Caracas, 10.10.08 (Claudia Milet/FDA).- Temiendo una radicalización política popular contra el Gobierno, ya se aprobó la aplicación de la Ley Marcial en el caso de que el plan de rescate financiero no tenga éxito, declaró a Los Angeles Times el congresista estadounidense Brad Sherman. También en Europa se prevé la movilización de las Fuerzas Armadas para que puedan actuar internamente contra la propia población, denunció el diputado Carolus Wimmer (PCV), vicepresidente del Grupo Venezolano del Parlamento Latinoamericano, agregando que “esta es la respuesta histórica del capitalismo que se sabe acabado, siempre termina implantando la dictadura burguesa, esquema que hay que derrotar con revoluciones socialistas”.
La ley marcial es una medida de excepción tomada por el Gobierno en tiempos de guerra o para sofocar rebeliones, “en este caso -señaló Wimmer-, deberíamos agregar: para defender directamente los intereses de los banqueros”.
“En Alemania, país con una profunda conciencia histórica en materia militar, se aprobó en un madrugonazo el cambio del artículo 35 de la Constitución, con el fin de apoyar a la policía ante posibles enfrentamientos con la población trabajadora, que ya ha comenzado a protestar contra los “paquetes de rescate para los banqueros”, que sacrifican la estabilidad laboral, los ahorros y los fondos de pensiones”.
“Utilizando la flexibilidad de las leyes antiterroristas, otros gobiernos europeos aprobaron la intervención militar con el fin de reprimir cualquier protesta que pudiera tener consecuencias políticas negativas para el sistema capitalista, y provocar situaciones revolucionarias similares a las producidas después de la quiebra bancaria en los años 1929 y 1931”, precisó el dirigente comunista.
El parlamentario indicó que “en los Estados Unidos y Europa, donde domina la derecha conservadora en alianza con partidos socialistas serviles al capital, se están tomando medidas para pasar de una fallida democracia burguesa a un sistema político dictatorial”.
Finalmente, el vicepresidente Wimmer destacó que tras un prolongado período de aparente calma política en los EEUU y Europa, “se cristalizan las condiciones objetivas y subjetivas para rebeliones y revoluciones que abren el camino hacia el socialismo”.