PomPeo en las fronteras de Venezuela

1. Mike Pompeo, en su gira por América Latina estuvo de visita en Surinam, Brasil, Guyana y Colombia cumpliendo con la misión de asegurar el público compromiso de los gobernantes de estos países de sumarse a la agresión contra Venezuela, en caso de que los Estados Unidos de América resuelvan intervenir militarmente en nuestro país, dado el ruidoso fracaso de todos sus intentos de derrocar al gobierno bolivariano con las sofisticadas recetas elaboradas en su manual de golpe de Estado, aplicadas exitosamente en otras latitudes contra gobiernos no genuflexos, defensores de la soberanía de sus pueblos o marcados como enemigos por el hegemón.

Resulta una simpleza suponer que el viaje del Secretario de Estado se reduce a un tema de campaña presidencial en beneficio de la candidatura de Donald Trump, que viéndose a las puertas de la derrota ya ha cuestionado el sistema electoral de su propio país . El propósito de la gira de Pompeo va más allá. Desde que el Comandante Hugo Chávez llegó al poder , el derrocamiento del gobierno revolucionario, es la meta que el imperio norteamericano se ha trazado en su empeño de ponerle las manos a las reservas petroleras más grandes de la tierra , a una inmensa riqueza aurífera , gasífera y energética, a una biodiversidad envidiable y a una región de inestimable posición geoestratégica.

2. Sin tratar de cubrirse la nariz con un pañuelo, tal propósito lo confesó ante el mundo, con la mayor desvergüenza, Barack Obama, como acostumbran hacerlo quienes se sienten envalentonados por la superioridad de la fuerza de las armas puestas al alcance de sus manos. Como se recuerda, el Premio Nóbel de la Paz, uniendo el gesto a la palabra, advirtió al Gobierno venezolano que los Estados Unidos de América saben torcerle el brazo a quienes se pongan en contra de sus intereses. Por eso, antes de irse al basurero de la historia, el Tio Tom dejó firmado el su tristemente célebre Decreto que autoriza a sus sucesores a torcerle el brazo al Gobierno Bolivariano , por representar Venezuela una "amenaza inusual y extraordinaria" para esos intereses. De manera, que de acuerdo con el ordenamiento jurídico estadounidense, el "republicano" Trump tiene válidamente la opción de ampararse en el Decreto del "demócrata" Obama para alcanzar este propósito, sin que sea un obstáculo legal ni se considere una conducta inescrupulosa de su parte, o un ventajismo suyo, que lo haga en plena campaña electoral.

Se trata de una orden emanada de los grupos de poder, que cualquiera sea el inquilino de la Casa Blanca, está obligado a cumplir en el momento considerado más oportuno. El otro aspirante a la silla presidencial, no podrá oponerse a la ejecución de ese mandato, ni alegando razones legales ni mucho menos éticas, de ocurrírsele al gran oso blanco hacerlo efectivo en su desesperado intento de mantenerse en el puesto, pues tratándose de los intereses del amo del mundo, resulta una cuestión que va más allá de la propia voluntad o conveniencia personal del mandatario. Si algo llegara a decir Mr. Joe Biden, sería solo para guardar las apariencias ante los espectadores del circo electoral estadounidense que tendrá su última función en noviembre de este año.

3. Para arrollar al enemigo, sin que el mundo se escandalice, la doble moral del imperio exige el cumplimiento de un protocolo muy formal que dé apariencias de legalidad a su actuación como investigador, acusador, juez y verdugo. De acuerdo con ese protocolo de guerra, en primer lugar, se debe buscar una excusa: Como en pleno Siglo XXI sería un desacierto acusar a la víctima de prácticas de brujería, los cargos más creíbles que han de imputársele al enemigo deben estructurarse sobre la base de la violación de los derechos humanos, el terrorismo y la lucha contra el narcotráfico. Maduro resulta así, por acusación de los Estados Unidos de América, un asesino, torturador y desconocedor de esos derechos. En segundo lugar, se debe desacreditar a la víctima alrededor del planeta, poniendo en funcionamiento las letrinas de las agencias internacionales de noticias, medios de comunicación, tarifados del periodismo, ONG mercenarias y redes sociales encargadas de formar la opinión pública planetaria. Se consigue así, que los pueblos justifiquen o permanezcan indiferentes ante crímenes y desmanes que suele cometer el imperio durante sus invasiones a los pueblos previamente seleccionados para ser saqueados, en representación de todas las naciones del mundo, cuya representación asumen los Estados Unidos sin necesidad siquiera de que sus agentes se autojuramenten en una plaza pública. Como policía del mundo el imperio yanqui tiene el deber de hacer cumplir las leyes, imponer la justicia y el orden a las " sociedades salvajes" o "subdesarrolladas", pues en su código inspirado en su "Destino Manifiesto" de ser el amo del planeta, ley y justicia son solo palabras. Resulta así que Maduro es convertido por esas alcantarillas de la información, en un Dictador, un usurpador, un gobernante ilegítimo y un narcotraficante, que merece ser juzgado y condenado y tal acusación, conlleva al derecho a destruir la nación por él representada y de beneficiarse con su reconstrucción, cuyo costo debe ser cubierto con el saqueo de sus reservas energéticas.

En tercer lugar, para cometer los crímenes, torturas , desmanes y latrocinos en el país tachado de enemigo, el protocolo de guerra requiere obtener una autorización de cualquier organización o aparato internacional normalmente subordinado a los intereses del imperio; o en su defecto, de encontrar en éstos alguna inesperada resistencia , de cualquier otra instancia que creare con sus cómplices. Hasta el presente, el imperio yanqui no ha podido conseguir la orden de incursionar en Venezuela , al no disponer del consentimiento de Rusia y China en el Consejo de Seguridad. Por ello pretende sustituirla con el informe emanado de ese oscuro aparato prefabricado denominado "Misión de determinación de los hechos de las Naciones Unidas", que ha encontrado "motivos razonables que incluyen a autoridades venezolanas, incluyendo a Maduro y sus principales ministros y fuerzas de seguridad, en la planificación y ejecución de graves violaciones a los derechos humanos, desde 2014" y "algunos crímenes de lesa humanidad." Como se puede apreciar, casi un calco en su rigurosidad metodológica , seriedad y contenido (cambiando lo que debe ser cambiado) al informe emanado de los serios y eminentes científicos que constataron la existencia de armas biológicas y de destrucción masiva en poder del asesinado Presidente de Irak, Sadam Hussein, que ponían en peligro la seguridad del mundo. No importa que después con su incontrolable sonrisa de bebedor trasnochado George W. Bush, admitiera que no existían.

En cuarto lugar, para evitar aparecer en el papel de "matón", el protocolo de guerra exige , que el imperio procure la alianza con otros regímenes que suelen condicionar su participación en la

agresión, al reparto del botín; así como obtener el consentimiento formal al atropello, de gobiernos, que militando en la categoría de serviles o vasallos, carecen de la jerarquía requerida para exigir el pago por el servicio prestado al amo. De ahí vemos cómo 56 países apoyan todas las acciones terroristas y medidas criminales unilateralmente impuestas por el imperio al pueblo venezolano y adquieren el calificativo de "aliados" en la causa por restablecer la democracia, la justicia y las instituciones, lavándole así el rostro al hegemón.

3. Con este último propósito, el Secretario de Estado Mike Pompeo se dio a la tarea de solicitar la ratificación pública e incondicional de los gobiernos de Surinam, Brasil , Guyana y Colombia a las medidas criminales tomadas en contra del pueblo venezolano , que a juicio de la Casa Blanca no importa que deba sufrir, con tal de que salga Maduro del poder , y a la tarea de colocar a estos gobiernos tanto en el rol de acusadores del mandatario venezolano , como de peticionarios de la intervención yanqui en Venezuela, y de comprometerlos a participar activamente en la proyectada aventura bélica.

Está demás decir que Chan Santokhi, Jair Bolsonaro, Irfaan Alí e Iván Duque, como con propiedad lo diría Pedro Pablo Kuczynski, "movieron la colita" y obedecieron las instrucciones del amo del Norte. Como el muñeco del ventrílocuo, todos ellos repitieron el libreto traído por Pompeo en su maletín, que se reducía a dos estrafalarias imputaciones que no podían los anfitriones olvidar: Que Maduro está destruyendo a su propio país y que también es un narcotraficante y ello está impactando a los Estados Unidos. Descifrando el contenido de la acusación, impactar a los Estados Unidos significa haberle quitado el control del manejo de la industria petrolera y destruir al país implica haber diversificado la exportaciones del crudo.

El gobierno de Santokhi de cuya existencia ahora se ocupan los yanquis por el descubrimiento de yacimientos de petróleo en Surinam, juró ante Pompeo vigilar conjuntamente con las fuerzas del hegemón las zonas fronterizas con el objetivo de facilitar la seguridad nacional frente a Venezuela. De tal compromiso solo es posible colegir , que el surinamés ya convino en pagar el precio de los barcos que van a proteger a los yanquis de la " amenaza inusual y extraordinaria" de Venezuela , a cambio de la venta a precio vil del petróleo propiedad de un pueblo pateado a través de toda su historia.

4. Sin embargo, sería en el hermano pueblo de Colombia donde Mr. Pompeo en papel compartido con el discípulo del Doctor Varito, montarían la tragicomedia más ridícula y deplorable de toda la gira. El yanqui se fue en elogios a Duque, asegurando que su asociación con los Estados Unidos de América "es una fuerza para el bien de la seguridad de la región." Por si algún cándido albergara alguna duda sobre la injerencia del gobierno colombiano en los asuntos internos de Venezuela, Pompeo agradeció su apoyo prestado al "presidente interino " Juan Guaidó, en un empeño del visitante por hacer reflotar la figura del títere, pícaro, ladrón , "rastrojo" y vende patria , como jefe de una oposición que hoy se encuentra deteriorada, buscando desesperadamente, como tabla de salvación, asirse a la institucionalidad del Estado que ayudó a erosionar cuando era tutelada por Juanito Alimaña.

Además, el huésped agradeció el apoyo de Su Merced a "la transición democrática para una Venezuela soberana, sin influencia maligna", que en el vocabulario diplomático yanqui se puede traducir, por la instauración de un gobierno afín a Washington, sin relación alguna con los malditos chinos y rusos. Al valorar su participación en los actos terroristas llevados a cabo contra Venezuela, el Secretario de Estado trató de rescatar a Duque de la condición de Sub Presidente de Colombia, estimulando su ego al decirle: "Usted es un verdadero líder para la región y representa la dignidad de todos los pueblos." Si para los pueblos de Nuestra América esto sonó como si se les diera una cachetada, sin duda, en los oídos de Duque sonó como si fuera el premio que habrá de recibir, de alcanzarse una transición a la chilena en Venezuela.

Con el mayor desparpajo, sin sonrojarse siquiera, al responder a las alabanzas del representante de la diplomacia exterior de Estados Unidos, el anfitrión colombiano movió la colita y repitió la orden del amo: "La comunidad internacional tiene que actuar para parar el desangre" y calificó de insostenible la situación de Venezuela. Los miles de muertos y desaparecidos de Colombia, han debido vomitarse en sus tumbas.

5. Cuando tras bajarse el telón y subirse de nuevo, para protagonizar la última escena de la tragicomedia montada, el mayor productor de drogas del mundo y el mayor consumidor de drogas del mundo traspasaron los límites del ridículo. A pesar de que contrariando la realidad de los hechos el narcogobierno colombiano ha negado repetidas veces encontrarse involucrado en el negocio de las drogas, Pompeo, sin quererlo, reivindicó a Maduro y ratificó lo aseverado por Trump meses atrás cuando reclamó a Duque no estar haciendo nada por los Estados Unidos de América. El gran oso blanco había estado hablado con él y no lo consideraba un mal tipo, pero desde que asumió la presidencia, la producción de cocaína en Colombia había aumentado más que en los gobiernos anteriores. El Secretario de Estado, reconociendo que ahora si lo estaba haciendo, miró con orgullo a su anfitrión e hizo un dramático llamado : "Todos necesitamos hacer más para alcanzar la meta de reducir los cultivos de coca a la mitad, usted lo logrará y Estados Unidos está aquí para compartir su experiencia y aplaudimos el trabajo que ha hecho. Debemos buscar destruir este año 130.000 hectáreas de cultivos de coca , frente a las 100.000 de 2019 y contemplar la posibilidad de reanudar las fumigaciones aéreas con glifosato."

Aquí no cuesta nada recordar que los datos aportados por la ONU revelan que la producción de cocaína sufrió un incremento de hasta 1137 métricas, a pesar de la nueve bases militares instaladas en el territorio colombiano. Un 80% de la cocaína colombiana entra y es distribuida y vendida en el territorio de los Estados Unidos. Tal vez el gobierno colombiano pueda compartir su experiencia con el gobierno estadounidense para explicarle (sin que se enteren rusos y chinos) cómo es posible burlar todo su sofisticado aparataje de seguridad militar y policial, para entrar al territorio de ese país sin ser visto. En tanto que el discípulo podía a su vez enseñarle al maestro (sin que lo sepa Maduro), cómo con nueve bases militares ha resultado imposible evitar tan extensos cultivos de coca y cómo ésta puede salir del territorio colombiano burlando radares de última generación.

Sin duda alguna, Mike se llevó lo que vino a buscar en la región y a reforzar el asedio a Venezuela, buscando el pretexto para la confrontación con los "aliados" y poder venir en auxilio de los "agredidos". Prefirió pearse en las fronteras de nuestro país, para evitar embadurnarse los calzones en las fronteras de Irán o Korea del Norte. Sin embargo, en caso de ocurrirle alguna desagradable sorpresa, no está demás recomendarle que por aquellos lugares hay abundante concha de quina, muy buena para esa clase de desarreglos.

jelitzadantoniod2018@hotmail.com



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