SSe escuchan las declaraciones de algunos presidentes y presidentas, en la cumbre Iberomaricana, que en estos momentos se está celebrando en El Salvador, y puede observarse los movimientos que desde Europa comienzan a realizarse, toda vez que la crisis económica en los Estados Unidos empuja hacia la unidad de otros factores de poder en el resto del mundo, para evitar con ello, daños mayores que se prevé será un duro golpe que debilitará mucho más las economías de aquellos países comprometidos hasta la médula con el libre mercado.
Pero dicha unión de factores, apenas asoma sus verdaderas intenciones, desconociendo en gran medida la magnitud de esta nueva depresión financiera, se plantea desde los centros del poder financiero e industrial, ahora en Europa y otros como China y Rusia, el reinvento del sistema financiero global, adelantándose a lo que será el ruinoso fin del infalible Fondo Monetario Internacional y, su hermano el Banco Mundial, pero revelando al mismo tiempo la incapacidad de Europa y otros grandes como Japón y EE.UU. para establecer mercados justos y equilibrados, no solo con el resto de naciones y potencias mundiales, sino con el medio ambiente, base de nuestra propia existencia y evolución humana.
Ya Sarkozi , el presidente de Francia, pedía refundar el capitalismo, algo así como de revivir al muerto, y mantener así, el estatus de poder suicida y que apela a la aniquilación de los demás pueblos.
Se reivindica las palabras, del recien elevado a santo, Juán Pablo II contra el neoliberalismo, pretendiendo achacar los males a una de las fases del capitalismo-salvaje, apelando a viejas formas de explotación humana "más suaves".
A saber, se plantea el reinvento de los bancos y suministradores de billetes, para entragárselos a las transnacionales nuevamente, sin ningun tipo de condición ni antelación de juicio por los desastres que continúan acumulándose en las familias más pobres. Solo convienen con los oligarcas globales, la salvación de la economía y el empleo de millones que comienzan a desaparecer. Señores quieren que regresemos al desarrollismo, engañándonos con su falso Estado de Bienestar.
Si la crisis es de los dólares, por su devaluación, la caída de los valores y la (des)balanza comercial en los EE.UU., entonces deciden aumentar más el gasto en la causa de la pérdida, entiéndase los grandes bancos y transnacionales en picadas, que en otros factores que están siendo afectados directamente por la privatización y la dependencia de los mercados y bancos privados, como los desempleados, los desasegurados, en definitiva los pobres.
Se reconoce apenas la culpa de muchos agentes de bolsas y bancos por la desinversión, pero aún así confían en los mismos, para recuperar lo que se sabe está hundido. Se habla de regulación (por la presión social) incluso de estatización de ciertas corporaciones e instituciones financieras, pero la regulación la pagan los trabajadores, quienes tienen que ser despedidos, mientras las estatización se la cobran a los contribuyentes de clase media y baja. Dulce melancolía de la derecha que se regocija al ver a sus hijos devenidos en mosntruos y ahora les toca la reprimenda, cual padre molesto al hijo malaventurado.
No obstante aqué vienen estos europeos preocupados, pues, a conseguir nada más que el apoyo de los gobiernos de la América Latina, para lograr la "reinversión", es decir la reconstrucción, con nuestros dólares, de lo que se denominó en alguna oportunidad, "la arquitectura financiera internacional", evitando, por debajo de cuerda, la consolidación de nuestra integración latinoamericana de naciones soberanas.
Para ello, viaja hasta el rey de España a dialogar con los Jefe de Estados de nuestro Nuevo Mundo, cuidado que con espejitos y otros reconocidos bozales de arepas, para retrogradarnos a ser de colonias norteamericanas a colonias Europeas. Nuestra América tiene dueño y somos nosotros los latinoamericanos. Nunca más volverán a expoliarnos de los nuestros, abajo la exclavitud, muerte a la dependencia.
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