Desde algunas fuentes muy interesadas pareciera lícito con la mentira siempre por delante generar una matriz de opinión negativa hacia nuestro país y en particular hacia el presidente Hugo Chávez Frías, buscando con ello negar que Venezuela sea una nación pacifista que suma esfuerzos a la integración regional y al desarrollo.
Se dice con mucha ligereza que Venezuela se encuentra inmersa en una carrera armamentista por sus supuestos gastos excesivos en el área militar. Lo primero es primero. Luego de la imposición de un embargo de venta de armas contra Venezuela por parte de Estados Unidos, nuestro país se ha visto en la necesidad de buscar otros proveedores de armamento para modernizar su fuerza aérea. Estos planes no representan una expansión, sino un reemplazo de lo ya existente, o forma parte de la exigencia de la nueva realidad.
La compra de 24 aviones de fabricación rusa corresponde al mismo número de aviones tipo F-16 estadounidenses adquiridos por Venezuela en 1980. Del mismo modo, la compra de 100 mil fusiles efectuada en 2006 se hizo para reemplazar fusiles de fabricación belga de más de 50 años de uso, los cuales ya habían cumplido su ciclo de vida útil.
La adquisición de 53 helicópteros fue para patrullar la frontera con Colombia y se emplearán en la lucha antidroga y contra cualquier otra actividad ilegal en el área, incluyendo la desarrollada irregularmente por grupos armados y eso, paradójicamente, ha generado críticas contra Venezuela.
La llegada de 300 vehículos blindados y tanques, radares y sistemas de defensa aérea, también de fabricación rusa, forma parte de la modernización de nuestra Fuerza Armada Bolivariana.
Venezuela destina sólo el 1,1% del Producto Interno Bruto a la modernización de equipos militares. Esta cifra está por debajo del promedio de los países de América del Sur (1,7%) y sustancialmente inferior a las de Colombia (3,3%) y Chile (2,9%). Aunque Venezuela posee la segunda economía más grande de la región, ocupa el cuarto lugar en América del Sur en gastos de defensa, detrás de Brasil, Colombia y Chile.
Visto de otra manera, Venezuela invierte alrededor de US$ 118 anual por habitante en concepto de defensa, comparado con US$ 295 en Chile, US$ 144 en Brasil y US$ 140 en Colombia.
En contraste, el gobierno de Venezuela destinará 45,7% del presupuesto de la nación para 2010 a la inversión social, a la reducción de la pobreza y a la mejora de la calidad de vida de los venezolanos y, de acuerdo a la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (Cepal), es el país de la región que más ha avanzado en la reducción de la desigualdad.
Es importante resaltar que América Latina representa alrededor de 3% del gasto militar a nivel mundial y tiene menos de 9% de la población mundial. Europa tiene cerca de 11% de la población mundial y representa 25% del gasto militar a nivel mundial. Estados Unidos tiene menos de 5% de la población mundial y es responsable por el 48% del gasto militar a nivel mundial.
Algunos de los problemas que Venezuela ha enfrentado en la región y han motivado el reordenamiento del gasto militar incluyen amenazas por parte de Estados Unidos, evidenciadas con la instalación de las 7 bases militares en suelo colombiano, los riesgos emanados del conflicto armado de este último país, narcotráfico en la región y el estado obsoleto de nuestro parque de armas.
Y como es de conocimiento publico, nuestro país ha buscado fortalecer los acuerdos de integración y cooperación con las demás naciones de América Latina y el Caribe sin interés de planes expansionistas. Desde hace varios años, el presidente Hugo Chávez ha expresado su voluntad por una mayor integración de los países de la región y Venezuela ha tenido un importante papel en la creación de la Unión de Naciones Suramérica (Unasur) y en su Consejo de Defensa.
(*)Dr. Embajador de la República Bolivariana de Venezuela en Uruguay
(Publicado en el diario La República el domingo 29 de noviembre de 2009)
