Miércoles 14 de marzo
Un cuarto (25%)
de los militares veteranos estadounidenses bajo tratamiento médico cuando
vuelven de Irak y Afganistán sufren algún tipo de problema de salud mental,
según investigaciones del Gobierno estadounidense citadas por la
BBC.
El estudio, publicado en Archives of Internal Medicine, se
realizó a partir de una muestra de 103.788 militares ingresados en
centros de salud para veteranos entre 2001 y 2005.
El diagnóstico más
frecuente era el de desorden de estrés postraumático, aunque también se
detectaron problemas de ansiedad, depresión y consumo de drogas o
medicamentos.
Los soldados con más riesgo de sufrir algún trastorno son los
que tienen entre 18 y 24 años, lo que puede explicarse porque son los que más
posibilidades tienen de estar en primera línea.
El estudio, como señala el
medio británico, se realizó sobre personas que ya estaban bajo tratamiento, y
por tanto no son extrapolables al Ejército en general.
De los soldados que
regresan del frente, sólo un de cada tres hace uso de los servicios médicos a
los que tienen derecho por su condición de militar.
Síndrome
Vietnam
El documento señala que algunos marines relataron cómo habían matado a soldados iraquíes en combate o habían apuñalado a iraquíes que se hallaban en el suelo, con el fin de asegurarse de que estaban muertos. Algunos de ellos fueron apuñalados hasta 28 veces.
El estudio demuestra que “uno de cada seis soldados norteamericanos tiene síntomas de aguda ansiedad, fuerte depresión o desorden de estrés postraumático, una proporción que, según algunos expertos, podría aumentar eventualmente hasta uno de cada tres, la tasa que fue hallada entre los veteranos del Vietnam.
Estos problemas psicológicos han incrementado la tasa de suicidios entre los marines norteamericanos, que ha alcanzado su nivel más alto de los pasados cinco años.
A la carnicería de Haditha, y otras matanzas indiscriminadas de civiles en Irak por parte de los marines, que se fueron sumando, está levantando una ola de indignación social y política en EEUU y pone nuevamente a la administración de George W, Bush frente al tan temido -y anunciado- "síndrome Vietnam".
El documento señala que algunos marines relataron cómo habían matado a soldados iraquíes en combate o habían apuñalado a iraquíes que se hallaban en el suelo, con el fin de asegurarse de que estaban muertos. Algunos de ellos fueron apuñalados hasta 28 veces.
Según The New York Times, el estudio demuestra que “uno de cada seis soldados norteamericanos tiene síntomas de aguda ansiedad, fuerte depresión o desorden de estrés postraumático, una proporción que, según algunos expertos, podría aumentar eventualmente hasta uno de cada tres, la tasa que fue hallada entre los veteranos del Vietnam”.