Joseph Goebbels, el ministro encargado de la propaganda de Hitler, solía decir que “una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad” o “más vale una mentira que no pueda ser desmentida que una verdad inverosímil”. La oposición golpista venezolana, defensora del neoliberalismo, ha mantenido una feroz campaña en contra de Hugo Chávez Frías y con miras a sacarlo de la Presidencia de la República y sin importarle los grados de violencia que ello pueda generar. Lo importante es cumplir los designios del imperio, ávido de las riquezas naturales del país que ahora detenta las mayores reservas de petróleo del mundo.
Desde el primer período del gobierno de Hugo Chávez, ha sido objeto de la más encarnizada y grotesca campaña en su contra y junto a él su equipo de gobierno y el mismo pueblo que ha sido tratado irrespetuosamente por los medios, calificándolos de hordas, peleles, adoctrinados e incapaces de entender que el país, “es conducido a una tiranía semejante a la dictadura cubana”. Ya en ese sentido, se entiende la fuente ideológica, tendiente a evitar que la población pueda asimilar en toda su plenitud, el goce que significan, las políticas dirigidas a transformar el estado burgués capitalista en un estado social, de derecho y justicia que conduce a la suma felicidad de todos sus habitantes tal como lo ha hecho, evidenciado en las evaluaciones de la ONU, en cuanto al cumplimiento de las Metas del Milenio, destacándose Venezuela como uno de los países que ha logrado disminuir la pobreza y ha aumentado la calidad de vida de la población.
Los planes desestabilizadores de la revolución bolivariana, han sido develados en la campaña mediática continua de los medios privados de comunicación serviles al imperio. Constitucionalistas reconocidos, desde los llamados “personajes notables” o “expertos” de la política, artistas, escritores, historiadores lacayos, algunos de ellos militantes de izquierda en algún tiempo, se unieron en la funesta acción de mentir y ha sido el arma más poderosa para confundir a una buena parte de la población que ya desde hacía muchos años había sido invadida desde lo más íntimo de su vida por mensajes del mundo consumista que orientaba a que la felicidad la obtendrían mediante la adquisición de riquezas, que le darían un nivel de vida.
¿Que las primeras víctimas de esta conducta fueron la verdad, la objetividad y el sentido común? Por supuesto, qué duda cabe. Pero qué importan la verdad, la objetividad y el sentido común cuando de defender intereses económicos se trata. Y así se “montaron” los medios a desarrollar la mas descabellada campaña hasta lograr su propósito de concentrar el mayor número de personas el día 11 de abril de 2002 para arrastrarlas como rebaño, al sacrificio final: la salida de Hugo Chávez de Miraflores. La mentira, las medias verdades, las verdades sesgadas o el silencio, fueron los mecanismos empleados para desacreditar, difamar, confundir. Las medidas tomadas por el Ejecutivo Nacional en defensa de la soberanía energética del país a través de la nacionalización de la industria petrolera y la independencia del centro del poder hegemónico de los Estados Unidos, fueron decisivas para toda una campaña de odio, mentiras y violencia. Globovisión, RCTV, Venevisión, cadenas de radio pertenecientes a los dueños de estos mismos medios, se convirtieron en verdaderos especialistas de la desinformación, transmitiendo de manera sistemática el mensaje golpistas para convertirlo en una supuesta verdad, repetida por el sector económico empresarial, militar, la llamada “sociedad civil” e integrantes de algunas organizaciones de derechos humanos, éstas últimas, pieza clave para convencer que efectivamente, derechos humanos fundamentales de la población, estaban siendo vulnerados en un país que para ellos, se aparta de la democracia y del estado de derecho al punto, que existían las condiciones para que fuera aplicada la Carta Democrática y es por ello que trataron y aún persisten en la visita de la CIDH a Venezuela para constatar las “masiva violación de derechos humanos” por el gobierno del Presidente Hugo Chávez Frías.
Esa derecha extrema no cesa en sus acciones, han profundizado sus intenciones golpistas por la vía del “golpe suave” orientado por las acciones secretas que llevan adelante las transnacionales y el Departamento de Estado, a través de los medios de comunicación y a través de la resistencia que llevan adelante sectores de la oposición aún incrustados en las instituciones, que traban el ejercicio de derechos constitucionales, ocupándose así, de agredir y contrarrestar la acción del gobierno, hablando sólo de defectos de Chávez y de su gobierno, sin resaltar, comentar o siquiera informar a la colectividad más que lo malo, y por tanto, descaradamente mienten. Eso ya de por sí, denota la manipulación dirigida a la población. Ha sido constante y la han perfeccionado a través de la desinformación.
También es la estrategia más moderna utilizada vía Internet, siendo los foros, las redes sociales, You Tube y blogs anónimos, las fuentes para esparcir como pólvora, el rumor, la mentira, desembocando en un odio irrefrenable contra Hugo Chávez, contra símbolos de la revolución. Para ello, han comprado la opinión de “expertos”, que como en el caso de Oswaldo Álvarez Paz, sin ningún empache afirmó que Chávez estaba vinculado a las guerrillas y el narcotráfico, convertido ahora en punta de lanza para demostrar que en el país, se castiga la disidencia por haber iniciado la Fiscalía General de la República procedimiento penal en su contra donde tendrá que ver como demuestra ahora su “desinformación” pero que desde ya aparece en informe urgente de la CIDH contra Venezuela como un caso de violación de derechos humanos.
Esta campaña internacionalmente ha surtido su efecto y es lo que está plasmado en el Informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos 2009 de la OEA contra Venezuela y que con mucho orgullo presenta el hoy juzgado por tres causas en España, el inmoral juez español Baltazar Garzón, que en su vida, jamás han censurado al Rey, por no condenar nunca los asesinatos y genocidio cometidos en nombre de Franco, el que siempre ve la paja en el ojo ajeno y lo que sus bolsillos llenos de ignominia le permite alimentar su ambición de poder. Se atreve a través de este Informe declarar en nombre de “las víctimas de violaciones de derechos humanos”, que Venezuela se sitúa entre los países más débiles del continente americano en la garantía de los derechos humanos.
Es el camino trazado por la oposición valido de algunas organizaciones de derechos humanos, subvencionadas por la USAID a través de la NED en Venezuela, que se encargan de nutrir los informes que anualmente presenta Estados Unidos en su papel de policía del mundo y ahora la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), valida de toda esa sistematicidad de mentiras, de falsas verdades en contra de Venezuela y que descaradamente, en dicho Informe a pesar de haber demostrado con resultados efectivos, reconocidos por los mismos organismos internaciones de protección de derechos humanos que ha cumplido, que ha garantizado los derechos humanos de la población, muy especialmente los derechos económicos, sociales, culturales, políticos, ambientales, de los grupos vulnerables de la población así como ha avanzado en la protección y garantía de los derechos civiles y políticos como no lo ha hecho ningún otro país, muy a pesar de ello, cumple con los designios de los Estados Unidos que pretende tener una justificación en sus manos para cualquier acción violenta contra Venezuela comenzando por el magnicidio y su intervención ante lo que podría desatar un evento de esta naturaleza.
A los Estados Unidos no le queda otra opción frente a un pueblo que día a día se organiza y lucha, que cada día ejerce su poder soberano, frente a un pueblo que cada día adquiere conciencia de lo que ha alcanzado en un gobierno revolucionario, socialista, que trazarse la agenda de la intervención. Honduras, como tanto se ha dicho, fue su globo de ensayo y el mensaje a la oposición golpista de cómo puede salirse de un gobierno que cada día declara su independencia de cualquier dominio extranjero. Las bases militares en Colombia y el apoyo al candidato Santos, que dirige su campaña electoral contra Hugo Chávez ya configuran los signos de la violencia contra la revolución bolivariana.
Está en nosotros, tener claro la Agenda ahora en manos de la CIDH. No basta que lo diga el digno representante de Venezuela en la OEA, Roy Chardetton. Es necesario que respondamos ante la amenaza visible en el Informe de la CIDH. Ya vemos grupos de supuestos constitucionalistas y defensores de derechos humanos preparando los argumentos para el enjuiciamiento del Presidente de la República ante los organismos internacionales bajo el supuesto de violaciones de derechos humanos. La mesa está servida para ellos.
Comprendamos entonces si realmente vale la pena seguir siendo parte de un “sistema de protección”, del que descaradamente se burla Estados Unidos cuando a la presente fecha, no ha suscrito ni ratificado ninguno de los documentos que le dieron nacimiento ni los que han surgido posteriormente, pues no le interesa rendirle cuentas a sus miembros, ni ser sancionados ya que no ha reconocido su existencia. Ello nos hace comprender como a través de la OEA, se sujeta a los países que la conforman pero a favor de los intereses del Norte y cómo avanzan los planes en contra del Presidente Hugo Chávez y contra el pueblo de Venezuela. Por ello, a la Asamblea Nacional sólo llegarán quienes respondan a esta Agenda, ya lo veremos en los próximos días donde no serán las elecciones primarias las que definirán los escogidos sino los que sirvan a los designios del imperio. Ante ello, conciencia y más conciencia es lo que los revolucionarios debemos llevar a nuestro pueblo desenmascarando la mentira una y mil veces contada.
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