“El rey tuvo suerte, yo no lo oí (…) Al Rey no sé qué le hubiera dicho yo. Fue un grito como desesperado”, aseguró Hugo Chávez, presidente de la República, haciendo alusión al altercado con el rey Juan Carlos de España. . Adelantó que propondrá en la Cumbre Opep que sea modificado el método de medición del petróleo y que países del tercer mundo tengan precios preferenciales.
Caracas 13 de noviembre 2007.- El presidente Hugo Chávez dijo que no tiene ninguna intención de "afectar las relaciones con España", luego del altercado en la Cumbre Iberoamericana con el Rey Juan Carlos.
"No tengo ningún interés en afectar las relaciones con España, pero no vamos a permitir ser señalados y quedarnos callados. Venezuela se respeta y el jefe de Estado se hace respetar", dijo Chávez, en rueda de prensa con corresponsales extranjeros.
"Ahora me quieren poner a mí como el que agredió al rey. Por el amor de Dios, al Rey ni lo vi", dijo Chávez al evocar la acalorada discusión en la mesa de la Cumbre, que sostuvo con el presidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, en el cual terció el Rey para reprocharle: "¿Por qué no te callas?".
Chávez dijo que el incidente pudo haberse dado debido a que el rey "estaba furioso, creo que el día anterior la jornada fue más intensa y más larga".
El mandatario indicó que posiblemente el rey se cansó "de oír cosas, no sólo mías sino de Evo (Morales, presidente de Bolivia), de Daniel (Ortega, de Nicaragua) y de otros compañeros revolucionarios (...) El rey explotó de tanto oír cosas", dijo el mandatario venezolano.
"Le recomendaría a Juan Carlos que tenga paciencia, en la próxima Cumbre van a estar Evo, Daniel y voy a estar yo", dijo.
PROPUESTAS A LA OPEP
El presidente adelantó que llevará varias ideas a la cumbre de la Opep, que se realizará entre el 17 y 18 de noviembre en Riad, para cambiar el método de medición de los precios del petróleo, aunque no dio mayores detalles.
Indicó que la producción de West Texas Intermediate (WTI), crudo utilizado como referencia en la Bolsa Mercantil de Nueva York, es muy pequeña en relación con la producción mundial de petróleo, "así que no es el indicador más adecuado".
Subrayó la importancia de otorgar precios preferenciales a los países más pobres: “Propondremos mecanismos de protección para que el precio a 100 dólares no se convierta en una bomba destructiva para las sociedades debilitadas del tercer mundo”.
Consideró públicamente que los precios deben oscilar entre 80 y 100 dólares el barril.
“Creo que debemos retornar a la Opep originaria, con una fuerte carga geopolítica. Estamos trabajo en algunas ideas para hacer sondeos entre los jefes de estados de la organización.
Yo he dicho que sería maravilloso vender el petróleo a 200 dólares y a los pobres a cinco, sería un mecanismo para el crecimiento de la economía.
Si los precios llegan a 100 dólares se podrían destinar unos 100.000 millones de dólares para luchar contra la miseria en África, estados Unidos y todos los países, a través de un fondo de desarrollo social”, prosiguió el mandatario en su alocusión.
