Para Christian Pereira dirigente sindical de la empresa Chrysler de Venezuela, el ingreso de Venezuela al MERCOSUR se pudiera traducir en el cierre de muchas empresas, sobretodo del sector automotriz y de las autopartes.
“El Gobierno nacional desde hace años hace esfuerzos importantes por concretar el ingreso de Venezuela al mercado común del sur y su objetivo primordial pareciera perseguir sólo el fortalecimiento de las relaciones entre Venezuela y los países que hoy lo integran. Lo que sucede es que en medio de la insistencia del Gobierno Bolivariano de formar parte del MERCOSUR, se le ha pasado por alto consultar a los trabajadores y sus perspectivas y es allí donde para nosotros sigue siendo un convenio entre gobiernos y patronos en su mayoría las mismas multinacionales a las que combatimos los trabajadores todos los días en el terreno de la lucha de clases, por eso hoy los empresarios brasileños avalan el ingreso de Venezuela.”
Pereira continuó diciendo que: “En medio de esta disyuntiva los trabajadores no vemos por ningún lado la posibilidad de mejoras en nuestras condiciones de trabajo, ni mucho menos la de vernos beneficiados económicamente y socialmente, al contrario, en las actuales condiciones los trabajadores del sector automotriz y autopartes, cuando en Venezuela de cada 10 vehículos que se venden siete son importados, se corre un grave peligro de eliminar muchas fuentes de empleo".
Pereira recalcó la disparidad tecnológica e industrial entre nuestro país y los "colosos suramericanos: "No existe comparación entre la industria automotriz Brasileña o la de Autopartes de Argentina y la venezolana; la producción diaria en una planta en Venezuela equivale a una hora de producción en estos paises por lo tanto y al desaparecer los aranceles e impuestos, no habría razón para los empresarios de las transnacionales de mantener varias plantas. En Venezuela, que es un país productor de materia prima con la regionalización de la pruducción sencillamente desaparecerían lo que hoy significan casi 20mil puestos de trabajo", acotó.
Las ventas de vehículos en Venezuela cuentan con un nuevo récord histórico; 346.189 unidades y al faltando aún tres meses de los de mayor tradición en demandas y ventas, el mercado se perfila hacia el medio millón de unidades.
Pero la importación ha venido de forma ascendiente posesionándose del mercado y la relación existente entre la mano de obra local y las empresas ensambladoras casi se reduce a la fabricación de vehículos pertenecientes al plan “Venezuela Móvil”.
“Allí tenemos el reflejo de lo que es hoy en día la industria automotriz nacional. A los empresarios no les interesa fabricar vehículos si no son subsidiados por el estado, es allí donde la demanda se cubre con los vehículos importados. Ninguna ensambladora está trabajando en su capacidad total, no hay nuevos ingresos. Los empresarios se quejan por la entrega tardía de divisas y el gobierno dice que es el sector que más divisas recibe por encima de los sectores comercio, medicinas y alimentos. Los trabajadores en el medio sufrimos las consecuencias.
Los dirigentes sindicales del sector a nivel nacional hemos venido haciendo las denuncias, hasta ahora no hemos recibido ni una llamada de ninguna instancia a pesar que hemos recurrido hasta la Asamblea Nacional, Vicepresidencia, Milco y Ministerio del Trabajo. Los trabajadores del sector vemos una nube negra a razón de que las ventas de vehículos importados es un ensayo al MERCOSUR y vamos a movilizarnos en los próximos días en defensa de nuestros puestos de trabajo y en contra de tratados que vayan en contra de los trabajadores”.
