Guerra en red: Guerra de enjambre

La guerra ya no es entre naciones con fronteras nítidas, embajadas, frentes de ejércitos uniformados, comunicados oficiales, banderas e himnos nacionales.


Se atacarán sociedades mediante la combinación de ideas, tecnología, acciones de guerra armada y el absoluto control de los medios de comunicación.

La guerra eterna declarada el 11S por Bush, ha significado que el enfrentamiento amigo-enemigo trasciende todos los niveles de identificación del pasado. Incluso el de combatiente y no combatiente. La “Guerra en Red” (Netwar en la terminología de la RAND Corporation), es una cara más en la guerra de baja intensidad global, una nueva vuelta de tuerca en el conflicto basado en formas de organización, estrategia y tecnología en red.

Los EEUU prueban cotidianamente las capacidades de defensa de naciones soberanas para comprobar su potencial y sus defensas en una eventual ciberguerra. Por tanto, debemos adaptarnos a las transformaciones que exigen nuestros tiempos para conducir el conflicto; necesitamos reorganizarnos en el mundo tal como somos, como una enredadera y no como un árbol.



Guerra multidimensional

La Swarm Warfare, guerra del enjambre o de la horda, es la modalidad de conducción de operaciones bélicas que John Arquilla y David Ronfeldt (1) han desenterrado después del imbatible uso que de ella hiciera Gengis Khan. En términos modernos, esa estrategia pone en práctica la guerra en todas sus dimensiones —terrestre, naval, aérea, mediante misiles, espacial, virtual y en el plano de la información—, en múltiples teatros y niveles. Para ello es necesario que el «enjambre» de diversos componentes y de acciones que se desarrollan concentrándose en un lugar y una dimensión dadas para trasladarse enseguida a otros lugares y otras dimensiones pueda, en cualquier caso, impedir cualquier tipo de reacción. Las hordas encargadas de la destrucción física de los blancos deben integrarse y concentrarse sobre los objetivos a la par de las hordas virtuales encargadas de las acciones diplomáticas, de la guerra sicológica, al igual que las encargadas de la manipulación de la información.



Operación Enjambre (Swarming)

Ante enemigos con apoyo social, los norteamericanos utilizarán probablemente las nuevas tácticas conocidas genéricamente como swarming (enjambres), basadas en el despliegue de pequeñas unidades de comando con alto poder de fuego, autonomía propia, coordinación electrónica entre las mismas y acceso constante a información por satélite y a apoyo aéreo instantáneo con armas de precisión (Reporte especial de Manuel Castells).



¿En qué consiste?

La guerra en red, es un modo de conflicto social que involucra a sus protagonistas en el uso de formas de organización y doctrinas más relacionadas con el empleo de tecnología de punta surgida durante la llamada era de la información que de estrategias militares tradicionales, al tiempo que sugiere una conformación de pequeños grupos dispersos que se comunican y coordinan sin un orden central que signifique la supeditación a estructuras jerárquicas específicas. El término fue establecido por el científico político estadounidense David Ronfeldt y su equipo de colaboradores.

En 1998, después de realizar un estudio por encargo del Pentágono, dicho politólogo Ronfeldt y su equipo, concluyeron que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) —un grupo armado que había salido a la luz pública en enero de 1994 tras una declaración de guerra al Gobierno mexicano y a sus Fuerzas Armadas— había estrenado una nueva forma de lucha, la Netwar Social o guerra socio-informática, que consistía en formar coaliciones transfronterizas altamente entrelazadas y coordinadas para hacer una guerra de redes social que limitaría al gobierno mexicano y apoyaría la causa zapatista.(1)



Estructuras en red

Arquilla & Ronfeldt señalan tres tipos básicos de redes que pueden ser utilizadas por los actores de la guerra en red: (2)

Red cadena – Caracterizada por redes que intercambian de extremo a extremo, información y deben viajar hacia adelante y hacia atrás entre nodos intermedios.

Red estrella – Actores dispares están vinculados a un nodo central (aunque no necesariamente jerárquico), y toda la comunicación viaja a través del nodo central.

Red malla – Cada actor es capaz de comunicarse plenamente con todos los demás nodos de la red.

Los agentes de la guerra en red también pueden asumir formas híbridas, mezcla de diferentes tipos de redes y jerarquías. Por ejemplo, un nodo en la red puede ser jerárquico, una organización puede pasar entre la jerarquía y la autonomía en red en función de las exigencias operacionales, o varios miembros de un mismo grupo pueden estar en red entre sí a través de diferentes tipos de estructuras de red.



Redes de todos los canales

Arquilla & Ronfeldt sostienen que es el modelo en malla, denominado también “de todos los canales”, el que se está volviendo cada vez más importante como fuente de poder de organización colaborativa. La red de todos los canales no tiene ninguna dirección central ni nodo clave cuya salida pudiera perturbar toda la organización. En lugar de ello, la red está completamente descentralizada o distribuida, que permite la iniciativa local y la autonomía en una organización que a veces puede aparecer acéfala (sin cabeza), y en otros momentos policéfala (cabeza de hidra).

La red malla es una de las más difíciles de mantener, ya que requiere una fuerte capacidad de comunicación para mantener los vínculos entre nodos. Por otra parte, la autonomía nodal resulta en un estilo de la toma de decisiones distribuidas y consensuadas, que es necesariamente dependiente de la ida y vuelta de comunicación. Como tal, esta forma de organización se ha convertido en factible en una mayor escala sólo en tiempos recientes, con los albores de la era de la información.



Estrategia de la guerra tipo enjambre

1. Unidades autónomas y dispersas se dedican al ataque hacia un objetivo común.

2. El conjunto de elementos interactuantes y acciones ofensivas que de ellos se deriva, no tienen forma pero están coordinados para golpear al mismo tiempo desde todas direcciones.

3. El objetivo del ataque es fracturar la unidad, voluntad de lucha y la cohesión del enemigo.



Características

1. Guerras culturales. Lo importante no es la conquista del territorio, lo es la conquista de la sociedad atacada. De este modo, se busca que la sociedad atacada se comporte como el enemigo de cuarta generación quiera y determine. El territorio y su conquista es accesorio, cuando el enemigo tiene una minoría mayoritaria conviviendo dentro de la sociedad atacada, y que pertenece a la cultura y tiene las creencias de la cultura atacante. (3)

2. Dispersas, deslocalizadas, ampliamente extensas muy indefinidas. La distinción entre guerra y paz será muy tenue al punto de desaparecer. No lineal, posiblemente no existirán muchos campos de batalla o frentes definidos.

3. Se atacarán sociedades mediante la combinación de ideas, tecnología, acciones de guerra armada y el absoluto dominio de los medios de comunicación: TV, prensa escrita, radio, y muy particularmente de Internet.



La tecnología en una guerra en red

Nunca la tecnología había sido tan instrumental, tan poco protagonista por sí misma como en este nuevo tipo de guerra. Como escribían, ya en los 90, Arquilla & Ronsfeldt en un conocido documento doctrinal sobre swarming.

La revolución informacional está cambiando la forma en que la gente lucha a lo largo de todo el espectro del conflicto. Lo está haciendo fundamentalmente mediante la mejora de la potencia y capacidad de acción de pequeñas unidades, y favoreciendo la emergencia de formas reticulares de organización, doctrina y estrategia que hacen la vida cada vez más difícil a las grandes y jerárquicas formas tradicionales de organización. La tecnología importa sí, pero supeditada a la forma organizativa que se adopta o desarrolla. Hoy la forma emergente de organización es la red.

En este mundo reticular, con una multiplicidad de agentes que actúan autónomamente, usando las redes para coordinarse, el conflicto es “multicanal”, se da simultáneamente en muchos frentes, emergiendo del aparente caos un “orden espontáneo” (el “swarming”) que resulta letal para los viejos elefantes organizativos.

Para vencer a una estrategia de swarming, de conflicto simultáneo y autoorganizado en todos los frentes, sólo cabe reorganizarse reticularmente y mejorar la propia capacidad informacional: hacer swarming defensivo, como el británico durante la Batalla de Inglaterra (1940). Por eso es un error dramático aumentar la centralización y el control de los individuos: la única consecuencia real es debilitar la propia capacidad para formar redes espontáneas en el bando propio sin mermar las del contrario.



Citas y referencias

1. David Ronfeldt: The Zapatista Social Netwar in Mexico. RAND, 1998.

2. Véase http://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_red

3. “La Revolución en los Asuntos Militares (RMA) versus 4GW. Tecnología versus la dimensión psicológica de la guerra”, 2006.

4. Véase http://www.deugarte.com/wiki/contextos/Netwar

5. E. Milà: “La gran mentira. ¿Por qué es imposible entender el terrorismo internacional?”, Pyre, 2002.

6. D. Verton: Black Ice: La amenaza invisible del ciberterrorismo. McGraw-Hill, 2003.

7. J. E. Fojón: “Vigencia y limitaciones de la guerra de cuarta generación”, ARI, Nº 23, 2006.



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Tcnel. Héctor Herrera Jiménez, Presidente del Frente Cívico-Militar Bolivariano y editor de la revista Ámbito Cívico Militar. Caracas, Venezuela.


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Tcnel. Héctor Herrera Jiménez


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