Las empresas del Estado apoyan a sus trabajadores

¿Un sindicato para qué?

¡El gran sindicato de Venezuela es el Estado socialista que está siendo construido por el gobierno bolivariano y revolucionario que dirige el líder Hugo Rafael Chávez Frías!

Una idea que, ciertamente, se conjuga con el quehacer revolucionario que se adelanta en el país y explica, por si solo, la real existencia –por necesaria políticamente- de los Consejos de Trabajadores que todavía no han concretado su evolución.

Si el Estado socialista venezolano va enrumbado en un camino que lo está conduciendo a reconocerle los derechos a las trabajadoras y trabajadores, a hacer que la justicia encuentre su nicho apropiado en la vida de la sociedad, a permitir que los suyos tengan la posibilidad de acceder a una vivienda, vehículo, financiamiento, equipos del hogar, facilidades para que sus hijos estudien y ellos mismos puedan concluir lo que debieron interrumpir.

Si el Estado socialista vela por la salud de los trabajadores, no solo auspiciando la formación del personal necesario para atender a la sociedad, sino construyendo las instalaciones necesarias con la idea de que acudan a ellas, entonces con el desarrollo de un Estado socialista no necesitaríamos sindicatos. No estamos siendo abanderados de la eliminación de los sindicatos, sino planteando un hecho real que se está desarrollando en toda Venezuela, es decir, hay un Estado socialista que está reivindicando a las mujeres y hombres de todas las edades. Los sindicatos, al menos por ahora, están allí, pero ¿el Estado socialista no les está quitando las banderas?

Pongamos como ejemplo la conducta que adelantan las autoridades en Seguros La Previsora. Nosotros nunca hemos visto que algo así haya ocurrido en ninguna institución o empresa en donde hayamos trabajado, como es aumentarle el salario a las trabajadoras y trabajadores en tres ocasiones sin que ningún sindicato se lo haya exigido, así como nivelar a aquellos que nunca fueron tomados en cuenta y otorgar beneficios no solo para el equipo que allí labora sino a sus familiares.

Tampoco apreciamos en las organizaciones en las que nos desempeñamos profesionalmente, que se ocuparan de apoyar a las comunidades circundantes en donde tenían sus sedes.

Si todas las instituciones y/o empresas del Estado socialista se montan en esta línea del Comandante socialista Hugo Chávez, ¿Para qué necesitaríamos sindicatos?

Y es una pregunta que muchos nos hacemos, y no lo decimos porque se nos ocurre un tremendismo, sino porque integramos el sindicato nacional de trabajadores de la prensa y porque fuimos delegados sindicales.
La cuestión es que el Estado socialista ha tomado la batuta de reivindicador, defensor no solo de las trabajadoras y trabajadores de este país sino de toda la sociedad.

Ahora es comprensible el rol de los Consejos de Trabajadores, a quienes compete un rol más profundo para todas las trabajadoras y trabajadores, y a lo mejor si no aparece en la nueva Ley Orgánica del Trabajo, LOT, funcionaría como un Consejo Consultivo, el cual dirigiría su accionar hacia áreas como la formación política, académica; la historia, la filosofía de las empresas y su productividad en función del Estado y la sociedad; la importancia de la salud laboral y tantos tópicos relacionados con el trabajo, la sociedad y los hombres y mujeres de la nación.

estacio_conac@yahoo.com


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Pedro Estacio


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