Carolus Wimmer: En América Latina tenemos suficiente capacidad para ayudarnos

Acción de los fondos buitre contra Argentina confirma la necesidad de impulsar el Banco del Sur

Carolus Wimmer.

Carolus Wimmer.

Credito: Luis Franco

13 julio 2014 - Hombre de trabajo, Carolus Wimmer, presidente del Parlamento Latinoamericano capítulo Venezuela, recibe al Correo del Orinoco poco después de las 8:00 am y antes de la sesión ordinaria de este organismo legislativo regional. Lo hace con un fajo de papeles en la mano, en los que ha dejado por escrito sus reflexiones sobre el caso de los llamados “fondos buitres” que han puesto a Argentina contra la pared y han agitado una importante solidaridad internacional.

Forjado en la polémica y acostumbrado a fajarse con los argumentos para defender sus ideas, el diputado Wimmer -dirigente del Partido Comunista de Venezuela- no rehúye preguntas que podrían ser incómodas, mas deja en claro algunas de sus certezas: una de ellas, que la acción de estos zamuros de las finanzas obliga a las naciones latinoamericanas a impulsar definitivamente el Banco del Sur.

MANTENER LA DEPENDENCIA

-¿Por qué piensa que la decisión del juez Thomas Griesa, de Estados Unidos, sobre Argentina, tiene un alcance mayor del que parece tener inicialmente?

-En primer lugar está enmarcada en la lucha global del capitalismo; se quiere mantener la dependencia de los países del Sur frente a las grandes potencias capitalistas. Enmarco todo lo que nos puede afectar a nosotros en América Latina en el discurso del presidente Barack Obama en la Academia Militar de West Point, en mayo, donde el tema fundamental fue cómo puede mantenerse Estados Unidos como la primera potencia mundial. El tema es el cómo, porque el hecho para ellos no está en discusión, porque ellos siguen el destino manifiesto y hoy día desarrollan una ampliación de la Doctrina Monroe, que hoy no se refiere solamente a América sino al mundo global.

-Internacionalmente ponen a Argentina como un Estado maula; es decir, como un Estado que contrajo unas deudas que ahora no puede honrar. ¿Es correcto eso o es un análisis incompleto?

-Realmente hay un acuerdo con países, instituciones, bancos, de pagar 93%; inclusive, el último acuerdo con el Club de París implica que hay, en primer lugar, la voluntad de Argentina de cubrir sus deudas. Eso fue manifestado por varios ministros, pero naturalmente en una forma que no afecte al pueblo argentino y que no afecte a la viabilidad del programa y la política de desarrollo del actual gobierno.

Solamente 7% son los famosos fondos buitre, que están representados por el juez Thomas Griesa en Nueva York.

-¿Usted descartaría esa tesis de un Estado que no quiere pagar? ¿Porque entonces llega a los términos que llega.

-Simplemente por ese 7% y por la complicidad del sistema judicial norteamericano y la decisión de un juez que decide que no se puede pagar o no se puede avanzar en un acuerdo con 93% si no se paga paralelamente el 7% ¿Qué pasa con ese 7%? Ese es un capital netamente especulativo, que fue adquirido a un precio y quieren cobrarlo con intereses. Esos fondos inmorales, buitres, llegan a ganancias de 1.600%; eso es para un Estado inadmisible.

-¿Qué cree que hay detrás de esa decisión? ¿Se quiere quebrar a Argentina? ¿Se quiere enviar un mensaje a América Latina con esa decisión del juez Thomas Griesa?

-Para mí realmente son decisiones de unos criminales inmorales, porque eso no tiene nada que ver con política sino simplemente con la más brutal especulación, apropiación de dinero extraño, ajeno; claro, como es Argentina, un país con cierto poder político y económico en el mundo comercial, eso sale a la luz; pero hay otros casos, como en muchos países africanos, en donde existe lo mismo pero no reciben ni una línea en los medios.

OEA, UN PASO MÁS

-La posición de la OEA, ¿cómo la evalúa?

-Tenemos que regresar, hablando de la OEA, a que el origen de la deuda externa en Argentina viene de la época de la dictadura: a los dictadores se les dieron préstamos en condiciones que realmente afectaban en el futuro al propio pueblo argentino; pero eso fue entregado, e inclusive recibió apoyo en ese momento del exsecretario de Estado de EEUU, Henry Kissinger. Naturalmente fue mal negociado por otros gobiernos después de la dictadura. El actual gobierno planteó una discusión, una restructuración viable para Argentina y viable para 93% de los deudores y sobre eso tenemos que basarnos. Sobre eso también se basa el debate en la OEA y la decisión de la OEA, aunque de momento no tiene mucho poder de intervenir…

-¿Cree que tiene un peso político?

-Tiene un peso importante. Hoy día la OEA tomó un nuevo rumbo, todavía con muchos gobiernos en sí muy aliados de los Estados Unidos, pero que también se rebelan y dicen que las condiciones que hoy afectan a Argentina mañana me afectarán a mí.

-¿Qué tanto puede pesar esa decisión de la OEA en cuánto a favorecer que finalmente ese 7% acepte negociar en condiciones posibles para Argentina?

-La jurisprudencia norteamericana es independiente. Pero yo veo que políticamente puede haber un acuerdo, inclusive un apoyo expresamente en América Latina para salirse tanto jurídicamente como económicamente de esa trampa.

-Por ser Argentina un país con un gobierno progresista, ¿piensa que se le está pasando factura?

-Indudablemente. Por eso es bueno hacer referencia a que el origen de la deuda es en los gobiernos de la dictadura en Argentina, y no se pidió mayores explicaciones sobre las condiciones ni nada. ¿Qué otra cosa importante que nosotros también sufrimos? Todas esas deudas las pagamos varias veces, y ese es otro punto político importante porque queda deuda, pero está claro que durante los gobiernos de la dictadura argentina como después siempre se pagó; se pagó varias veces esa deuda de Argentina.

-Más allá del discurso político, ¿hay cómo demostrar que esa deuda se pagó varias veces?

-En el caso de Venezuela se demostró eso. Estamos en lo que yo llamo también un círculo vicioso, porque tenemos derechos pero no tenemos en el momento poder para defender esos derechos, y por eso es tan importante que ya hay claridad en que los países de forma aislada o con acuerdos bilaterales no se salen de esa trampa.

JUNTOS PARA NEGOCIAR

-¿Cómo deberían renegociarse esas deudas? ¿Cómo deberían ser esas renegociaciones en bloque?

-Cada país es soberano y puede hacerlo como quiere, pero al menos que no lo haga en una forma aislada, bilateral, sino por ejemplo con el apoyo de la Celac, de Unasur. Hay también aprendizajes de ese caso de Argentina, la política correcta de las instituciones independientes de nuestra región latinoamericana y caribeña, la necesidad de no depender de los préstamos de las potencias capitalistas y sus corporaciones, sino finamente tener propios fondos; por ejemplo, el Banco del Sur, que nos permite solventar problemas que muchas veces son temporales financieros de un país sin caer en ese endeudamiento inmoral de las instituciones, corporaciones capitalistas.

-¿Sí piensa que sería una salida el Banco de Sur o los fondos para evitar situaciones como la de los “fondos buitres”?

-Si, yo lo veo como la única salida porque de momento todos los otros intentos fracasaron. En América Latina tenemos suficiente capacidad y mecanismos económicos financieros para ayudarnos mutuamente en la política de solidaridad, cooperación y complementación, que no es solamente a escala comercial sino también puede ser en ciertos momentos ante dificultades financieras del país. En la región del Sur no solamente damos discursos o miramos al futuro; Argentina recibió el apoyo de México, Francia, Brasil y naturalmente Unasur y Celac, además del apoyo del Grupo 77 más China. No simplemente son discursos aislados, sino que hay un mayor apoyo. Si hablamos de 133 países hay naturalmente más posibilidades de buscar salidas a nuestros países; es mucho más viable que si habláramos eso a escala bilateral.

-¿Por qué nos seguimos endeudando? Es decir, ¿por qué si sabemos que son mecanismos perversos nuestros países se siguen endeudando de esa manera?

-Yo creo que hay acuerdos sanos entre los países, de préstamos. Una parte de esos préstamos pueden ser totalmente viables, pero en momentos cuando hay una noticia de que un país está en crisis de pago ahí van las famosas corporaciones o instituciones que evalúan el riesgo, y al caer un país en un mayor riesgo que puede ser debido a una noticia especulativa, entonces baja naturalmente el valor de los bonos y en determinados países o instituciones en los bancos tratan de salirse de ese riesgo y los venden a otras corporaciones con una pérdida. Así es el mundo capitalista especulativo. En ese mundo especulativo hay instituciones inmorales, fraudulentas que de repente están en posesión de unos préstamos que originalmente no los tenían.

 

-¿Por qué los Estados finalmente aceptan esas condiciones al momento de endeudarse?

-Como yo lo veo, eso escapa de la negociación inicial. Yo tengo influencia en la negociación inicial, pero después ¿qué pasa con los bonos, con los títulos, las especulaciones en las bolsas?

EN RIESGO

-¿Cualquier país podría ser sometido a una situación así?

-Si no nos salimos de esas reglas del capitalismo naturalmente cada país está en peligro de sufrir lo mismo que sufre Argentina y sufrieron tantos otros países; entre esos, también Venezuela en los años 80 y 90. Hay que definir el trabajo de esos grandes organismos, definir las reglas de juego que tienen que ser diferentes del capitalismo depredador financiero que en este momento impone las reglas.

-¿Hay un capitalismo no depredador? Es decir, ¿puede haber relaciones distintas dentro del capitalismo?

-Si vamos a lo teórico, naturalmente que hay un capitalismo que también explota, pero al menos ayuda en una fase a desarrollar un país; mientras, hay un capital financiero especulativo bien conocido que hoy es el dominante, que inclusive crea problemas -en algún momento- a las potencias capitalistas. Naturalmente, las potencias tienen otras salidas; por ejemplo, en la igualación del riesgo es bien conocido que Estados Unidos y Alemania entre las dos grandes potencias económicas están violando las reglas de ajustes económicos financieros que a otros países se imponen: Alemania y Estados Unidos automáticamente son triple A, aunque en el caso de Alemania tiene momentos en que no cumple con los límites de endeudamiento interno. Esa regla sí la aplican por ejemplo a España y a Portugal que también son países del llamado Primer Mundo.

-¿Es que son juez y parte?

-Claro, por eso lo digo. ¿Qué está en juego para Argentina? Que tiene que recuperarse económicamente en una situación muy frágil y con una intención de pago de cumplir las deudas contraídas aunque no son del gobierno actual. Naturalmente la contraparte son los fondos buitres que no tienen ni nombre ni apellido, pero esas son personas que se enriquecen inmensamente. Ellos tratan de confirmar o fortalecer esas reglas de juego que en el momento les favorecen y que tienen un respaldo del sistema jurídico, especialmente norteamericano, y seguir sus negociaciones inmorales, que es comprar en el mercado esas deudas de países en crisis o supuestamente en crisis. La crisis se puede fabricar mediáticamente; en general esos fondos buitres manejan también la parte mediática, la especulación mediática.

-¿También lo han hecho contra Argentina en esta ocasión? ¿Se ha usado a los medios contra Argentina para crear la imagen de un país que no va a cumplir?

-Eso sí es comprobable. Los gobiernos, tanto de Nestor como de Cristina, similar a lo que pasa con el proceso bolivariano, desde su inicio se tienen que enfrentar a un ataque de los medios a nivel interno. La imagen que se crea de Argentina es que es un país en incapacidad de cumplir las deudas externas, los compromisos financieros internacionales; un país en quiebra, un país que supuestamente pierde su capacidad productiva y un país políticamente inestable, lo que ahora se refuerza con las acusaciones contra el Vicepresidente y un proceso preelectoral que naturalmente incluye intereses que normalmente no son visibles, porque ya se trata más bien de intentar un cambio de gobierno otra vez hacia gobiernos neoliberales.

 

-¿Se usa como arma política, en este caso, el endeudamiento?

-En el caso concreto de Argentina, cuando uno está allá uno nota ya el tema preelectoral, que ya están lanzando diferentes candidatos que podrían exponer otra vez recetas neoliberales. Seguramente si se renuncia a la soberanía e independencia de la nación argentina, sería bien vista otra vez por la comunidad internacional capitalista y muchos problemas se solventarían. Gobiernos sumisos que se someten a las políticas de las potencias imperialistas, que se someten a las políticas económicas financieras, tendrán una imagen mediática positiva

SALIR DEL CÍRCULO VICIOSO
DEL CAPITALISMO ESPECULATIVO

Para Carolus Wimmer, la solución “es salirse de los mecanismos económicos financieros internacionales”, lo que no quiere decir que se pueda hacer “de un día para otro”. Señala como un avance en esta dirección que los países del Brics estén tratando “de salirse del dólar, del sistema dolarizado; hay ya un acuerdo importante recientemente entre Rusia y China, para que toda su economía sea en sus monedas”.

-¿Lo ve viable?

-Por el momento yo creo que en los países del ALBA ya hay muchos acuerdos comerciales que se realizan sin el dólar, y eso es en el marco de la lucha antiimperialista. Por eso es bueno que nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana tenga su doctrina antiimperialista, porque finalmente la lucha tiene que ser de todo un pueblo o de todos los pueblos de América Latina para salirse de ese círculo vicioso del capitalismo especulativo.

-Más que la doctrina de lo que planteó el presidente Obama en West Point, ¿cómo enlaza su discurso con esto? ¿Piensa que forma parte de un proceso de expansión?

-No nos sorprende, no es ninguna noticia nueva, no es un discurso nuevo ni un mensaje nuevo, pero sí es muy importante porque reafirma la intención de Estados Unidos de Norteamérica –hay que buscarse los términos completos- de mantenerse como primera potencia. En primer lugar ese es el destino manifiesto: aquí en el mundo habrá justicia si los Estados Unidos están al mando de eso. Obama no lo dijo en la Casa Blanca, sino en la Academia Militar, frente a los nuevos graduados; el mensaje es que ese papel que quiere seguir jugando Estados Unidos como primera potencia mundial va a tener un respaldo militar: otra vez regresando a la política del garrote.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 5367 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter