29 de mayo 2009. - Desde el mismo hotel que sirvió de refugio a
los militares que llamaban al golpe de Estado en el año 2002, Mario
Vargas Llosa habló de sus contradicciones.
La primera de ellas,
su apoyo incondicional a la revolución cubana, para luego terminar
defendiendo un sistema político diametralmente opuesto.
"Cuando
fui joven vi la revolución cubana como una gran esperanza para América
Latina. Parecía una revolución distinta, no la había hecho el partido
comunista. La gesta de la revolución fue una gesta heroica", señaló el
escritor.
Vargas Llosa se autocalificó de liberal, tomando en
cuenta que los liberales no aceptan la intervención del Estado en la
economía.
En este sentido, le preguntamos su opinión sobre las
estatizaciones producidas en Estados Unidos, como consecuencia de la
crisis del capitalismo, a lo cual respondió que "hay situaciones
extraordinarias, de emergencia, en las que el Estado puede intervenir,
siempre y cuando esa sea una advertencia para prevenir un mal mayor".
Mario
Vargas llosa, otra vez entró en contradicción. Aunque no está de
acuerdo con las estatizaciones, justifica las que se realizan en
Estados Unidos.
Asimismo, dijo que Venezuela marcha
aceleradamente hacia un comunismo totalitario, coincidiendo con la
matriz de opinión que desde hace 10 años intentan ratificar sectores de
oposición.
En medio de todo esto no faltaron las alabanzas al
presidente estadounidense Barack Obama, a quien calificó de tener una
política inteligente.
Por cierto, las alabanzas a Obama fueron
un lugar común de todos los intelectuales del capitalismo que se dieron
cita en Caracas.