Tras denunciar que la delegación boliviana enfrentó una serie de problemas con el visado para llegar a la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, el presidente Morales propuso este miércoles cambiar de sede. Asimismo, criticó la actitud amenazante del presidente Bush con respecto a los pueblos latinoamericanos, y su insistencia en la política belicista, sobretodo en Medio Oriente.
Durante su segunda intervención ante la 62 Asamblea de Organización de las Naciones Unidas (ONU), el presidente boliviano Evo Morales instó a la "descolonización del mundo" y para ello, pidió que esa descolonización comience con el cambio de sede de las Naciones Unidas.
"¿Cómo es posible que nosotros mismos hayamos tenido problemas para entrar acá? Mi delegación y yo tuvimos problemas, algunos por visa, permisos (...) y eso me parece inaceptable. Es por ello que propongo que la descolonización comience por la ONU, para que cambie su sede de Estados Unidos, un país que nos pone trabas", sostuvo.
Denunció, en exclusiva para TeleSUR, que tanto él como su delegación estuvieron esperando cerca de ocho días por la visa.
"Y no es la primera vez, ya le pasó a nuestro vicepresidente. Es casi (una) constante que nos hagan perder tiempo. Por eso estoy muy preocupado por el amedrentamiento del que somos objeto", afirmó, al tiempo que dijo que "en Bolivia, cuando se trata de presidentes o comisiones de este nivel, se les trata con respeto".
En ese sentido, hizo referencia a lo que consideró una "falta de respeto" por parte del presidente estadounidense George W. Bush, quien este martes pronunció un discurso en la sede de la ONU, denunciando, según Morales, la falta de libertad que existe en algunos países, y se refirió en concreto a Birmania y Cuba, de la que Bush dijo que "el largo mandato de un cruel dictador está llegando a su fin", en una referencia a la salud del líder cubano Fidel Castro.
El jefe de Estado boliviano aprovechó la oportunidad para expresar su admiración y respeto al presidente Fidel Castro, que es una persona caritativa que "en vez de enviar tropas a matar en algunas naciones, manda tropas de médicos y enfermeras para salvar vidas en países en conflicto".
Evo Morales fue enfático en decir que "Bolivia y su gobierno no comparten la guerra", pues, "la guerra es la industria de la muerte".
Por otra parte, dijo que es importante que los pueblos del mundo se unan con el firme propósito de cambiar el modelo económico capitalista por uno de cooperación. Asunto que relacionó con las alteraciones climáticas en el mundo, que han venido provocando el deshielo, inundaciones y otros tantos fenómenos.
En cuanto a la energía, aclaró que "esta debe ser un derecho humano", al señalar que la producción agrícola del mundo "debe ser para las personas y no para los carros y máquinas", haciendo clara referencia a la utilización de los recursos de la tierra para la producción de biocombustibles.
Asimismo, y como uno de los temas de mayor interés para su Gobierno, el presidente Morales advirtió la importancia de la reciente declaración que protege los derechos ancestrales de los más de 370 millones de indígenas del mundo por parte de la ONU. Acotó que sólo cuatro países se opusieron a esta declaración, entre los cuales Estados Unidos.
Los temas locales también estuvieron presente, y precisamente confirmó que la amenaza que pesa sobre la Asamblea Constituyente en su país, producto de que "sus enemigos históricos siguen perjudicando", pero aclaró que "vamos a seguir apostando por seguir haciendo transformaciones profundas en nuestra nación".
Destacó que "Bolivia ha recuperado la soberanía interna y su economía. Ha cambiado en democracia".
Finalmente, Morales dijo que "es importante crear conciencia en nuestros pueblos de Suramérica y de África, esos países donde abundan los recursos naturales. Esos países deben unirse, para lograr las transformaciones que permitan resolver los problemas sociales".