Tokio, 7 jul (PL) Las protestas contra la globalización y la pobreza dominaron la jornada de hoy en la isla japonesa de Hokkaido donde se reúnen los países más poderosos del Planeta.
Cerca de 150 personas corearon eslóganes y consignas de manera pacífica en una zona de la prefectura Date, habilitada para que acampen los activistas.
Los manifestantes se pronunciaron contra el G8 (grupo de países más industrializados del mundo), las grandes desigualdades económicas en el mundo y el desarrollo de la energía nuclear.
Otros clamaron por el respeto a las culturas indígenas, como los Ainu, de Japón, que recientemente fueron reconocidos como autóctonos por el Parlamento.
En tanto, un grupo intentó sin éxito acercarse al remoto hotel donde tiene lugar la cita de líderes de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia.
Antes de que pudieran alcanzar la cima de una de las montañas en Toyako donde éste se encuentra, la policía los bloqueó con sus camionetas.
Después de 30 minutos de tensión en el pueblo de Toyoura, los manifestantes cubiertos con bufandas y capuchas se retiraron a su aislado campamento, situado en la orilla opuesta del lago Toya, de 10 kilómetros de diámetro, donde se celebra la Cumbre.
Desde Toyako el cantante irlandés Bono, líder de la banda U2, instó a los jefes de Estado y de gobierno del G8 a combatir la pobreza.
De acuerdo con sus palabras, Alemania podría asumir un papel importante.
En tal sentido, aplaudió la decisión de la canciller Angela Merkel de aumentar la ayuda al desarrollo en 800 millones de euros (mil 200 millones de dólares)
"Ese dinero es para comprar medicamentos urgentemente necesarios, para formar a las niñas y proteger mejor a los niños de enfermedades letales", señaló Bono, según la organización humanitaria DATA.
Se espera que las protestas continúen todos los días hasta el miércoles en Sapporo, la capital de Hokkaido, donde miles de personas demostraron este lunes su rechazo a las políticas de las naciones más industrializadas del mundo.
El sábado último cerca de cinco mil activistas salieron a las calles de esa ciudad, donde fueron arrestados tres manifestantes y un periodista.
Para evitar protestas violentas y posibles atentados, el gobierno nipón desplegó 20 mil agentes policiales apostados en diversos puntos de la isla.