¿CUÁL ES LA VALORACIÓN
QUE HACE SOBRE LOS RESULTADOS DEL REFERENDO?
Las causas de la derrota
electoral hay que buscarlas dentro de la propia revolución. Hay que
considerar los enormes ingresos que ha recibido el país por los altos
precios petroleros, los numerosos programas y misiones que ha ejecutado
el gobierno bolivariano a favor del pueblo, las numerosas derrotas electorales
y políticas sufridas por la oposición en estos nueve años; la realidad
internacional abiertamente favorable por los avances electorales en
otros países latinoamericanos, el empantanamiento de los Estados Unidos
en Irak, la caída del dólar y los problemas económicos que atraviesan
los gringos. Todo lo anterior hace injustificable nuestra derrota electoral.
Es injustificable que la oposición no sólo mantenga su votación,
sino que la haya aumentado un poco. Es injustificable que hayamos perdido
tres millones de votos de un año para otro.
Debe hacerse conciencia
de la magnitud de la derrota. Perdimos en todas las principales ciudades
del país (Caracas, Maracaibo, Valencia, Barquisimeto, Valencia, Maracay,
San Cristóbal). Perdimos en todos los estados importantes del país,
comenzando por el Distrito Capital. Perdimos en todo el eje andino y
norte-costero, las zonas más pobladas y más desarrolladas de Venezuela.
Perdimos, a pesar de la campaña final realizada por el presidente Chávez,
en la cual vinculó su propia persona a la propuesta de reforma (“votar
por el no es votar contra mí”).
¿EN DÓNDE PUEDE
ESTAR LA EXPLICACIÓN DE LO SUCEDIDO, ENTONCES?
En cualquier parte del
mundo, el más simple de los analistas dirá que tiene que ser un gobierno
muy malo, para ser derrotado de la forma como fuimos derrotados, a pesar
de tener situaciones tan favorables como las que hemos mencionado. Creo
que las grandes debilidades presentes en la administración pública
han desencantado a numerosos sectores de la población. Existe una abierta
desvinculación entre el discurso de la revolución y su ejecución
práctica. Problemas como el desabastecimiento, que debiera haber sido
resuelto de manera elemental en los meses posteriores al paro petrolero
del 2002-2003, han generado desasosiego y confusión en la ciudadanía.
Prácticamente vivimos una economía de guerra, con escasez de leche,
azúcar, aceite, papel sanitario, salsa de tomate, harina de maíz,
pollo, carne, arroz, pastas; prácticamente todos los rubros de la dieta
básica escasean, y el gobierno se ha mostrado, a todo lo largo de este
año, completamente impotente para resolver esto.
Otros problemas muy sentidos
por la población, como la inseguridad y la inflación, tampoco han
podido ser controlados, y golpean diariamente el respaldo que el pueblo
le ha dado a la revolución. La delincuencia actúa libremente por todo
el país, hasta el punto que se han perdido las fronteras entre cuerpos
policiales y grupos delictivos; las declaraciones de los ministros y
jefes policiales no guardan ninguna relación con lo que vivimos los
venezolanos cada día, cuando salimos al trabajo por las mañanas rogamos
porque nosotros y nuestros familiares regresemos vivos en la noche.
Y sabemos, lamentablemente, que muchos no regresan.
La inflación por su
parte actúa carcomiendo el salario de los trabajadores. De un 12 %
previsto por el gobierno para este año, va a terminar por encima del
20 % de inflación, casi el doble de lo planificado, situación que
echa por tierra los avances en salarios y otros beneficios recibidos
por los trabajadores a lo largo del año.
El respaldo a la revolución es, aquí y en todas partes del mundo, una cuestión relacionada directamente con las condiciones materiales de vida.
El ser social determina
la conciencia social, como dijera Marx, y luego de nueve años de revolución
mucha de nuestra gente está sintiendo que el proceso se ha ido quedando
en el puro discurso. Ciertamente existe una recuperación de la economía
del país. Pero todos observamos que la gran tajada de esa recuperación
se la está llevando la burguesía y la clase media alta, la cual en
su mayoría no respaldan este proceso. Otros favorecidos, a la vista
de todo el pueblo, han sido los funcionarios y burócratas de la revolución,
con viviendas, vehículos y ropas de lujo. Pero el pueblo llano, el
ciudadano común y silvestre, apenas ha tomado las migajas de este auge
económico.
Las misiones servían
como plan de emergencia, luego del sabotaje del paro petrolero. Pero
una vez retomada la normalidad, la población aspira a un modelo económico
que le permita empleo, estabilidad, seguridad social, planes de vivienda
que se cumplan. Hasta ahora estas cuestiones sólo se han logrado para
muy pequeñas porciones de la población. La gran mayoría sigue estando
a la espera de los beneficios de la revolución.
¿CÓMO VALORA LA
REALIDAD DEL MOVIMIENTO DE TRABAJADORES, Y SU RELACIÓN CON LOS RESULTADOS
DEL REFERENDO?
A nivel sindical la situación
no puede ser peor. Durante nueve años no han existido lineamientos
claros desde las alturas del gobierno para promover y facilitar la conformación
de un poderoso movimiento de trabajadores que le sirva de sustentación
al proceso revolucionario. Por el contrario, han predominado las actitudes
antisindicales por parte de numerosos funcionarios que están al frente
de las instituciones del estado. Es cierto que el movimiento obrero
no debería estar esperando la buena pro del gobierno para organizarse,
pero también es cierto que desde el gobierno se ha hecho todo lo posible
para lograr que los trabajadores no nos organicemos. El remate de todo
ha sido lo ocurrido en este 2007, a partir del control que la FBT asumió
sobre el Ministerio del Trabajo. Las otras cuatro tendencias de la Unión
Nacional de Trabajadores han sido relegadas completamente, y la FBT
ha lanzado la consigna de que la UNT ya no es necesaria, y que debe
desaparecer para dar paso a un parapeto que ellos mismos no han logrado
proponer ni definir hasta hoy.
El propio ministro del
trabajo ha visitado las principales inspectorías del país, girando
instrucciones a su personal para que rechacen y saboteen todas las gestiones
promovidas por sindicatos afiliados a la UNT y vinculados a las demás
corrientes distintas de la FBT. Yo mismo he dejado de visitar la inspectoría
de Maracaibo, pues asistir allí con algún sindicato era perjudicar
la gestión que ese sindicato se proponía realizar. Tuve que desvincularme
de los numerosos abogados amigos que trabajan con el Mintrabajo, pues
cuando detectaban que eran personas relacionadas políticamente con
nosotros, procedían a despedirlos inmediatamente. Otros compañeros
de la UNT-Zulia, como Asiclo Godoy, Lilí Rincón, Enrique Escalona
y otros, han sufrido igualmente del veto impuesto por el ministro del
trabajo.
Quienes han sufrido las
consecuencias de todo esto son los trabajadores. Hemos denunciado como
el mintrabajo se ha colocado del lado de los patronos, en casos como
el sindicato de La Polar, la Coca Cola, la Pepsi Cola, el Puente sobre
el Lago, el Puerto de Maracaibo, la vigilancia privada, el sindicato
de la industria farmacéutica, y muchos otros. Cuando la trampa no es
evidente, recurren a maniobras leguleyas para entrabar e impedir los
proyectos de contratos, los pliegos, reclamaciones y solicitudes de
reenganche que realizan los sindicatos afiliados a la UNT.
En conclusión, la conducta
antisindical, sectaria y propatronal del ministerio del trabajo ha permitido
que numerosos sindicatos bolivarianos de reciente conformación hayan
desaparecido, o sus dirigentes se hayan desilusionado de la revolución
misma. No puedo indicar con certeza si estos compañeros votaron a favor,
votaron en contra o se abstuvieron, pero su malestar y las derrotas
sufridas debido a la conspiración presente en el ministerio del trabajo,
evidentemente ha conducido a la pérdida de espacios en el movimiento
sindical. Como hemos alertado antes, esta disparatada política del
gobierno dentro del mintrabajo va a facilitar el resurgimiento de un
movimiento obrero opositor, del mismo tono que ha surgido un movimiento
estudiantil opositor.
¿QUÉ PIENSA SOBRE
LO QUE DICE LA FBT, AL CATALOGAR A LOS TROTSKISTAS COMO ENEMIGOS DEL
PROCESO REVOLUCIONARIO?
Esa es una trampa propia
de la burocracia, la cual recurre a cualquier argumento para justificar
su sectarismo y sus ambiciones de poder. Aquí en la UNT-Zulia no hay
nadie que sea trotskista, ni que haya sido de esa tendencia política
en algún momento de su pasado. Por tanto, esa acusación, que ha sido
manifestada reiteradamente en muchas instancias gubernamentales contra
mí y contra los principales directivos de la UNT-Zulia, carece de todo
fundamento, es una vulgar infamia.
Quines hemos conformado
la UNT-Zulia provenimos algunos de la izquierda revolucionaria que luchó
en los años setenta y ochenta contra el puntofijismo. Pero en su mayoría,
los principales dirigentes de la UNT son nuevos activistas sin militancia
política anterior, que se han decidido a constituir sindicatos en sus
centros de trabajo, animados por el avance de la revolución bolivariana.
Por otra parte, creo
que descalificar a los trotskistas es algo totalmente equivocado. Es
propio del sectarismo de los viejos estalinistas, que han revivido ahora
dentro de la FBT. Si bien creo en una teoría socialista que parta de
la superación crítica de toda la experiencia obtenida a lo largo del
siglo XX, tampoco soy partidario de descalificar a priori a quienes
siguen defendiendo postulados de hace setenta años. Si es por eso,
la FBT con su estalinismo trasnochado está tan desfasada como lo pueden
estar los trotskistas.
¿CÓMO VALORA LA
INCIDENCIA DEL PSUV EN EL REFERENDO?
En el proceso de conformación
del PSUV, y de manera general en la gestión de gobierno, ha ido cobrando
fuerza una visión autoritaria de la conducción política. El PSUV
ha estado siendo dirigido por personas que no fueron electas por nadie,
y sin embargo se expulsa a quienes osan criticar aspectos particulares,
como ocurrió con el camarada Luis Tascón. Personajes totalmente desacreditados
han conducido al PSUV por caminos burocráticos y clientelares.
El pueblo observa con
preocupación que quienes critican son defenestrados inmediatamente.
No sólo es el caso de Tascón. Ocurrió igual con Walter Martínez
en VTV. Y con Marcela Máspero el pasado 1º de mayo. Cuando un ciudadano
tuvo la iniciativa de decir en un aló presidente que a Chávez lo estaban
engañado, el propio presidente lo descalificó y desestimó las críticas
que el camarada le hacía, probablemente muy justificadas.
Esta situación, donde
sólo se mantienen los jalamecates, se pronunció de manera implacable
en el referendo. El pueblo ya no expone libremente sus opiniones. Probablemente,
en todas las encuestas sigue ganando Chávez con altos porcentajes,
pero eso nada tiene que ver con la realidad. Incluso es probable que
muchos chavistas que votaron no, al salir de sus centros de votación
y ser entrevistados por las exit-pool, hayan afirmado que votaron por
el sí. Es una cuestión de supervivencia personal. El pueblo no es
gafo, y si ha visto como líderes calificados como Tascón y Máspero
han sido expuestos al escarnio público por criticar, pues nadie se
va a arriesgar a criticar, por temor a las represalias del estado.
Si existen casi seis
millones de inscritos en el PSUV, pues casi dos millones de esos militantes
no acudieron a votar por el sí. Este es un fracaso rotundo para algo
que ni siquiera ha terminado de conformarse. Hemos acompañado al PSUV
desde el inicio, pero vemos con preocupación que más allá de las
declaraciones sobre democracia y participación, el partido está totalmente
controlado tras bastidores por personajes prácticamente desconocidos,
que manejan a su antojo el aparato partidista, y cuyos efectos hoy podemos
palpar.
¿QUÉ PROPUESTAS
SUGIERE PARA AVANZAR EN ESTE MOMENTO?
Creo que es imprescindible
que el gobierno permita la inmediata creación de una mesa de diálogo
en la cual participen las cinco tendencias del movimiento sindical bolivariano,
y que allí se discutan aspectos tan cruciales como la elaboración
de una nueva Ley del Trabajo, y la reorganización profunda del Ministerio
del Trabajo.
Considerando la conducta
sectaria, antisindical y propatronal que ha mantenido el Ministerio
del Trabajo a lo largo de todo este año, lo más conveniente es solicitar
la renuncia inmediata de todos los directivos de dicho ministerio. Obviamente
esto no basta, pues no resuelve los problemas de fondo, pero es un paso
necesario para avanzar. No cambiar autoridades y mantener a quienes
los trabajadores han denunciado una y otra vez, sería una muy mala
señal que profundizaría el desencanto y el malestar popular.
Otra propuesta es asumir
en la práctica la gestión de los trabajadores en las empresas públicas
y privadas, partiendo del marco legal que ofrece el artículo 70 de
la constitución bolivariana, al considerar a la autogestión y a la
cogestión como medios de participación y protagonismo popular en lo
económico y social. La propuesta de los Consejos de Trabajadores debe
impulsarse sobre esta base, y llevar a la Asamblea Nacional una propuesta
de ley que contribuya al desarrollo de este instrumento que los trabajadores
podemos usar para avanzar en el camino del socialismo.
Los trabajadores clasistas
y revolucionarios deben movilizarse en todos los estados del país,
para enarbolar las propuestas anteriores. Convocamos a los sectores
firmantes del acuerdo unitario de julio pasado para fortalecer a la
Unión Nacional de Trabajadores, a que reactivemos ese acuerdo tomando
la calle para exigir al gobierno la urgente rectificación de su política
laboral.
Cualquier proyecto de
ley que se lleve a la Asamblea Nacional debe surgir del debate democrático
con todos los sectores sindicales bolivarianos. Ya basta de gobernar
con una sola tendencia, la cual además es abiertamente minoritaria.
Ya basta de sectarismo, de imposiciones y de persecuciones contra sindicatos
y contra funcionarios del mintrabajo que se relacionan con las tendencias
de la UNT.
Es hora del diálogo
y del debate democrático en el seno del chavismo. Es hora de los acuerdos
unitarios, sobre la base del respeto a la diversidad política y a la
existencia de tendencias sindicales. Si el gobierno no rectifica con
urgencia, el respaldo popular hacia el proceso continuará deteriorándose,
sentando las bases para que la revolución siga sufriendo derrotas.
Nosotros seguimos en el mismo puesto de combate en el que hemos estado por más de 30 años. Nuestra consigna sigue siendo: Hasta la victoria, siempre. Patria, socialismo o muerte. Venceremos.