Esta fue la conquista tan "pacífica" donde los aborigenes estaban la llegada de los (Aznar) cristianos

Diego de Losada "el genocida"

Gobierna la Provincia de Venezuela Don Pedro Ponce de León y determina ejecutar la conquista de Caracas, y nombra por general a Diego de Losada; empeñando el crédito donde habían perdido la vida capitanes tan experimentados como Juan Rodríguez, Luís de Narváez y Diego García de Paredes. Don Pedro traía órdenes apretadas del Rey, para conquistar Caracas, dándole a Losada poderes para poblar y repartir encomiendas.

El valeroso y esforzado capitán Diego de Losada. La leyenda y algunos historiadores se empeñan en presentárnoslo como la Imagen más Acabada del Perfecto Caballero. Oviedo y Baños lo describen como “de Gallarda Disposición y Amable Trato, muy Respetuoso y Medido en sus Acciones”. Tan reportado y medido en sus acciones que todos los caciques mariches dejaron la vida tras el Espantoso Suplicio del Empalamiento. Losada, fue un aventurero tan cruel y falto de luces como el mismo Pizarro. Pasa a las Indias siendo niño. Se incorpora en Coro con Rembold. Da la vuelta a los Andes con Pérez de Tolosa. Es de los fundadores de nueva Segovia. Reprime con Saña la Insurrección del Negro Miguel. Finalmente acepta una conquista en la que han fracasado cuatro conquistadores y perecido cientos de hombres.

En una de sus entradas al Valle de Caracas, hace tantos estragos entre aquellos infelices que Oviedo, que tan magnánimo se muestra en juzgarle, comenta: “no podemos negar que en la mortandad ejecutada tuvo mucha parte de crueldad”. Escribe Oviedo refiriéndose a las atrocidades que hacían los hombres de Losada en los primeros días de la conquista de Caracas: “Los Derribaron a Balazos y Empalándolos después, los dejaron puestos en la loma para Escarmiento y Terror de los Demás”. Fundada la ciudad de Caracas y caminando hacia el Valle de los Locos, (el Valle de los Locos, es la actual Quebrada Tacagua) le mataron a Diego de Losada dos soldados: Losada monta en cólera y ordena a Jerónimo de Tovar que haga un escarmiento entre los indígenas. Así lo hace el conquistador. Se embosca con cuarenta hombres y espera pacientemente, como un cazador el paso de la presa. “Al romper el alba al día siguiente se empezaron a descubrir como quinientos gandules que bajaban por uno de los caminos que venían a parar en la emboscada; de que gozoso los españoles los dejaron penetrar para asegurarlos bien, y viendo que hasta cincuenta de ellos estaban metidos en parte que no podían escapar, dando Tovar la señal de acometer, sólo libró la vida un cacique llamado Popuere, quedando los cuarenta y nueve hombres hechos pedazos. Satisfecho Losada con esta demostración para el castigo, prosiguió su camino.

Empalamiento de los veintitrés caciques mariches por Diego de Losada. Chaima enverdeció de miedo cuando los sayones con caperuzas de locos a falta de las del verdugo, cayeron sobre él, y en sillita de reina lo llevaron a la primera estaca que hasta veintitrés y en forma de cruz, sembró en la plaza el Capitán Fundador. Un alarido desgarró la tarde cuando el afilado palo le entró por el Recto y Reventó sus Entrañas. Ante el silencio expectante de la muchedumbre los sayones fueron empalando uno a uno a los veintidós restantes caciques. Los empalados por horas, se mantuvieron vivos, hieráticos, estatuarios, Al menor movimiento se Adentraba la Estaca, hasta salirles por la boca y sacando gritos de muerte. Francisco Infante dice: se ha cometido una Iniquidad sin precedentes contra esa pobre gente. ¡Exijo justicia, en nombre del Rey! (Le repostó Losada) ¿Y por qué no la pidió Vuesa Merced cuando Acuchillasteis a Mujeres y Niños con vuestras propias manos cuando tomamos el poblado de Guaicaipuro? ¡Guardias! –Ordenó Losada- Prended a Don Francisco Infante, es bueno y menester, señores, evitar estos pleitos y discusiones entre hermanos. Por reinar entre nosotros la unión, y la anarquía entre indios, hemos podido domeñar a cientos de miles, siendo apenas un puñado. Me permito recordaros que si alguna virtud tenemos los castellanos es la de llamar al pan, pan y al vino, vino.

Los indios, tengan alma o carezcan de ella, son nuestros peores enemigos. No estamos en Castilla. Aquí no hay trigo. Apenas maíz. Las serpientes son del grueso de un muslo. Fuera de este Valle el calor agobia. Los ríos son turbios y hierven al medio día. Indias bubosas y negras de cuero fuerte son nuestras hembras. Tenemos hambre de nuestras madres, mujeres y hermanas. No hallamos el oro y la noche de nuestras vidas se viene encima. ¿Podemos ser como antes? ¿Debemos adaptarnos a las mentecateces de los tinterillos y escribanos que allá en Sevilla dictan leyes entre refrigerios, o hacer a nuestra medida el mundo que conquistamos con nuestras manos? Sólo una cosa réstame decir: olvidaos de leyes. España queda muy lejos y más distante aun los que en la Corte escriben, intrigan y rezan. Si queremos de una vez por todas hacer nuestra esta tierra, que cada uno a su entender haga lo que le parezca sí ha de mantenerse vivo. No seré yo quien lleve cuenta de los indios mal heridos. Si quereís enseñorear este Valle, dos consejos os doy: ¡Matad a sus hombres y preñaz a sus hembras!

Acusado por Francisco Infante de este y otros muchos delitos, fue destituido por el gobernador Ponce de León, muriendo poco después, “consumido por la melancolía”. ¿Fue Losada otro enfermo? La dureza de su carácter, la inestabilidad de su temperamento, y la intensa melancolía que le arrebató la vida, parecen confirmarlo. A Diferencia de los que Crearon la Orden Diego de Losada, en memoria del Fundador de Caracas, sus contemporáneos y entre ellos las autoridades del Tocuyo, consideraron como un bochornoso acto criminal el empalamiento de los caciques, razón por la cual el hijo del Gobernador, sin bajarse del caballo, y en medio de la Plaza Mayor, voceó frente a Losada y el público presente: El capitán Diego de Losada queda desde este mismo instante destituido del cargo de Teniente y Adelantado del Gobernador...

-La característica patológica más sobresaliente de la conquista es la criminalidad de sus autores-.

PATRIA. SOCIALISMO O GUERRA.

VENCEREMOS.


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Manuel Taibo


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