Sin echar más leña al fuego, pero la CBST no da pie con bola

Aunque se nos pueda ocurrir cualquier disparate calificativo para asociarle al sindicalismo nacional, propenso a herir susceptibilidades ajenas y propias de una Central edificada sobre las bases del sindicalismo adeco-copeyano, nos atrevemos a darle un ultimátum referencial a proseguidores tales como los directivos de una CBST sin los debidos causales de la lucha de clase obrera.

Salieron al estrado sindical de la mano del gobierno engañando a éste con coloridos espectáculos, algo así, como el de las viejas romuleras romerías, en las cuales el sempiterno adeco-analfabeto de Carlos Ortega hacía gala de su maletín junto con su maletinero, que todos sabemos quién fue y que posición ocupa en la Central, y eso, sin obviar su formación sindical adeca, pues, para ocupar ese alto cargo de confianza se debe ser de los adecos que le son hasta que se mueren; creemos que a éste le va al dedo ese epíteto adeco-sindical.

Pero entremos en materia; hemos visto tal bullicio espectáculo, cada bla-bla, más, cada día esa CBST es tan igual a la CTV y tan antípoda a la revolución, diríamos que el devoto maletinero emula a la perfección a su antiguo patrón, y en honor a la verdad, en nada capitalista ha cambiado y en nada socialismo ha avanzado, es ni fu ni fa, copia o fiel calco del indefinido sindicalerismo mercantilizado. Se nota a leguas su autenticidad sindical y su adulterio con el Proceso Social del Trabajo enmarcado en la figura inconclusa del Consejo de Trabajadores y Trabajadoras, todavía esperando la misericordia legal.

El burócrata sindicalismo aún se apertrecha de la ilusa emoción de sentirse de gran importancia dentro de sus mismas falaces grandezas; queda, que la humildad y el ir de la mano con el obrero no es pláceme de su encumbrada directiva, han calado puestos de altura y no se codean con lo creen inferiores niveles ni mucho menos con la realidad de producción necesaria, pero sí que se ocupan de su legendario reivindicativo monetario fuera de todo contexto social-revolucionario, muy evidente, en lo social no hay prima de beneficio que negociar y no hay un desembolso inmediato del patrón al intermediario sindical y se le alegra el ojo al obrero con el bocado de una efímeras lochas, no, les es más fácil lo viejo que educar al obrero sobre la revolución socialista

El sindicalismo se encuentra atrapado de su misma trampa, el método del círculo vicioso le hace girar en el entorno a reglas de la ruleta del capitalismo: cree conseguir logros, cuando en verdad está cautivo e inmerso en el juego de la inflación aupada por la sí muy unificada cadena patronal, que da mucho más altísimas ventajas al “industrial” siendo quienes controlan el oligopolio-monopolio, de que se produce, cómo, con qué, con quienes y para quienes, que se distribuye, a que precios fijan el mercado, se cobran y se dan el vuelto y tan solo los míseros céntimos se otorgarán como dividendos al que produce y vende su trabajo bien operativo, administrativo o político. Queda prohibida cualquiera inspiración a una sociedad de producción con equidad del trabajo asociado a la unísona colectivización social, solo permite que exista el patrón, los explotados en siempre recirculación y el mercado que todo lo rige. Y en esto está timada y se hace cómplice estas simples siglas: CBST, lástima de tan esfuerzo revolucionario perdido. ¡Lástima!



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Omar Ignacio Pinto


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