“Todos los que habían creído estaban juntos,
Y tenían en común todas las cosas;
Y vendían sus propiedades y sus bienes,
Y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno”
(Hechos 2:
44-45)
El triunfo de “Farabundo Martí para la Liberación Nacional” (FMLN) el 15 de Marzo del 2009; es un homenaje del pueblo salvadoreño y latinoamericano, a los héroes populares cristianos Monseñor Arnulfo Romero, el sacerdote Camilo Torres, y el líder evangélico Frank País, que tuvo a su cargo la responsabilidad de los preparativos para apoyar en Santiago de Cuba la llegada del yate Granma con un levantamiento armado, que se efectuó el 30 de noviembre de 1956. Todo, para hacer el gran continente latinoamericano de la esperanza y soberanía para el mundo.
Hace mas de 30 años advertía lo difícil que era la liberación del yugo imperialista, cuando expresaba que “Las experiencias de nuestros vecinos países latinoamericanos, están demostrando cuan difícil es emprender una tarea revolucionaria y lo que es más, mantenerla en un nivel de profundización: Los medios cada vez mas sofisticados del sistema capitalista, pueden hacer virar retrógradamente todo un programa de liberación de los grupos marginados” (“América Latina, un solo camino: El Socialismo”-Ubaldo Tejada Guerrero-Diario “Expreso”-Lima-06/11/1975)
Este pequeño ensayo es un esfuerzo a manera de ir construyendo una ideología lo mas cercana posible a un pensamiento social evangélico latinoamericano, para “….definir socialmente la espiritualidad-que- nos abre a una experiencia nueva de ser y hacer iglesia. Una iglesia que no levanta paredes, sino que tiende puentes a la sociedad, que ve los problemas del mundo como sus problemas, y que ve la mano de Dios redimiendo y obrando en la historia- solamente así el cristianismo ofrece una solución a los problemas de esta sociedad que va a la deriva: una espiritualidad renovada y renovadora para el siglo XXI” (Dr. Lester McGrath-Andino-“La espiritualidad que la iglesia necesita para el año 2000”-El Discípulo-Marzo-Agosto 1994-Puerto Rico).
LA TEOLOGÍA DEL IMPERIALISMO
Primero respondamos algunas preguntas: ¿Por qué no existe en nuestras iglesias la suficiente reserva de fortaleza espiritual para forjar un liderazgo de calibre correcto para la liberación del yugo en Latinoamérica? ¿Por qué la comunidad cristiana no produce más y mejores líderes que cualquier otra sección de la sociedad?
Se predicó en las iglesias, (1) que los cristianos debemos orientarnos hacia el futuro, que pertenecemos al futuro y que el futuro nos pertenece porque pertenecemos al Señor, quien sostiene al futuro; (2) que son los Dioses de este siglo quienes van desapareciendo; (3) que somos un pueblo sobre el cual se ha desparramado el Espíritu Santo con la promesa específica de que nuestros jóvenes verán visiones y que nuestros viejos soñarían. 500 años de dominación imperial en América Latina y las prédicas no produjeron hombres y mujeres, líderes capaces de dar dirección correcta a las principales instituciones de los Estados latinoamericanos. ¿Qué falto a las prédicas en nuestras aisladas iglesias del “mundo”?
Primero, entender cambiar las estructuras de poder en la dirección de la justicia social es reedificar los Estados ruinosos dejados por el poder imperial y sus teólogos (Isaías 61:4-6), pues Dios no hace pactos con quienes oprimen a su pueblo.
Segundo, saber qué la teología del imperialismo contiene una falsa doctrina cristiana basada en el dualismo del filósofo Platón, que resume en (1) Somos propiedad de Dios, somos sus esclavos y como marionetas en sus manos, sólo Él tiene los hilos y dirige nuestras vidas; el objetivo es crear un ser pasivo; (2) El hombre debe procurar huir de este mundo por ello las cosas humanas no son dignas de tomarse en cuenta; el objetivo es aislar al ser humano de la vida social; y (3) La fuga de este mundo consiste cabalmente en asemejarse a Dios, en cuanto es posible; el objetivo es un ser doliente sin amor por su prójimo y por si mismo.
Tercero, introducir el “dualismo” o creencia de que el mundo creado es maligno, inferior y totalmente opuesto y separado del mundo espiritual, ello dio lugar a lo que en las iglesias se conoce como “vida secular” que afirma la existencia de un mundo ajeno a Dios y en el que el hombre espiritual no debe involucrarse. Así desde el “secularismo” pertenece al mundo natural del diablo, del anti-Dios.
Cuarto, estas creencias penetraron en Latinoamérica con la famosa “evangelización” católica española y protestante norteamericana, causando la separación de la iglesia del mundo real, y con ello la falta de impacto cristiano en la situación de opresión de los cristianos por cientos de años. Agravado como el caso del Perú, donde el neoliberal Presidente García, mantiene el oprobioso Concordato Perú-Vaticano (19-07-80) dado por la dictadura del General Morales Bermúdez que atenta contra un Estado laico y contra el erario nacional por la serie de dispositivos a favor de la iglesia católica, refrendados por el procesado ex Presidente acusado de crímenes de lesa humanidad: Alberto Fujimori (D.S. 121-95-EF) y con el art.50º de la inconstitucional Carta Magna de 1993 impuesta en dictadura al pueblo peruano.
Quinto, lo cierto que los cristianos ya tuvimos graves problemas en el entendimiento de la palabra de Dios, pues alrededor del año 60 d.c, el apóstol Pablo utilizó en Colosenses 2:18-23, el término “todo” ocho veces en un paisaje de seis versículos. La razón de dicho énfasis se halla en la situación de los Colosenses en Grecia, que influidos por filosofías “dualistas”, expresaban normas legalistas para mantenerse apartados del mundo impuro, cuya base fue el gnosticismo para liberarse del mundo material en la que según Platón se hallaba encarcelado.
Sexto, ahora vamos comprendiendo porque la teología imperialista; evitaba el evangelio completo a los pueblos pobres, para dejar principios bíblicos fundamentales relacionados con el evangelio social.
Séptimo, el apóstol Pablo en Romanos 13:1, nos demuestra lo difícil de entender debido a la perversión que el rol y carácter de la autoridad han sufrido en las sociedades gobernadas por personas que no han reflejado en las instituciones de gobierno algo bueno y justo ordenado por Dios para las mayorías oprimidas.
DISCIPULAR NACIONES UNA TAREA POLITICA
1. La política en nuestras comunidades cristianas es una tarea indecente por decir lo menos, pero nunca se nos dijo, que necesitábamos hacer, redescubrir que las esferas políticas y económicas de nuestros dependientes Estados latinoamericanos, necesitan también una responsabilidad moral para gobernar que nace en el corazón de una persona que entienda que la presencia de Dios debería estar ligado a la defensa de la vida y de los derechos para todos, solamente así Dios escucharía nuestras oraciones. “Porque tuve hambre, y me diste de comer; tuve sed, y me diste de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mi” (Mateo 25: 35-36)
2. La Teología imperial nunca predicó que una verdadera democracia cuando tiene principios sólidos, entiende que gobierna a través de una sociedad de personas de carácter moral, que no violarán los principios constitucionales contra los más pobres, ancianos, mujeres y niños. Nuestros predicadores se olvidaron que “Del rey que juzga con verdad a los pobres, el trono será firme para siempre” (Proverbios 29:14).
3. La liberación del yugo imperial es una tarea de discipular naciones que se resume en enseñar los principios cristianos que deben hacer de la política un área de dominio del hombre para beneficio de la sociedad (Isaías 2:5). Solamente así la iglesia recuperarán el rol clave de formar ciudadanía con carácter cristiano y una perspectiva espiritual en todas las esferas de la vida (I Corintios 2:16b).
4. Sigamos la ruta cristiana poco predicada, por ejemplo nunca se nos dijo que para que haya constitucionalidad es necesario no sólo que exista una ley cualquiera sino que esta no sea arbitriamente impuesta por castas manipuladas por potestades externas (Josué 1:7-8). La Constitución sólo se convertirá en la primera autoridad nacional cuando todo el pueblo convienen en que se regirán por ella y convienen que las autoridades elegidas deben someterse a esa ley para constituir un gobierno legítimo (Josué 8:34-35). Pero en Latinoamérica cuando las democracias de los ricos fallaban, eran las fuerzas armadas educadas en los EE.UU. las que garantizaban el modelo de explotación, con la venia del Vaticano, olvidándose estos señores “cristianos” que el pacto entre Dios y el pueblo solamente es renovada mediante la aceptación reiterada de la ley a favor de la nación y al servicio de los mas pobres. En la defensa de una carta constitucional a favor de los mas pobres, la continuidad de la vigencia de una ley debe ser un hecho independiente de la marcha o desaparición de las autoridades (Josué 24:25-26).
5. Una de las causas por la cual la iglesia cristiana en Latinoamérica no pudo desarrollar su rol profético fue la falta de conocimiento de la realidad social en la que se desarrollaba y su incapacidad para asumir el reto de la cosa pública. No se concibe un liderazgo cristiano muy bueno para ser luz en sus iglesias, pero oscuridad para el mundo por la falta de preparación en todo aquello que involucre asumir funciones en la sociedad civil, por la ausencia de crear mecanismos adecuados para desarrollar temas sobre realidad nacional, empleo, economía, política, relaciones internacionales. Bastaría leerles a aquellos cristianos apolíticos que “El que aparta su oído para no oír la ley, su oración también es abominable” (Proverbios 28:9)
6. Los últimos 10 años en América Latina la teología imperialista llenó de luces, sonidos y colores los templos, y hasta se crearon doctrinas como “la teología de la prosperidad”, o el “iglecrecimiento”, o las “megaiglesias”; pero en el mundo la situación del pobre oprimido y de los Estados nacionales estaban en ruinas; es aquí donde los cristianos vamos comprendiendo que el centro de la atención de Dios está en Latinoamérica para bendecir nuevos gobiernos que inicien la liberación del yugo imperial.
7. Muchas iglesias especialmente protestantes, van comprendiendo porque Dios no habita en templos hechos con manos humanas, y poco a poco se van involucrando con el cambio de estructuras, para que su guerra espiritual no sea improductiva (Mateo 12: 43-45). Solamente así pueden liberarse del yugo de la teología imperialista, que satanizaba hablar de política en los templos como algo pecaminoso y diabólico, y mas aun cuando de explotación del ser humano se predicaba, se les acusaba de comunistas.
DESMITIFICANDO LA POLITICA Y EL ROL SOCIAL DE LA IGLESIA
La Sociedad Bíblica Peruana en las elecciones del Perú 2006, asumió una clara posición cristiana frente al neoliberalismo, que la gran mayoría de pastores ocultaron a sus creyentes en sus templos hechos con manos humanas, así ellos expresaban: (1) “En los últimos 15 años se nos ha dicho en el Perú que las ideologías pasaron de moda. (2) Sin embargo, se ha establecido la ideología del mercado del neoliberalismo, que es una forma de “capitalismo salvaje”, que pone el tener sobre el ser, la ganancia sobre la persona humana, que hace más ricos a los ricos y mas pobres a los pobres. (3) Los pobres son objeto de la preocupación particular de Dios en las Escrituras Sagradas. Y la justicia está normalmente al lado de ellos” (Fascículo “Un Voto de Conciencia”-Sociedad Bíblica del Perú-Lima-Perú-2006). Lo que sucedió en la segunda vuelta electoral, el partido que suponíamos tenía principios cristianos: “Restauración Nacional” en la persona del Ps. Humberto Lay terminó apoyando al APRA, en la persona del actual Presidente Alan García, el candidato de la derecha y las transnacionales y lo que es peor dividiendo a su propio partido, al Concilio Nacional Evangélico Nacional del Perú (CONEP), cuya posición en pro de la defensa de los derechos humanos es contundente, para ello creó la Unión Nacional de Iglesias del Perú de clara posición teológica reaccionaria, con la única finalidad de buscar cupos de poder, sin importarle el modelo neoliberal y el yugo imperial.
Carlos Marx: (1) “Marx combatió la religión precisamente porque está enajenada y no satisface las verdaderas necesidades del hombre; (2) Los profetas del Antiguo Testamento no son sólo como Lao Tsé o Buda, líderes espirituales; también son líderes políticos, Muestran al hombre una visión de cómo debe ser y la confrontan con las alternativas entre los cuales debe escoger; (3) La mayoría de los Profetas del Antiguo Testamento comparten la idea de que la historia tiene sentido de que el hombre se perfecciona en el proceso de la historia y de que eventualmente, creará un orden social de paz y justicia; (4) Pero la paz y justicia no significan para los Profetas, la ausencia de guerras, ni la ausencia de injusticias. La paz y la justicia son conceptos enraizados en toda la concepción del hombre; (5) En el pensamiento del Antiguo Testamento Dios se revela en la historia (“el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob”) y en la historia, no en un Estado que trascienda a la historia; reside la salvación del hombre; (6) Esto significa que los fines espirituales del hombre están inseparablemente relacionados con la transformación de la sociedad; la política no es, básicamente, un campo que pueda divorciarse de los valores morales y de la autorrealización del hombre; y, (7) El marxismo es la síntesis de la ideología profética cristiana de la sociedad como el plano de la realización espiritual y de la idea de la libertad individual. Por ésta razón se opone a la iglesia por su restricción al espíritu, -entendida ésta como el derecho a una vida integral del ser humano-, y al liberalismo por su separación de la sociedad y los valores morales” (“Marx y su concepto del Hombre”-Erich Fromm-Fondo de Cultura Económica-México-1962-Págs.75 al 77).
Fidel Castro, un líder mundial con autoridad moral para hablar de experiencias contra el poder imperial, quien al referirse a la invasión española decía: “Se llevaron mucho oro, mucha plata, destruyeron los tesoros culturales-no se sabe lo que valían: obras de arte, que fueron fundidas por el amor al vil metal” (Revista “Punto de Vista”-Quito-Ecuador-1988). Para ponerlo en lenguaje Bíblico, lo que dijo Fidel fue que primó en los mercantilistas y hoy en los capitalistas, es el sentimiento del “amor al dinero”, que da mayor importancia al tener que al ser.
José Carlos Mariátegui, Líder peruano que adelantándose a la crisis imperial de los EE.UU. dijo: “…la crisis y la decadencia contemporáneas empezaron justamente, cuando la civilización comenzó a depender casi absolutamente del dinero y al subordinar al dinero su espíritu y su movimiento” (“Peruanicemos al Perú”-J.C.Mariátegui-Biblioteca Amauta-Pág.69-Lima-Perú-1970).
CRISTIANOS AL REENCUENTRO CON SU PRÓJIMO
Hoy en el siglo XXI la espiritualidad cristiana en Latinoamérica se vivifica, porque junto con los movimientos de liberación comienza el avivamiento y el crecimiento vertiginoso, a diferencia de los EE.UU. (con los evangélicos). Las primeras explicaciones lo encontramos que el proceso que viven las iglesias evangélicas en el siglo XXI en ésta parte del mundo, que está marcado, por dos elementos fundamentales su inserción en la vida política de sus naciones y la búsqueda de una identidad latinoamericana, lejos de la teología imperial que no les permitió ser luz y sal contra el opresor. Vayamos resumiendo:
1. Hay un regreso a la auténtica fuente: La Biblia por ello “nuestras iglesias deben ser cristianas en la medida que cumplan su misión y ser auténticas expresiones de los sufrimientos, vivencias y aspiraciones del pueblo-solamente así-con estas iglesias podemos aspirar a forjar un verdadero santo que testifica de la presencia del resucitado y lo vive en medio de la aflicción-solamente así-hay mucha fuerza espiritual e imaginación para seguir trabajando con poder por el acercamiento pleno al reinado de Dios” (“Las Iglesias Evangélicas en Latinoamérica y El Caribe”-El Discípulo-Carmelo E. Álvarez-Página 224-Puerto Rico-1994)
2. Esta teología imperial predicaba parcialmente el evangelio, olvidándose que “---Jesús les habló diciendo toda autoridad me ha sido dada en cielo y en la tierra (Mateo 28:18), ello significa recuperar en plenitud nuestra humanidad devaluada, para generar un proyecto de pensamiento evangélico Latinoamericano, que describa lo que Jesús predicó a los cristianos para que sea significativa su presencia en las naciones, es decir ser luz para ser verdad y dar dirección correcta y justa a los pueblos, y sal para combatir la mentira, la corrupción y la explotación del ser humano (Mateo 5:13-14).
3. En ninguna parte de la Biblia la palabra espiritualidad ha estado divorciada de la historia y los problemas del mundo, ni tampoco la vida es opuesto al espíritu, ni materia a espíritu, ni cuerpo a alma, ni cielo a tierra, ni hombre a mujer, ni libre a esclavo. Por ello debemos estar claros que el ser humano y el mundo son el objetivo del plan de redención (“De tal manera amó Dios al mundo que dio a su único hijo para que nadie se pierda”). El término correcto es vida espiritual, el hombre como un todo.
4. En Colosenses 1:16, vemos que Pablo incluye aquellas áreas de vida en donde se ejerce autoridad, como cosas creadas en Cristo y con un propósito divino, por ello para cristianos de Latinoamérica en la dirección de salir del yugo imperial, nos encontramos ante una tarea inicial antes de ir a las naciones, que es la de recuperar el mensaje perdido del cristianismo (Romanos 8:19.21).
5. Finalmente los cristianos olvidamos que “los diez mandamientos comienzan afirmando que Dios se ha revelado a su pueblo por medio de pactos. Al romper el yugo opresor de los egipcios. Dios reveló su justicia y manifestó su carácter. El Dios de la vida se opone al mal, a la muerte a la violencia, a la opresión al engaño, a la mentira y a todo aquello que atente contra la humanidad. Esta es la premisa básica de los mandamientos. Al seguir estas ordenanzas, el pueblo está participando de esta gracia y la justicia divinas. En este sentido, seguir los mandamientos es una forma de imitar a Dios”(“Reyes y Sacerdotes”-EL DISCIPULO-Puerto Rico-1994-Pág.167). Que Dios bendiga a Latinoamérica de la liberación del yugo de la teología imperialista.