Agresiones, Inflación y Corrupción



El escenario nacional luce muy complicado para el pueblo trabajador venezolano, en medio de disputas de una clase política decadente que representan los intereses de la burguesía, que quiere volver para controlar el estado y por el otro lado, una casta política que es expresión de un sector de altos funcionarios-, civiles y militares. Uno se ubica a la derecha y el otro es centristas aunque enarbole banderas rojas. No hay escrúpulos por ambos lados.

Diariamente escuchamos y leemos a través de los distintos medios de comunicación e internacionales, sobre agresiones extranjeras; altas tasas de inflación; cuentas en dólares en bancos suizos de altos funcionarios de gobierno; políticos opositores y militares conspirando; guerra económica; desabastecimiento; políticos presos o presos políticos, etc. Dentro de este contexto nacional, es paradójico que tanto dirigentes del oficialismo y la oposición, terminen victimizándose por todos estos acontecimientos, y llegando a calificarse de mártires de sus movimiento ideológicos.

Nada más apartado de la realidad. En que puede afectar el desabastecimiento, corrupción, escases, inflación y desempleo a nuestros altos funcionarios de la administración pública, o a los señores de Fedecámaras y su MUD¬? Ellos son las víctimas? Lo que sí es una verdad absoluta, es el sufrimiento de la clase trabajadora de este país petrolero rentístico, que desde que se explotó, cuando Juan Vicente Gómez, no se ha podido sembrar el excremento del diablo, nuestros políticos solo han sabido esparcir sus excrementos. Solo eso.

Es el pueblo trabajador la verdadera víctima de toda esta cruda realidad, es el que persigue los productos de la cesta alimentaria cual cazador furtivo, para pagarlos a precios astronómicamente especulativos cuando los consigue, tratando de estirar un salario mínimo que cada quincena se hace más mínimo, por una inflación que no perdona el poder adquisitivo del asalariado. No se debe obviar la desmoralización que existe en las masas trabajadoras, cuando oímos que la corrupción carcome nuestras instituciones, y se especula con las cifras que funcionarios y empresarios apátridas han robado a nuestra nación, sin que nadie haga algo por investigar a los supuestos corruptos.

A la clase trabajadora, no solamente le toca lidiar con la realidad de una economía distorsionada por múltiples factores, y un entorno político hostil en el que solo importa llegar al poder sin importar los medios y las formas. Ahora nos toca, vivir una máxima de experiencia, la reiteración de la historia, cargar la crisis sobre nuestras espaldas. Son los trabajadores del país, las víctimas de una crisis que fue consagrada en medio de una refriega entre patronos y gobierno, y que al final, es la clase trabajadora que se lleva la peor parte. Ya basta.


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