Como se diría en el argot popular “el fundador del premio Nobel debe estar revolcándose en su tumba”; no es para menos, se le ha concedido a Barack Obama dicho premio, el mismo que a partir de hoy estará marcado con una tacha imborrable de CINISMO, INMORALIDAD y de cualquier otra bajeza. Es un insulto, una bofetada a todas las personas de bien.
Obama llega a la presidencia de Estados Unidos porque se veía en él un cambio y una esperanza de viraje a su país, resultó ser lo mismo, quizá peor, no quiero ser portador de presagios. Un cambio de máscara fue lo que ocurrió en la toma de posesión a principios de año, por dentro se sigue cargado de malas y oscuras intenciones, siguen creyéndose dueños del mundo. Al parecer, primero está EEUU y después, si se puede, Dios, ¡Qué mal!
¿Cómo concederle a Obama el ya manchado y desprestigiado premio cuando Cuba continúa bajo el bestial y criminal bloqueo; Irak y Afganistán siguen invadidos por soldados estadounidenses, quienes sólo saben llevar y llenar de flagelos los sitios donde se paren; exista la intención de instalar 7 bases militares en Colombia; exista la base de Guantánamo y siga sin ratificarse el tratado de Kyoto?
Ahora bien, ¿Cuál desarme nuclear propone Obama? Que se desarme su país primero; la nación con el mayor arsenal de armas nucleares exige a los demás países suspender los planes de energía nuclear, aun cuando sea de manera pacífica.
Hoy me doy cuenta que vivo en un planeta totalmente al revés y que de seguir así nuestro único hogar no tiene esperanza.
Si así son las personas de paz, que Dios nos ampare y proteja de las de mal.
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