07 de julio 2009. - Roberto Micheletti, usurpador del gobierno en Honduras, dijo hoy que en su viaje a Costa Rica, el próximo jueves, es para buscar una "solución a la crisis política" que vive su país, y no va "a negociar nada", sino "a dialogar".
En declaraciones a los periodistas en la Casa Presidencial, Micheletti subrayó que él es "claro y contundente", y que si el presidente hondureño, Manuel Zelaya, quiere volver al país, "que se presente primero a los tribunales de justicia".
Micheletti explicó que ante el proceso de mediación que emprenderá el presidente de Costa Rica, Óscar Arias, se comunicó con él para decirle que están "listos para cualquier diálogo" y que el próximo jueves viajará a ese país.
Ese diálogo, según Micheletti, se dará "siempre y cuando no fuera el retorno del presidente Zelaya, si no es a entregarse a los tribunales de justicia" de su país, donde el gobierno de facto lo acusa de al menos cuatro supuestos delitos relacionados con la convocatoria de una consulta popular que fue declarada ilegal por la Justicia y por el Congreso.
Dijo que viajará a Costa Rica con miembros de la sociedad hondureña, mientras que Zelaya lo hará con su canciller, Patricia Rodas, y otros cercanos colaboradores, como el ministro de la Presidencia, Enrique Flores, contra quien pesa una orden de captura emitida por un tribunal la semana pasada.
La intención es negociar pero no vamos a negociar nada:
Micheletti expresó que él tiene "el mayor interés para que haya espacio y tranquilidad" en el país y agregó: "esa es la intención de sentarnos a negociar".
Sin embargo, acto seguido dijo: "No vamos a negociar nada, vamos a dialogar".
Añadió que su "administración" respeta las leyes y la Constitución, y señaló: "si hay alguna situación en que hemos cometido errores, pues los vamos a rectificar", prometió, sin especificar cuáles fueron esos "errores".
"Estamos claros que todo lo que se hizo aquí -el secuestro del Presidente por los militares, la presentación de una supuesta carta de renuncia que luego fue desechada y la destitución- fue enmarcado dentro de la ley, enmarcado dentro de la Constitución de la República", insistió Micheletti.
Juró que lo que hubo en Honduras no fue un golpe de Estado, sino, dijo: "una sustitución constitucional que sí nos permiten nuestras leyes", acotó.