El gobierno de Irak solicitó a la empresa de seguridad privada estadounidense, Blackwater cesar sus operaciones en ese país árabe luego de que un informe de las autoridades iraquíes responsabilizara a esta empresa del asesinato de 17 civiles sin que hubiese habido enfrentamiento en Bagdad el pasado 16 de septiembre. Además, las autoridades iraquies exigen que Blackwater pague 8 millones de dólares como compensación a cada familia de las 17 víctimas.
Pero, Irak no tiene cómo ponerle el cascabel al gato. Blackwater, la mayor empresa de seguridad privada estadounidense del mundo, ha argüido en sus instrucciones legales que no puede ser demandada en tribunales civiles y que tiene derecho a la misma inmunidad de la que gozan los militares contra la litigación civil dentro de Estados Unidos.
Donald Rumsfeld clasificó en febrero de 2006 a los contratistas como parte oficial de la fuerza total de EEUU, formando parte efectiva de la máquina bélica de ese país, comentó en una entrevista para Democracynow.org, el periodista Jeremy Scahill y autor del libro: "Blackwater: The Rise of the World’s Most Powerful Mercenary Army." (Blackwater: El ascenso del ejército mercenario más poderoso del mundo) Al mismo tiempo, Blackwater, desde 2004, ha estado cabildeando para que sus fuerzas no sean colocadas bajo el Código Uniforme de Justicia Militar, conocido comúnmente como el sistema de cortes marciales. De modo que Blackwater queda por encima de la ley y no puede ser juzgada por tribunales militares ni civiles.
Las críticas. La acción de Blackwater ha despertado críticas en todos los sectores de la sociedad iraquí, como es el caso de las declaraciones que dio el viernes el ayatolá Alí Sistani, la principal autoridad religiosa chiita de Irak, quien comentó que "esas compañías desprecian a los iraquíes inocentes".
Naciones Unidas hizo público el jueves un informe en el que exhortó abiertamente a los países aliados, y a Estados Unidos en concreto, a perseguir judicialmente a los extranjeros empleados por las compañías de seguridad privada que con su acción contribuyen a la violencia que azota Irak.
La denuncia de la ONU coincidió con la presentación por parte de una asociación norteamericana pro-derechos humanos de una demanda en Estados Unidos contra Blackwater, en nombre de un superviviente y de las familias de tres de los fallecidos en el tiroteo del 16 de septiembre.
Por otra parte, el pasado 2 de octubre el Congreso de Estados Unidos presentó un informe en el cual concluye que "los empleados de Blackwater en Irak son de gatillo fácil, imprudentes e indiferentes a las vidas de los iraquíes, y en la mayoría de las ocasiones han realizado sus ataques desde coches en marcha sin ni siquiera pararse para contar los muertos o informar de los heridos".
Según el mismo informe, los empleados de Blackwater se han visto envueltos en 195 tiroteos desde 2005. En 80% de las veces los contratistas dispararon primero. El contrato con el Departamento de Estado asegura que sólo pueden abrir fuego "si se encuentran en peligro inminente y grave".
La empresa en detalles. En Irak operan 180 firmas de seguridad militares privadas conformadas por 48 mil miembros. Blackwater es la más importante de ellas, seguida por las empresas Triple Canopo y Erinys, que ofrecen protección a funcionarios y políticos estadunidenses e iraquíes.
Para el periodista Scahill, experto en el tema, "Blackwater es la guardia pretoriana de élite para la guerra global contra el terror, con su propia base militar, una flota de 20 aviones y 20.000 contratistas privados listos para entrar en acción".
Blackwater busca veteranos de guerra en varias partes del mundo, pero los estadounidenses llegan a ganar tres veces más que un latino.
En América Latina, la empresa ha realizado varios reclutamientos, principalmente en Chile, donde ha encontrado, en ex miembros de las Fuerzas Armadas, un personal que se ajusta a sus exigencias militares .
ERICK PRINCE: CERCANO A BUSH
No es un secreto que Blackwater goza de deferencias en la Casa Blanca. Desde 2001, la empresa ha firmado con el Gobierno de EEUU contratos por valor de 1.000 millones de dólares y su dueño, Erik Prince un millonario, derechista cristiano de Michigan, es un generoso contribuyente de la causa republicana. En la cúpula directiva de Blackwater figura también Cofer Back, quien fuera entre los años 2002 y 2004 el máximo responsable de la lucha antiterrorista estadounidense.