IV Flota, nuevo instrumento de presión

El 1 de julio próximo navíos de guerra estadounidenses podrán iniciar sus travesías hacia aguas de América Latina y el Caribe como parte de la IV Flota, considerada un nuevo instrumento de presión política y militar hacia la región.

Al justificar el renacer de esa agrupación, el jefe de operaciones de la Marina, Gary Roughead, alegó que el cambio refuerza el interés de Washington en el área "empleando fuerzas navales para fomentar confianza entre las naciones a través de esfuerzos de seguridad colectivos que se concentren en amenazas e intereses comunes".

Según anunció la Armada en abril último, el mando de la flota tendrá por sede a la Estación Naval de Mayport, en el sureño estado de la Florida.

Las riendas de la agrupación estarán a cargo del vicealmirante Joseph D. Kernan, quien posee un abultado expediente con los SEAL, grupos de operaciones especiales de la Marina.

En declaraciones a Prensa Latina, el vicepresidente del Centro de Estudios de Información de la Defensa de Cuba, Manuel Carbonell, afirmó que la reactivación de la IV Flota es parte de la respuesta de Washington al vacío existente en su agenda de seguridad en el hemisferio.

"Estados Unidos se quedó sin agenda política, de seguridad y defensa en América Latina, especialmente con la administración del presidente George W. Bush, se ha dado cuenta de que cometió un error y está tratando de subsanarlo con ese reforzamiento", subrayó el académico.

En opinión de Carbonell, durante los últimos años los gobiernos norteamericanos se dedicaron a fomentar divisiones entre las naciones del continente en esos temas, lo cual generó visiones diversas sobre las amenazas que en cada caso podrían influir en su defensa.

"El mecanismo hemisférico de defensa y seguridad que se articuló bajo la tutela de Estados Unidos está en quiebra, y como parte de él agonizan la Junta Interamericana de Defensa y el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca. Todo esto está en quiebra", afirmó el experto.

Y una fórmula para solucionar el problema - indicó el académico- es la resurección de la IV Flota, cuya composición en fuerzas y medios aún está en proceso.

De acuerdo con el experto cubano, la decisión de dar nueva vida a ese contingente es expresión de la línea de pensamiento de los círculos más reaccionarios de Estados Unidos, tal como ocurrió en época del presidente Ronald Reagan, el Programa de Santa Fe y la reactivación del Comando del Caribe en 1981.

"Evidentemente están pensando en las fuentes de petróleo de nuestro continente, en el Cono Sur, en el Caribe. América Latina es un importante proveedor de materias primas, y ellos quieren volver a retomar lo que perdieron", enfatizó el analista.

Carbonell recordó que con la salida del Comando Meridional de Panamá al finalizar el siglo pasado, la jefatura de ese contingente se trasladó a Miami, y el Ejército Sur a Puerto Rico, de ahí que la presencia militar estadounidense se redujo a las llamadas locaciones de seguridad cooperativa, de manera bilateral.

"Por ello es que la IV Flota marca un viraje, una tendencia que se mantendrá durante los próximos años, con un incremento en la actuación de las fuerzas del Pentágono en la región", vaticinó el estudioso.

Si la Casa Blanca encuentra una solución a los conflictos en los que está inmersa en Iraq y Afganistán, y repliega todas esas fuerzas y medios, las amenazas contra nuestra región se van a incrementar, estimó Carbonell.

"Es muy probable que esta flota se fortalezca, tanto en su componente aéreo como naval, incluso se refuerce el Comando Sur, en la perspectiva no se observa una disminución, sino un incremento en todo el dispositivo bélico en el hemisferio, y como objetivo está el petróleo", reiteró.

El académico alertó sobre el aumento que se registrará en el flujo de buques de guerra hacia y desde la Base Naval de Guantánamo, territorio cubano ocupado por Estados Unidos en contra de la voluntad de las autoridades y el pueblo de la isla.

"Eso constituye una amenaza y un peligro para Cuba... pero también para otros países como Venezuela, Nicaragua y Ecuador, cuyos procesos políticos incomodan a Washington", concluyó el experto.

La IV Flota nació en 1943 en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, con la misión de proteger la navegación y combatir los submarinos de la Alemania Nazi. En 1950 fue desactivada, al ser considerada innecesaria por la cúpula militar de la nación.

Este lunes, Fidel Castro afirmó que los portaaviones y las bombas nucleares con que se amenaza a nuestros países sirven para sembrar el terror y la muerte, pero no para combatir el terrorismo y las actividades ilícitas.

En un artículo intitulado "Respuesta hemisférica yanqui: la IV Flota de intervención", el líder de la Revolución cubana se refirió al restablecimiento de esa fuerza militar estadounidense.

"Lo real es que la decisión de restablecer la IV Flota se anuncia en la primera semana de abril, casi un mes después que el territorio de Ecuador fuera atacado con bombas y tecnología de Estados Unidos y por presión suya, matando e hiriendo a ciudadanos de diversos países, lo cual causó profundo rechazo entre los líderes latinoamericanos en la reunión del Grupo de Río que tuvo lugar en la capital de la República Dominicana", recordó Fidel Castro.


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