Modales oligarcas

No hay mejores modales que los de la oligarquía colombiana. Ni la aristocracia inglesa, ni la alta burguesía francesa, ni la godarria limeña, mucho menos la venezolana, tienen esa delicadeza de crianza, de menear la cucharilla en el té, de decir palabras de buena compañía, de llevar siempre la ropa adecuada para cada ocasión, de no salir jamás con una destemplanza y una ordinariez. Qué vigencia del sacacorchos en el Burdeos, qué sutileza para preferir aquella pastita o aquel canapé, qué donaire para caminar por jardines y alfombras, qué garbo, qué porte, qué esbeltez para hilvanar frases de gramática impecable que ni Andrés Bello.

La godarria colombiana está curtida en pluscuamperfectos y complementos circunstanciales de lugar hacia dónde desde que le dio por estudiar la gramática. La mayoría de sus más conspicuos estadistas del siglo XIX, y algunos del XX, escribieron gramáticas de la lengua española o estudios avanzados en la materia. Caro y Cuervo, dos políticos, son los epónimos de un instituto de estudios lingüísticos de fama mundial incluso más allá de los entendidos. Rufino José Cuervo, por ejemplo, hizo una brillante edición anotada de la Gramática de Bello. Es uno de los más eminentes estudiosos de la lengua castellana.

Cualquier godo colombiano venido a menos repondría su patrimonio rápidamente y con creces abriendo una academia de urbanidad en Caracas. Las mises le lloverían, los nuevorricos le tumbarían las puertas, para saber cómo y cuándo llevar la corbata, los tacones, los hilvanes, el meñique, el mechón, cómo evitar el pa y el chico, cómo decir “ando de afán” y cómo la palabra verraquera puede decirse sin rubor en los salones elegantes. Digo, si no prefiere emociones fuertes.

En ese caso el reinoso no pierde la compostura, desarrollada en siglos de virreinato:

—Ay, qué pena, hermano, voy a tener que picarlo vivo con esta motosierra. ¿Me permite la mano? Con cuidado, no sea brusco, mire que no quiero hacerle daño. Gracias, usted sí es adorado.

Churchill decía que si hay que declarar la guerra nada quita hacerlo con buenos modales. Como llamar al presidente de un país invadido para participarle con cortesía ejemplar que lo está ocupando para cometer una masacre. Hay modos tan exquisitos de ser inmundo...

hernandezmontoya@hotmail.com


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Roberto Hernández Montoya

Licenciado en Letras y presunto humorista. Actual presidente del CELARG y moderador del programa "Los Robertos" denominado "Comos Ustedes Pueden Ver" por sus moderadores, el cual se transmite por RNV y VTV.

 roberto.hernandez.montoya@gmail.com      @rhm1947

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