Una multitudinaria manifestación por las principales calles de Bogotá llegó el día 7 a la Plaza de Bolívar para quemar banderas estadounidenses, rechazar el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos y expresar que el país no quiere la visita del presidente George W. Bush del próximo domingo.
"¡Yanquis fuera!", gritó un grupo de estudiantes de universidades públicas que encabezó las protestas de organizaciones de trabajadores, académicos, políticos y ciudadanos de a pie y que atravesaron la ciudad con pancartas que rechazaban la llamada "intromisión estadounidense" en el mundo.
"¿Terrorista?, ¿quién es el terrorista?, ¡terrorista es el sistema imperialista!", corearon al llegar a la céntrica Plaza de Bolívar, donde lanzaron pintura roja contra el Palacio de Justicia y quemaron banderas de Estados Unidos.
Al tiempo, líderes sindicales y políticos opositores se hicieron con los micrófonos en una improvisada tarima para proclamar que la llegada de Bush a Bogotá es un mecanismo de presión del mandatario y no una "batalla" para defender los intereses de los pueblos, tal y como los gobiernos "quieren hacer ver".
"El señor Bush quiere imponer el TLC en Colombia para beneficio de los empresarios de su país y no para el del pueblo colombiano", dijo uno de los manifestantes.
Asimismo, criticaron la "cruzada" diplomática emprendida por el presidente Alvaro Uribe para persuadir a los demócratas de aprobar la negociación, asegurando que tales congresistas se oponen a ella debido a la frecuente violación de los derechos humanos en el país.
La marcha en Bogotá, impulsada por la Central Unitaria de Trabajadores, el partido opositor Polo Democrático Alternativo y otras organizaciones sociales, fue una de entre las varias que se dieron en todo el país.
En Cali, al suroeste, otros opositores señalaron que ese país del norte "fomenta la guerra" e irrumpe en la autonomía de las naciones, y aseguraron que organizaciones de derechos humanos, religiosas y políticas se manifestarán el fin de semana en contra de la visita.
Por otra parte, miles de policías acompañaron tales marchas protegidos y montados a caballo, en camionetas y motocicletas de patrullaje.
En una zona universitaria, un grupo de uniformados antimotines se enfrentaron con estudiantes encapuchados que lanzaron explosivos hechos a mano en las afueras del claustro.
Los hechos no provocaron víctimas y fueron calificados de " aislados" por las autoridades que refuerzan la seguridad en la capital.
"Estas manifestaciones nos sirven para comprobar que la ciudad está totalmente controlada; no hubo desordenes ni acciones que lamentar durante las protestas, a las que la gente tiene derecho", señaló un miembro de la Policía, que prefirió el anonimato.
Al menos 7.000 policías escoltarán al presidente Bush durante su visita, cuya comitiva empezó a llegar este miércoles y de la que se ha sabido que contará también con importantes efectivos de seguridad y con una limusina con dispositivos satélite, considerada la más costosa del mundo.