07 de julio 2008. - El profesor y analista político, Vladimir Acosta, considera que la Unión Europea (UE) maneja con hipocresía el tema de la Directiva de Retorno.
En este sentido, Acosta destacó la participación de algunos países europeos en la V Cumbre de la Unión Europea y América Latina, celebrada en Lima, y cuyas conclusiones arrojaron opiniones a favor de la inmigración y el flujo de personas, entre ambas regiones.
"En esta cumbre se habló sobre los derechos humanos, la pobreza como una de las causas de las migraciones y la búsqueda de una solución común a este problema. Y ahora, un mes después, aprueban la Directiva de Retorno", señaló Vladimir Acosta.
Asimismo, el profesor y analista político señaló, que mientras los latinoamericanos van a Europa como obreros, la mayoría de los europeos vienen a nuestro continente y se convierten en terratenientes.
"Lo lamentable fue que se creara todo un pronunciamiento. Creo que de verdad, porque los pronunciamientos se los lleva el viento. Los países suramericanos deberían tomar algún tipo de medida que presionara más para que no pasara como una mera declaración. No deja de llamarme la atención el doble discurso, la hipocresía con que funciona la UE, porque hace poco hubo una reunión en Lima, España- Portugal- AL y una de las conclusiones abordaba el tema de la inmigración y se concluía lo positivo del fenómeno entre AL y Europa y a la inversa, el respeto a los derechos humanos. La pobreza como una de sus causas y de la necesidad de buscar soluciones en común a los problemas que genera. Pero un mes después el parlamento Europeo aprueba la directiva de retorno".
"Una situación de desigualdad profunda (…) Los latinoamericanos hemos vivido enfrentados a dos mitos: el norteamericano y el europeo, la Europa de las luces. La historia de Europa tiene mucho más sombras que luces – las cruzadas, la inquisición, la conquista de América con su genocidio, tres siglos de trata de negros en África, la revolución industrial (pobreza y miseria), exportada a nuestros países, el progreso del Siglo XIX con su exportación de manos trabajadoras pobres, las dos guerras mundiales, el fascismo y nazismo y la exportación de pobres para todo el continente. Entonces es una historia que no es muy luminosa, pero sólo nos enseñan la cara luminosa", destacó el historiador.