17 de agosto de 2011.-Luego de la Revolución cubana en 1.959, Estados Unidos impuso un bloqueo sobre todo en el comercio, inversión y viajes a Cuba en un intento de debilitar al gobierno socialista de Fidel Castro.
El 13 de agosto, Castro celebró su 85 cumpleaños y críticos expresan
que el embargo diseñado para derrocarlo, en su lugar ha perjudicado a
los cubanos por décadas.
Los cubanos que dejaron la isla luego de la revolución de Castro
llegaron a EE. UU. y presionaron para mantener la lucha en su contra, y
así el lobby anti-Castro nació.
“Ellos dan mucho dinero, y las elecciones estadounidenses son de
hecho financiadas privadamente, por lo tanto ellos han sido capaces de
comprender cómo jugar el juego.
Aunque son un pequeño porcentaje de la población, juegan muy grande
en un estado cambiante”, dijo Frank Sharry, fundador de la Voz de
América.
Encuestas constantemente demuestran que dos tercios de los
estadounidenses están a favor del fin del embargo y de normalizar las
relaciones con Cuba, y varios miembros del Congreso están de acuerdo.
“Toda esta idea de sanciones, todos estos pretendidos libres
comercios, ellos son quienes imponen estas sanciones comerciales. Este
es el por qué todavía no tenemos relaciones comerciales con Cuba. Ya es
momento de hablar con Cuba y detener estas guerras de 30 o 40 años”,
dijo Ron Paul, candidato presidencial y congresista republicano por
Texas.
Los Comités de Acción Política anti-Castro (PAC por sus siglas en
inglés) han dado un total de 1.798.124 dólares en donaciones a
candidatos para el Senado y la Cámara de Representantes desde 2004 hasta
2010. El PAC anti-Castro dio más de medio millón de dólares a
republicanos y demócratas solo en 2010.
Según la Oficina de Censo de EE. UU. menos del 1% de los
estadounidenses es de origen cubano, y la mayoría emigró antes del fin
de la Guerra Fría, como el director de Free Cuba, Frank Calzón.
Calzón ha impulsado el fin del gobierno de Castro a través de
una variedad de organizaciones, incluyendo la Fundación Nacional
Cubano-Estadounidense y Freedom House.
El trabajo de Calzón ha sido parcialmente financiado por una
subvención de la Nacional Endowment for Democracy (NED), que es
financiada por el Congreso estadounidense.
“Somos un comité de expertos, recogemos y difundimos información
acerca de Cuba a los formadores de opinión y tomadores de decisiones en
todo el mundo”, dijo Calzón.
Luis Rumbaut, un abogado del Fondo de Educación de la Alianza
Cubano-Estadounidense, afirma que es un flujo circular de donaciones
políticas del PAC anti-Castro y subvenciones para la investigación “Cuba
después de Castro”.
“El Congreso se apropia de decenas de millones de dólares cada año
con el propósito de derrocar el gobierno cubano. Mucho de ese dinero se
supone que va a los disidentes de Cuba pero nunca llega ahí”, expresó
Rumbaut. “En cambio, la mayoría del dinero va al sur de Florida y otras
partes del país donde hay toda una industria de personas, toda una
industria de la contrarrevolución. Y es la vida. Esto ha estado
sucediendo por 50 años. Esta es una carrera de por vida para algunas de
estas personas”.
A diferencia del resto de la población hispana en EE. UU., el 58% de
los cubanos son ciudadanos estadounidenses, según la Oficina de Censo de
Estados Unidos.
“Los cubanos que llegan y ponen un pie en las
playas de Florida están en camino a la ciudadanía. Los haitianos que
llegan y ponen un pie en las playas de Miami están en camino a un centro
de detención y a la deportación”, dijo Sharry. Los
cubanos-estadounidenses también son una fuerza a tener en cuenta en el
Congreso, donde dos senadores cubano-americanos, Marco Rubio (R-Florida)
y Bob Menéndez (D-Nueva Jersey), sirven junto a cuatro representantes cubano-estadounidenses en la Cámara.
La presidenta del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara, la cubano-estadounidense Ileana
Ros-Lehtinen, en una entrevista con el canal 4 para el documental “638
maneras para asesinar a Castro”, Ros-Lehtinen le dijo a los
entrevistadores: “Doy la bienvenida a la oportunidad de tener a alguien
que asesine a Fidel Castro y cualquier líder que oprima a la gente”.
La Democracia Cuba-EE. UU. de PAC fue el donante
número uno de la campaña en 2006 con 569.624 dólares en donaciones.
Mauricio Claver-Carone es uno de los directores del PAC.
“La Democracia Cuba-EE. UU. de PAC es un comité
de acción política que aboga por una transición incondicional en Cuba
hacia la ‘democracia’, el libre mercado y el estado de derecho. Nosotros
educamos a miembros del Congreso y apoyamos a personas que apoyan a la
gente que comparten la misma agenda política como nosotros lo hacemos”,
expresó Claver-Carone.
La agenda anti-Castro del PAC ha sido conocida
por cambiar la mentalidad de muchos políticos en torno al bloqueo,
incluyendo al presidente Barack Obama. Como Senador de Illinois en 2004,
Obama se opuso al embargo. En 2008, mientras hacía campaña ante la
Fundación Nacional Cubano-Estadounidense en Miami, Obama entonces dijo
que él estaba a favor de mantener el bloqueo en su lugar.