De allí pues, es necesario provocar una ruptura con el sistema capitalista y colonizador establecido por los dueños del mundo “las trasnacionales”. Los cuales, no solo consolidan la dependencia agroalimentaria de los países menos desarrollados y confiados, como Latinoamérica, sino que componen una tropa de aliados o mejor dicho terroristas, que manejan y utilizan indiscriminadamente las armas biológicas, perdón quise decir, los productos (agroquímicos, semillas transgénicas, alimentos concentrados, medicinas), que son en definitiva, los causantes de la mayoría de las enfermedades crónicas modernas y esencialmente, de las relacionadas con el desequilibrio inmunológico del organismo.
En esa misma dirección, el historiador social y cultural Sheldon Watts, en su libro “Epidemias y poder. Historia, enfermedad, imperialismo”, narra como la medicina occidental no sólo se mostró incapaz de curar plagas como la peste negra, la sífilis, el cólera, la lepra, la fiebre amarilla o la malaria en los tiempos modernos, sino que, sometida al ímpetu colonial, fue de hecho agente e instrumento del imperialismo. Este mismo autor, concluye, que la enfermedad ha sido un elemento para ejercer el control, el dominio y la segregación social a lo largo de la historia, el cual parece un hecho más que indudable, difícilmente discutible (información obtenida en internet).
Por tanto, si se compara lo afirmado por Watts y este artículo, se obtendrían las siguientes fórmulas respectivamente: 1) Enfermedad + medicina = agente e instrumento del imperialismo. 2) Bioterrorismo = (Trasnacionales+Capitalismo+Colonización).
Por otro lado, es menester ilustrar que en los años 50 las enfermedades naturales más comunes se clasificaban básicamente en cardiovasculares, respiratorias, congénitas, digestivas, endocrinas, locomotoras y las producidas por las falsas pestes.
En cambio, en la actualidad se clasifican en todas las anteriores y además, en enfermedades oncogénicas, mutagénicas, teratogénicas, inmunosupresoras, nefrotóxicas, infecciosas (virus, bacterias, hepatitis, sida, armas biológicas), no infecciosas (cáncer, hipertensión, diabetes, armas biológicas).
Igualmente, es necesario subrayar, la aparición de males repentinos, comunes y alarmantes en infantes como: anemias, anorexia, amigdalitis, asma, alergias, bronquitis, rinitis, otitis, faringitis, enfermedades de los ojos (conjuntivitis, estrabismo, ceguera), epilepsia, dermatitis, diabetes, estreñimiento, hepatitis, paperas, poliomielitis, tuberculosis, toxoplasmosis, dengue, catarros, problemas renales y gástricos, hipertensión, sensibilidad a la leche (lactosa) y otros productos, obesidad, problemas de la piel (lupus), enanismo, depresión, autismo y otros.
No obstante, vale la pena acotar, por ejemplo, que el VIH-SIDA podría clasificarse como una enfermedad no infecciosa, si se evidenciará científicamente, que fue adquirida como consecuencia del consumo de productos alimenticios o afines, contaminados con aflatoxinas u otros tóxicos, puesto que, una de las consecuencias toxicas del consumo regular de las aflatoxinas, es precisamente la inmunosupresión.
Asimismo, el cáncer hepático podría no solo originarse por una hepatitis viral mal curada o por la ingesta periódica de alcohol, sino que podría ocasionarse por la aflatoxicosis, debido a que las aflatoxinas son sustancias biocumulativas y residuales a nivel hepático y renal.
El análisis precedente, es precisamente lo que sucedió (2005) en la Granja Los Zabaleta, ubicada en Barinas, en la cual murió todo el rebaño de cabras, producto de una intoxicación alimentaría por la aflatoxina contenida en el alimento concentrado “Cabrarina” de la marca Protinal. De este hecho, se derivó un juicio de María Zabaleta contra Protinal C.A., expediente Nº 4782, el cual fue declarado con lugar el 21 de mayo de 2007 y publicada la sentencia en internet el 15 de octubre de 2007.
( http://barinas.tsj.gov.ve/decisiones/2007/octubre/804-15-4782-511.html).
Visto de esta forma, se podría concluir, que la mayoría de las enfermedades y causas de muerte actuales, son el resultado del dominante, silencioso e invisible “bioterrorismo”. O ¿Cuál cree usted, que es la raíz de la aparición de las nuevas enfermedades y las causas de muerte del siglo XXI?