Francamente que este proceso que ha mostrado muy poco de revolucionario y más de reformismo y colaboración de clases ocurren cosas ante la vista de todos que a pesar de ser públicas y notorias, cuando uno las analiza y las critica con ánimo de que se corrijan y que el proceso tenga más de revolucionario que de reformismo entonces algunos heridos, no se en cual o que orgullo lo etiquetan a uno de contra-revolucionario.
Es así como vemos con estupor, dolor y arrechera como nuestras empresas mal llamadas socialistas, porque en sentido estricto solo son empresas del estado bajo la egida del capitalismo de estado, fabricando o importando diferentes productos con el dinero y recursos de todos nosotros a precios de gallina flaca para que los otros capitalistas; los privados, vendan esos productos en el mercado capitalista con unas ganancias o plusvalía que sobrepasa en porcentajes inimaginables el precio en que lo regala el estado venezolano.
El primer ejemplo de muchos es la Gasolina, ésta es producida bajo subsidio con el supuesto de que su aumento no impacte en las cadenas de comercialización de mercancías y servicios. Por ese concepto el estado eroga o deja de percibir miles de millones de dólares que bien invertidos y administrados traerían un significativo aumento de nuestra producción nacional en bienes y servicios, aumentos de puestos de trabajo y aumento del PIB, sin embargo vemos que lo que ha traído son ganancias para los particulares y déficit fiscal que genera inflación, pero nunca el autobusero o camionetero baja el pasaje o el comerciante o productor la mercancía.
Pero eso es menos si se compara con las grandes ganancias que obtienen tanto quien lo hace como quien deja hacer el contrabando de gasolina por las fronteras, el gran negocio redondo a expensas de unos recursos que nos pertenecen y son mal empleados por una nomeklatura anclada en un populismo ramplón solo por mantener el poder.
Así se repite en diversos productos: los vehículos Chery, fábrica donde el que más gana son las empresas del capitalismo Chino por cuanto se importan vehículos o se ensamblan aquí con productos importados de allá y además de eso es socia en la empresa mixta, pero además el producto terminado es vendido en 200 ó 300 mil bolívares, un precio que podría ser el real según sus costos pero en nuestra economía descontrolada y sin rumbo cierto, es vendido en el mercado capitalista en tres millones de bolívares, engordando las arcas de los insaciables capitalistas que no necesariamente son clase alta, allí converge una variopinta gama de clases según la oportunidad que se tenga de que te asignen el vehículo. En este acápite quienes supuestamente llevan la bandera son los militares, burócratas, enchufados, negociadores y sus familiares en una especie de logia capitalista donde solo ellos ganan y los que nos inscribimos en la página para aspirar a un vehículo caímos por inocentes.
Y así esta aterradora historia se repite como un guión con los teléfonos, las computadoras, el cemento, los alimentos, las viviendas, etc. o sea se produce a bajo costo, es posible que en ocasiones a perdida solo para sacar productos para que los capitalistas de distinta ralea se chupen la plusvalía y lo más triste es que como no son empresas socialistas por cuanto sus trabajadores no son dueños de ellas, solo son empleados explotados por el capitalismo de estado, los que salen beneficiados son estos capitalistas y los burócratas que manejan la empresa en nombre de todos nosotros. Con un "Socialismo" así los capitalistas del mundo y los de acá deben estar orando permanentemente para que nunca cambien, sobre todo los chinos, "que mantequilla", dijo mi papa.
