está replanteando sus políticas en Irak.
En segundo lugar, en Palestina inesperadamente para Washington, Tel Aviv y Brúcelas, el Movimiento Hamas gana las elecciones más vigiladas del mundo, había triunfado el candidato equivocado, y con ese resultado se complicaban los planes, pese a que Hamas ha contemplado una solución de dos Estados que se base en las fronteras de 1967.
El camino que toma Israel –secundado por EE.UU. y la Unión Europea- es el desconocimiento de la validez de las elecciones y del triunfo de Hamas, la no entrega de los dineros que le corresponden a la Autoridad Palestina, congelamiento de los fondos palestinos, bloqueo de la franja de Gaza y ataques militares más sangrientos contra la población civil (como la matanza de Beit Hanun o el de la playa de Beit Lahiya en Gaza) y sus líderes, para tratar de imponer un gobierno palestino al ‘gusto y medida de Occidente’ que permita emprender los ataques militares planeados con anterioridad.
En tercer lugar, Siria es forzado a retirar sus fuerzas del Líbano por la presión del Consejo de Seguridad de la ONU, tras haber sido culpado del asesinato del anti-sirio ex Primer Ministro, Rafia Hariri, el esfuerzo diplomático de EE.UU., Israel y Brúcelas trata de aislar a Siria para que pueda ser fácilmente atacada más tarde. Al mismo tiempo se van creando las condiciones para que el movimiento Hezbollah pudiera ser atacado por las milicias falangistas por el norte de Líbano y por el sur por las fuerzas israelíes.
En cuarto lugar, EE.UU., Israel y de otros países europeos (Inglaterra, Francia, Alemania) tratan de aislar y de que el Consejo de Seguridad (CS) sancione a Irán por tratar de desarrollar tecnología nuclear para uso civil, argumentando que con ello está violando el Tratado de No-Proliferación Nuclear. Esto lo hacen arguyendo que Teherán tiene intenciones de crear armas nucleares. Aunque para la dupla sionismo-usamericana una guerra contra Irán es una prioridad absoluta, hasta el momento han visto sus propósitos frustrados y aplazados por la negativa de Rusia y China a que Irán se aislado y sancionado por el CS; agregándose a ello, que Irán se ha sabido mover hábilmente en la arena regional e internacional aprovechando sus importantes basas, principalmente sus recursos energéticos, armas e influencias, como el caso del mismo conflicto de Irak. Esto no quiere decir que en el inmediato futuro el gobierno de Bush no se lance a la aventura bélica sin importar que esta sea aún más sangrienta, brutal, amplia y de consecuencias impredecibles para el mundo.
En quinto lugar, el pasado mes de julio el Movimiento Hezbollah le propina a Israel una derrota militar de profundo significado y trascendencia a nivel militar, político, ético y moral, que afecta no solo el expansionismo sionista sino que la misma geopolítica regional y global de EE.UU. se ha ido al traste. La derrota es de tal magnitud, que además de convertirse en un infierno para Tel Aviv, ha afectado gravemente el dominio de Washington y su influencia está declinando aceleradamente en la zona, a tal punto, que hoy, quizá, se vea obligado a compartir su poder en la región con su odiado enemigo, el gobierno de Teherán.
El impresionante poderío militar que el ejército israelí utilizó en esta sangrienta y devastadora guerra para exterminar a Hezbollah, explica la importancia estratégica que tenía este conflicto para Tel Aviv y Washington. Es quizá por esto que Shimon Peres dijo que ‘esta guerra era una cuestión de vida o muerte’.
Un hecho fortuito hizo que el ataque israelí planeado para el mes de octubre se adelantara al mes de julio, y que Hezbollah no fuera cogido por sorpresa. Israel aspiraba propinarle una derrota contundente a la milicia shi’i, para luego ocupar todo el territorio libanés con la ayuda de las fuerzas falangistas colaboracionistas sionismo-occidentales, quienes atacarían desde el centro y norte del país a Hezbollah, ya que éstos serían acusados de ser el culpables de la crisis y destrucción del país. Una vez derrotados los oponentes, ocupado y controlado el Líbano se podría anunciar el ‘parto de un Nuevo Oriente Medio’, que no es otra cosa que el rediseño y reparto de la región por EE.UU., para luego emprender ataques contra Siria e Irán.
A la vez que Israel acometía incesante e indiscriminadamente bombardeos, que destruía infraestructuras -a lo largo y ancho del país- asesinaba a niños, mujeres y ancianos civiles, el silencio cómplice de los Estados “democráticos” se hacía manifiesto. Los Estados europeos apenas balbuceaban, el Consejo de Seguridad no fue capaz de condenar la masacre contra la población civil libanesa ni muchos menos imponerle un alto fuego a Israel, pese a que había bombardeado a sus propias ‘fuerzas de paz’ en Líbano. Simplemente repetían los ‘argumentos oficiales’: que el culpable era Hezbollah, y que eran ellos los que tenían que cesar el fuego y luego desarmarse.
Fue tal la euforia de triunfalista que la Secretaria de Estado de EE.UU., Condoleezza Rise, viajó a la región no a negociar ni mucho menos a imponerle un alto al fuego a Israel, sino que bajo el olor a pólvora, a sangre, a muerte que había causado el ejército israelí, expresó escuetamente con inhumana indiferencia para con la víctimas: “aquí estamos viendo el parto de un ‘Nuevo Oriente Medio’ y no importa qué hagamos, tenemos que estar seguros que nosotros estamos empujando hacia delante el Nuevo Oriente Medio y no daremos marcha atrás al viejo”[30]. Con esta actitud Rise estaba declarando que la devastación del Líbano era necesaria para ese nuevo orden, ya que se daba por sentada una segura victoria militar de Israel sobre Hezbollah y el pueblo libanés, y que estas ruinas y derrota servirían como punto de apoyo para reestructurar todo el Oriente Medio.
Pero las previsiones fallaron, una milicia irregular con capacidad extremadamente inferior tanto militar como en armamento, pudiera asestarle tan rotunda derrota militar en el campo de batalla a uno de los ejércitos más poderosos del mundo, como es el israelí. Ante el fracaso y la derrota sufrida el régimen de Tel Aviv tuvo que fingir la ‘aceptación de cese de fuego’ que pedía la Resolución 1701 del CS. Una vez entró en vigor la Resolución, la dupla Olmert-Bush acompañados de otros gobiernos europeos, trataron de ganar con la diplomacia lo que no habían conseguido en el campo de batalla: obligar a Hezbollah a retirarse del sur del Líbano y a desarmarse.
El triunfo político-militar de Hezbollah es de tal importancia geopolítica, no solo para la región sino a nivel global, pues además de infligirle una profunda derrota a los intentos expansionistas de Israel, logra también completar el trabajo que habían iniciado los pueblos de Irak y Afganistán. Si Irak había sido el punto de inflexión que indicaba como el superpoder unipolar de EE.UU. emprendía su acelerado decline hegemónico, y con lo cual “estaba finalizando la era durante la cual había disfrutado de influencia y libertad para actuar sin precedente”[31] en la región, a la vez que otros poderes a nivel global hacían su arribo, ahora la milicia shi’i de Hezbollah le estaba dando la estocada final a ese periodo de unilateralismo unipolar estadounidense.
Todo parece indicar que está emergiendo un Nuevo Oriente Medio pero muy diferente al que anunciara Condolleezza Rice. El triunfo de Hezbollah le ha impuesto a la calle y al pueblo arabo-musulmana una nueva dinámica en la que las poblaciones de estos países sienten que es realmente factible derrotar a los poderes foráneos en la región. Dinámica que de alguna manera está obligando a los distintos regimenes e a que asuman actitudes de distanciamiento con las políticas impuestas por EE.UU. obrar de otro modo, puede llevarlos a ser avasallados por la ola de descontento popular. La ‘hezbolización’ está produciendo grandes cambios en los que se pueden observar que tanto Irán como Siria están surgiendo como poderes e interlocutores primordiales, sin los cuales no es posible resolver los grandes conflictos de Oriente Medio, y con quienes Washington tiene que contar para cualquier posible solución a la crisis de la región y en especial la retirada de Irak.
Esta especial coyuntura geopolítica la vislumbra con cierta cercanía Richard Haass[32], en su artículo The New Middle East, en donde plantea el inicio de una nueva era para la región pero ya sin la hegemonía de EE.UU.. Pese a que Haass “peca sesgadamente de americanocentrismo, para no decir israelocentrismo”[33], este análisis es bastante esclarecedor, veamos algunos de los elementos que esboza este autor:
* “Estados Unidos gozará de mayor influencia que otro poder foráneo, pero su predominio será disminuido.”
* “EU será cada vez más desafiado por las políticas exteriores de extraños.”
* “Irán será uno de los estados más poderosos de la región.”
* “Israel será el otro Estado poderoso en la región” […] “El único Estado en Medio Oriente con arsenal nuclear con la mayor fuerza militar convencional.” Y “Su situación se deteriorará más, con la de EU, si Irán desarrolla armas nucleares.”
* “Irak… permanecerá caótico, con el peligro de una guerra civil que se desparrame a los países vecinos.”
* La “militarización continuará a paso acelerado” […] “El reciente combate en Líbano exacerbó esta tendencia, desde entonces Hezbollah ha ganado… un resultado que envalentonará a Hezbollah y a esos que lo emulan.”
* “El Islam llenará el vacío político e intelectual del mundo árabe.” “Y proporcionará una base para las políticas de una mayoría de los habitantes de la región.”
* “Las instituciones regionales permanecerán débiles.”
Además de los factores relacionados existen otros que también son de esencial importancia, que contribuyen a que EE.UU. pierda aceleradamente su influencia global como superpotencia mundial.
Encontramos que las mayores empresas multinacionales del sector petrolero del Oeste controlan hoy menos del 10% de todas las reservas globales petroleras, mientras que un 70% es controlado por compañías estatales y de países que no se encuentran al lado de los intereses estadounidenses. No en vano EE.UU. promueve y presiona –con diferentes medios y mecanismos políticos, económicos y militares- para que los Estados privaticen sus empresas de hidrocarburos y energéticas.
El dólar actualmente está sufriendo duras y serias amenazas que lo están llevando a la pérdida de su rol y dominio internacional. Otras monedas le están socavando su dominio dólarcentrista. Las reservas de los países del Este están progresivamente aumentando y además haciéndolo fuera del patrón dólar. Una de las más fuertes concurrencias al dólar está en el Euro. Además de ésta, existen otras fuertes competencias como el anuncio del lanzamiento de la Unidad Monetaria Asiática, ACU (por sus siglas en inglés), por parte de los países que conforman la ASEAN+3 el pasado mes de marzo, hecho que podrá traer no solo sorpresas sino también grandes cambios, nuevas crisis y conflictos.
La materialización de esta nueva divisa se sustenta sobre las monedas de “China, Japón y Corea del Sur que tendrán la ponderación más significativa en el nuevo sistema monetario. Bajo este plan, el yuan chino influirá más que ninguna otra moneda, seguido por el yen japonés y el won surcoreano. El soporte fundamental de la ACU estará sobre el PIB conjunto de estos tres países y que es de unos 7.5 trillones de dólares, es decir, 22 por ciento del PIB mundial”[34].
Sumado a esto existen y se están abriendo nuevas bolsas de petróleo y de gas denominadas en otras divisas diferentes y que están minando el predomino global del dólar. Rusia inauguró la Bolsa del Sistema Ruso de Comercio (SRC) el pasado junio, que es el primer mercado de acciones realizando transacciones establecidas en rublos de contratos para oro, petróleo y productos derivados de éste. Y a comienzos de 2007 la Bolsa SRC lanzará las entregas domésticas de petróleo a futuro, en denominación-rublo.
Así mismo surge la Bolsa Petrolera de Irán (BPI) que sin duda resultará ser el centro dominante del comercio del petróleo del Oriente Medio, lo interesante a resaltar es que el intercambio comercial de esta bolsa será petróleo por Euros en lugar de dólares. Con lo cual el dólar deja de ser una moneda dominante en el comercio internacional del petróleo.
Estados Unidos es hoy el país más endeudado del planeta, esta grave circunstancia limita y disminuye su influencia tanto económica como política contra sus rivales e incluso con sus propios aliados. Es igualmente bien sabido que actualmente, “el dólar es, en teoría, una divisa sin valor que soporta el peso de una deuda nacional que excede los $8 trillones y un déficit comercial de más de $600 mil millones. Sólo el costo de la aventura de Irak, según el premio Nobel de economía Joseph Stiglitz, podría ascender a los $2 trillones. El imperio militar norteamericano, con sus guerras y sus más de 700 bases militares e intrigas sin límite, está financiado por acreedores asiáticos, principalmente chinos. Que el petróleo se comercie en dólares es crítico para mantener al dólar como la divisa de reserva mundial. Lo que el régimen de Bush teme no es a las ambiciones nucleares de Irán sino al efecto de que el cuarto mayor productor y comerciante mundial de petróleo rompa el monopolio del dólar”[35]. También es digno de valoración que Japón tiene unas reservas de más de un trillón de dólares, China unos 800.000 millones de dólares y Corea del Sur unos 250.000 millones de dólares, la pregunta que surge es ¿qué van hacer estos países con esos dólares que no tienen valor alguno?
La respuesta a esta pregunta está claramente revelando que muchos países están abandonando y diversificando sus reservas de papel moneda (dólar), como es el caso de aquellos que ya lo han anunciado: el Banco Central de Emiratos Árabes, el Banco Nacional de Suecia, el Banco Central de Qatar, el Banco Central de Siria, el Banco Central de Rusia.
Rusia a través de su Banco Central[36] informó que de sus reservas en papel moneda solamente 50% está en dólares, con el 40% en Euros y el resto en libras esterlinas. Antes del anuncio se creía que Moscú mantenía entre el 25-30% de sus reservas en Euros y el resto en dólares.
Se estimaba según los expertos que China posea un 70% de sus reservas en dólares, pero de acuerdo a lo que informa China Daily, el Banco Central Chino ya ha reducido este porcentaje en un 10%. Recientemente el Gobernador del Banco Central de China, Zhou Xiaochuan[37], anunció que China tiene planes de diversificar sus reservas, las cuales llegan a más de US$ 1 trillón de dólares, este hecho ha realzado las expectativas y determinado que los precios del oro hayan alcanzado su más alto nivel. Además de esto, el anuncio chino hizo que el dólar sufriera una de sus caídas fuertes frente al euro una semana después de conocerse la noticia.
Todo parece indicar que algo muy grave está sucediendo con el dólar, pues esta semana según lo indicó el Bank for International Settlements (BIS)[38], los “principales países exportadores de petróleo, Rusia y la OPEC, se han estado alejando de los depósitos de dólares para acumular reservas en otras divisas incluyendo el yen japonés. Los depósitos globales denominados en dólares de los miembros de la OPEC han decrecido cerca de US$ 5.3 billones en el segundo trimestre de 2006, mientras los depósitos en euros crecieron en cerca de $ 2.8 billones y los depósitos yen cerca de $3.8 billones informó el BIS”.
Conclusión
La derrota que le propinó la milicia Hezbollah a Israel en la guerra de julio-agosto de 2006, no hizo otra cosa que cerrarle el paso al unilateralismo y con ello terminar con la era de dominio unipolar estadounidense. La importancia de este hecho de debe, en primer lugar, a que EE.UU. e Israel fueran obligados a modificar sus las agendas políticas para el Oriente Medio y a realizar un giro totalmente diferente, para adecuarse a los nuevos tiempos y escenarios que están emergiendo en el mundo y en especial en esta región. En segundo lugar, a la par que EE.UU. ve declinar su poder de influencia y dominio en la región, surgen nuevos interlocutores y un nuevo poder regional: Irán. Acontecimiento que indudablemente transforma las políticas y los actores para la región y además contribuye en gran medida al establecimiento de un Nuevo Orden Mundial.
Por ello, destruir a Hezbollah ‘era de vida o muerte’ para Tel Aviv, porque le hubiera permitido despejar el camino al expansionismo sionista y afianzar los planes de Washington en la región, cuyo objetivo central es la guerra contra Irán. Para lo cual, era, o es, necesario pasar sobre Líbano y Siria. El balance para Israel es tan desastroso que no solo creó una profunda crisis e incertidumbre interna a todo nivel, sino que además, con ello, arrastró y frustró los distintos planes geopolíticos de EE.UU. de supremacía absoluta sobre la región.
Los planes para ‘irradiar de democracia’ esta geoestratégica zona han fracasado, no porque los pueblos árabo-musulmanes no deseen la democracia sino porque la “democracia usamericana” les ha traído invasiones, opresión, dolor y guerras, y no paz con justicia social, ni mucho menos libertad. La cacareada ‘democracia occidental’ es una entelequia que sólo se refiera a gobiernos clientes impuestos por la potencia dominante, ya sea por parte de EE.UU., Inglaterra, Francia, etc.
Este nuevo revés con enormes repercusiones para la geopolítica unilateral de Washington se viene a sumar a otra serie de fracasos y derrotas: Afganistán e Irak. En lo interno, el gobierno de Bush está en sus índices más bajos, y la mayoría de la población se opone y exige la inmediata retirada de las tropas de Irak. A nivel externo, EE.UU. ha encontrado una profunda resistencia a las políticas belicistas de los halcones de la Casa Blanca, y las poblaciones de los países árabo-musulmanes aumentaron considerablemente su rechazo a cualquier tipo de acercamiento y de presencia militar estadounidense en sus territorios. A nivel regional, varios gobiernos árabes han perdido credibilidad en Washington, y su influencia como un posible mediador para la negociación y resolución del conflicto árabo-israelí se ha derrumbado, por su declarado y abierto apoyo a las políticas expansionistas sionistas.
El sólo hecho de la existencia y las conclusiones de la ‘Comisión Baker’ es una manera de reconocer y demostrar que algo grave está padeciendo el hegemonismo estadounidense. Este grupo de trabajo solamente viene a confirmar lo que muchos otros venían sosteniendo, que EE.UU. esta perdiendo aceleradamente su rol de superpotencia y de dominio en el Oriente Medio y por añadidura a nivel mundial.
Lo más grave para las pretensiones imperiales de EE.UU., es que los planes de dominio no sólo se han visto pospuestos sino que Irán ha resurgido como decisivo poder en la región. Por más que intenten negar y desconocer a Irán como potencia regional, hoy es un interlocutor clave para un acuerdo general y la posible resolución de los diferentes conflictos en Oriente Medio. Y peor aún, para que Washington pueda conservar a sus aliados estratégicos en la región; y para que la derrota y la retirada estadounidense del territorio iraquí no sea desastrosa, necesariamente tiene que contar, dialogar y negociar tanto Siria e Irán.
Además, se verá obligado a compartir el poder con un Irán fortalecido, y lo más que probable, que se vea forzado permitir su nuclearización, a menos que opte por un desesperado ataque militar contra el gobierno de Teherán, presionado por Israel y los halcones estadounidenses. Ataque que sin duda sería de graves consecuencias y repercusiones para la misma presencia de EE.UU. en la región.
La pérdida de poder de influencia de EE.UU. en muchas de las regiones del planeta es evidente: Latinoamérica, África, Asia, Oriente Medio. A EE.UU. le han comenzado a surgir rivales que están disputando su liderazgo y dominio, en cada una de estas regiones y a nivel global.
Estados Unidos, con el surgimiento de Rusia y China, y en cierto grado India, en la escena internacional como las nuevas potencias a nivel regional e internacional, va a marcar un cambio en el equilibrio de las relaciones internacionales. Estos países asiáticas son hoy serios oponentes a los intereses y planes de EE.UU. El actual escenario internacional que se presenta es el producto de factores políticos, económicos, militares, socio-culturales, que confluyen en detrimento del dominio estadounidense. Pero quizá el factor más determinante que ha contribuido a que EE.UU pierda su papel de superpotencia y a que decline aclaradamente su influencia y supremacía planetaria es la derrota sufrida en Irak.
El empantanamiento y la derrota militar sufrida en Irak constituyeron el punto de inflexión que demostró que el superpoder de EE.UU. emprendía su acelerado decline hegemónico, al que vienen a sumársele el contundente derrota político-militar que Hezbolah le propina a Israel. Con esta certera estocada de Hezbollah estaba finalizando la era estadounidense del unilateralismo unipolar. Con ello, se inicia una nueva era con unas características más multilaterales, y sobre todo sus señales están indicando que ese nuevo orden mundial estará constituido por varios polos y niveles de poder: multipolar.
* Víctor Wilches: Miembro del Grupo Interdisciplinario ALCES-España
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NOTAS:
The Project for the New American Century: Rebuilding America’s Defenses. Strategy, forces and Resources for a new Century, en http://newamericancentury.org, septiembre de 2000.
2 Klare, Michael: The Meaning of Gates: From Imperial Offense to Imperial Defense, en www.tomdispatch.com, Nov. 14, 2006.
3 Wilches, Víctor: Rusia y China: Una Posible Alianza. ¿Existen Factores Objetivos para una Nueva “Guerra Fría”?, GrönMåne Ed., Stockholm, Dic. 2005.
4 Wilches, V.: Op. cit.
5 Xinhua: Full text of Joint Statement of China-ASEAN Commemorative Summit, octubre 30, 2006.
6 Agence France-Presse: U.S. Asks China To Be Open with Military Ties with Southeast Asia, 0ctubre 31, 2006.
7 Xinhuanet: Beijing Summit adopts declaration, highlighting China-Africa strategic partnership, en www.xinhuanet.com, noviembre 5, 2006.
8 Cheng Yunjie: Action plan encourages joint energy exploration, stressing sustainable development, en www.chinaview.cn, noviembre 11, 2006.
9 Morocco TIMES: Cooperation Morocco occupies important place in Russian-African relations, Russian official, www.moroccotimes.com, septiembre 13, 2006.
10 Zubkov, Vasily: New venues of Russian-African cooperation, RIA Novosti, noviembre 10, 2006.
11 South Africa Info: New era for SA, Russian business, www.southafrica.info, septiembre 11, 2006.
12 Esto lo afirma el religioso y ultra conservador periódico The Trompet: Russia Strengthens Ties With South Africa, www.thetrumpet.com, octubre 27, 2006.
13 Sperber, Oshua: How the US Lost Latin America, en www.counterpunch.org, noviembre 4, 2006.
14 Council on Foreign Relations: National Security Consequences of U.S. Oil Dependency, www.cfr.org, octubre 2006, pg. 33.
15 Ibíd. pg. 41.
16 BBC: Chávez obtiene armas y apoyo en Rusia, julio 27, 2006.
17 AP: China, Chile sign free-trade agreement, noviembre 18, 2005.
18 People's Daily Online: "China, Chile put free trade agreement into effect", octubre 1, 2006.
19 Noticias24: Brasil fomentará una "OTAN" Latinoamericana, en www.noticias24.com, noviembre 19, 2006.
20 The Goldman Sachs Group: Dreaming with BRICs: The Path to 2050 (2003), Global Paper No 99, en http://www2.goldmansachs.com, 2003.
21 Goncharov, Pyotr: Russia, Europe and Afghan drugs, Ria Novosti, diciembre 1, 2006.
22 Seymour M. Hersh: The Next Act. Is a damaged Administration less likely to attack Iran, or more?, New Yoker, noviembre 19, 2006.
23 Motlagh, Jason:Time is on the Taliban's side, Asia Times, diciembre 2, 2006.
24 Ibíd.
25 Mahdi Darius Nazemroay: The War in Afghanistan: Drugs, Money Laundering and the Banking System, Global Research, octubre 17, 2006.
26 Danilov, Dmitry: EU-Russia summit in Helsinki to choose between national and European interests, RIA Novosti, noviembre 21, 2006.
27 Wilches, V.: Rusia y China…Op. cit, pg. 94.
28 Wilches, Víctor: Irán y el Nuevo Orden Internacional, El Clarín de Chile, Marzo 18, 2006.
29 Pritchard, Tim: When Iraq Went Wrong, New York Times, diciembre 5, 2006.
30 U.S. State Department; Secretary of State Condoleezza Rice, What the Secretary Has Been Saying; Special Briefing on the Travel to the Middle East and Europe of Secretary Condoleezza Rice, Washington, DC., julio 21, 2006.
31 Haass, Richard N.: The New Middle East, Foreign Affairs, November/December 2006.
32 Ibíd.
33 Jalife-Rahme, Alfredo: Fin de la era estadunidense en Medio Oriente, según Richard Nathan Haass, La Jornada, noviembre 19, 2006. Ibíd.
34 Wilches, Víctor: La ACU: Unidad Monetaria Asiática ¿Será la moneda del Nuevo Orden Internacional?, Rebelion.org, febrero 19, 2006.
35 Pilger, John: La próxima guerra, Znet www.znet.org, marzo 8, 2006.
36 MosNews: Russia Shifts Part of Its Forex Reserves from Dollars to Euros, www.mosnews.com, junio 9, 2006.
38 Zhou, Wanfeng: Dollar gold move on China’s diversification talk, MarketWatch, noviembre 9, 2006.
39 DAWN Papers: Russia, Opec move away from dollar reserves, Dawn-Pakistan, diciembre 11, 2006.